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La cartelería de las municipales amenaza con resistir hasta que sea sustituida por la de las elecciones de noviembre
Transcurridos ya tres meses desde la celebración de los comicios municipales del 22 de mayo, muros, farolas y señales de tráfico todavía mantienen viva en las calles de Barbanza esa cita electoral.
Todo apunta a que muchos de los carteles con las fotos de los candidatos locales pervivirán, si la lluvia no lo impide, hasta que sean reemplazados por los de los comicios del 20 de noviembre, que, seguramente, no tardarán demasiado tiempo en llegar, dado que la precampaña lleva ya semanas en pleno apogeo.
Huellas del pasado
Lo cierto es que, con una nueva cita con las urnas ya a las puertas, las huellas de la anterior se mantienen y, si uno se fija con un poco de detalle, seguro que en algún lugar todavía es factible encontrar cartelería de elecciones celebradas hace dos o cuatro años. Rascando un poco, puede que salga a la luz algún cabeza de cartel ya olvidado.
La lealtad con la que la cola se adhiere a la superficie sobre la que se echa resulta encomiable y, sobre todo, difícil de sacar. Por ese motivo, hay anuncios que perduran hasta que al protagonista va marchándosele el color de estar expuesto sin protección alguna al sol y a la lluvia.
Habrá que ver cuánto aguantan los que todavía resisten en la comarca.
Transcurridos ya tres meses desde la celebración de los comicios municipales del 22 de mayo, muros, farolas y señales de tráfico todavía mantienen viva en las calles de Barbanza esa cita electoral.
Todo apunta a que muchos de los carteles con las fotos de los candidatos locales pervivirán, si la lluvia no lo impide, hasta que sean reemplazados por los de los comicios del 20 de noviembre, que, seguramente, no tardarán demasiado tiempo en llegar, dado que la precampaña lleva ya semanas en pleno apogeo.
Huellas del pasado
Lo cierto es que, con una nueva cita con las urnas ya a las puertas, las huellas de la anterior se mantienen y, si uno se fija con un poco de detalle, seguro que en algún lugar todavía es factible encontrar cartelería de elecciones celebradas hace dos o cuatro años. Rascando un poco, puede que salga a la luz algún cabeza de cartel ya olvidado.
La lealtad con la que la cola se adhiere a la superficie sobre la que se echa resulta encomiable y, sobre todo, difícil de sacar. Por ese motivo, hay anuncios que perduran hasta que al protagonista va marchándosele el color de estar expuesto sin protección alguna al sol y a la lluvia.
Habrá que ver cuánto aguantan los que todavía resisten en la comarca.
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