El sector del cerco barbanzano tiene otro nuevo frente abierto. La campaña del verdel en aguas del Cantábrico está próxima y la intención de las embarcaciones de la comarca era salir hacia los caladeros del País Vasco entre esta semana y la próxima. Sin embargo, un nuevo contratiempo ha provocado el enfado de los armadores. Las autoridades pretenden reducir los topes diarios a 9.000 kilos por día y nave, decisión muy criticada en Barbanza al considerar que no es rentable.
Si se mantienen los criterios de la Administración, algunos armadores anunciaron que seguramente se quedarán en casa.
El patrón mayor de Portosín, Eduardo Carreño, señaló que hace unos días recibieron un borrador para regular la orden de la pesquería de la caballa para este año en el que se establecen los criterios para el reparto y gestión de la cuota de esta especie. La respuesta del colectivo sonense no se ha hecho esperar y ya presentaron alegaciones a la iniciativa. El dirigente de la entidad marinera indicó que no entienden como es que les quieren imponer un tope diario cuando esta pesquería no se basa solo en la meteorología, sino que hay un cúmulo de circunstancias que pueden hacer perder una jornada de trabajo: «Para que a costeira poida ser algo rendible, os topes teñen que ser máis grandes, e tamén semanais».
Una de las propuestas que se plantea desde la localidad de Portosín es que la cantidad mínima sea de veinte toneladas al día por barco, y con un tope máximo de cien toneladas a la semana durante la campaña del verdel. A partir de junio, proponen que el 7% de la cuota se destine a los cerqueros, con un límite diario de nueve toneladas.
Costera de la anchoa
Eduardo Carreño indicó que la mayor parte de la flota del cerco de la localidad sonense pretendía acudir a la costera de este año y quedar ya en la zona para comenzar la campaña de la anchoa. Sin embargo, y si las intenciones del Gobierno español salen adelante, «é moi posible que algunha nave quede en Galicia».
En términos similares se expresó el portavoz del colectivo del cerco de Ribeira, Francisco Ayaso. El armador se mostró contrariado con los cupos que se quieren establecer para este año. Eso sí, reconoció que todavía es un borrador y que el plan puede sufrir modificaciones, y eso es lo que espera la flota de Santa Uxía, pues solo nueve toneladas al día no es rentable para un barco que tiene unos doce tripulantes. De confirmarse esto, «seguramente non sacariamos para gastos», dijo.
Francisco Ayaso reclamó que, por lo menos, las autoridades dejen los mismos topes que el año pasado, que eran de 1.500 kilos por tripulante y día.
La intención de los armadores de Ribeira es salir este fin de semana con la intención de estar en el golfo de Vizcaya antes de las fiestas de carnaval.
La Voz de Galicia 3/2/2010
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