:lvg: | 26/05/2010
Una empresa sacó los entretenimientos del sitio para una obra y no los volvió a poner.
Padres y profesores del colegio de Nebra, en Porto do Son, están indignados. Cuando cuentan lo que ocurre en el centro educativo, salta a la vista que se están enfrentando a una situación surrealista. Sus pequeños -en este inmueble estudian 36 niños de entre tres y doce años- disfrutan todos los días del recreo en un patio en el que hay unos columpios. Sin embargo, los críos no pueden subirse a los entretenimientos en los que, tiempos atrás, sí jugaban a sus anchas. ¿Que pasó? Que hace cinco meses fue necesario desatornillar estos aparatos para hacer una obra y que, pese a la insistencia de la APA y el claustro de docentes, nunca más se volvieron a poner bien para que se puedan utilizar.
La historia es bien singular. El año pasado, una empresa fue contratada por el Concello para que construyese un pabellón para uso del colegio. Con el zafarrancho de las obras, se hizo necesario desatornillar los columpios y desenterrar sus patas para moverlos. Hasta ahí, todo suena bastante normal.
Desde diciembre
Sin embargo, a finales de año, se terminó la obra. Los operarios se marcharon de Nebra pese a las advertencias de que los columpios quedaban sin atornillar y sin enterrar, por lo que, además de no poder usarse, se corría el peligro de que en un despiste un niño accediese al juego y se lastimase. Al parecer, y según explican desde la APA y el claustro, la empresa incluso regresó en una ocasión al centro, pero no traía los útiles necesarios para ponerse manos a la obra con los dichosos columpios.
De ahí que el problema no se solventase, y que fuese pasando el tiempo y se sucediesen las llamadas tanto al Concello como a la propia empresa sin que se llegase a conseguir absolutamente nada. Hasta que padres y profesores decidieron hacer pública la situación para ver si, así, alguien se decide a actuar. Y es que, en realidad, el asunto de los columpios es solo la punta del iceberg, ya que en el centro también hay otros problemas relacionados con las obras que esta compañía dejó a medio terminar.
Parte del patio tampoco puede usarse porque tiene un suelo muy irregular
Los columpios no son lo único que trae por la calle de la amargura a los padres y profesores del colegio de Nebra. Resulta que parte del patio donde los muchachos comparten juegos y diversiones también está inutilizado. En este caso, y siempre según la versión de la APA y el claustro de docentes, el Concello tiene pendiente de extender grava, ya que ahora mismo el suelo está muy irregular, con piedras poco aptas para que los críos jueguen.
Otro de los problemas tiene que ver con una barandilla. En este caso, APA y profesores entienden que los barrotes que debería llevar son verticales, para que los niños no se cuelguen en ella. Sin embargo, se los pusieron horizontales. Claustro y progenitores se quejaron, y la empresa dijo que solventaría la papeleta poniendo una rejilla que impida a los muchachos colarse por los huecos. Sin embargo, solamente hizo el trabajo a medias.
Por si con esto fuese poco, luego está lo de la luz del pabellón. Y es que en el polideportivo que se construyó no hay conexión eléctrica. Para las clases no importa demasiado, porque son por la mañana y suele haber suficiente claridad. Pero cuando se hacen festivales no hay donde enchufar ni un radiocasete.
Respuesta municipal
Al preguntarle a la concejala de Obras, la nacionalista Ánxela Franco, señala que está al tanto de la situación y que el Concello tomará las medidas oportunas para que la empresa en cuestión arregle el problema. Si no llega a hacerlo, señala Franco, el Ayuntamiento tendrá que buscar otra vía para que al fin puedan utilizarse los juegos.
Padres y profesores del colegio de Nebra, en Porto do Son, están indignados. Cuando cuentan lo que ocurre en el centro educativo, salta a la vista que se están enfrentando a una situación surrealista. Sus pequeños -en este inmueble estudian 36 niños de entre tres y doce años- disfrutan todos los días del recreo en un patio en el que hay unos columpios. Sin embargo, los críos no pueden subirse a los entretenimientos en los que, tiempos atrás, sí jugaban a sus anchas. ¿Que pasó? Que hace cinco meses fue necesario desatornillar estos aparatos para hacer una obra y que, pese a la insistencia de la APA y el claustro de docentes, nunca más se volvieron a poner bien para que se puedan utilizar.
La historia es bien singular. El año pasado, una empresa fue contratada por el Concello para que construyese un pabellón para uso del colegio. Con el zafarrancho de las obras, se hizo necesario desatornillar los columpios y desenterrar sus patas para moverlos. Hasta ahí, todo suena bastante normal.
Desde diciembre
Sin embargo, a finales de año, se terminó la obra. Los operarios se marcharon de Nebra pese a las advertencias de que los columpios quedaban sin atornillar y sin enterrar, por lo que, además de no poder usarse, se corría el peligro de que en un despiste un niño accediese al juego y se lastimase. Al parecer, y según explican desde la APA y el claustro, la empresa incluso regresó en una ocasión al centro, pero no traía los útiles necesarios para ponerse manos a la obra con los dichosos columpios.
De ahí que el problema no se solventase, y que fuese pasando el tiempo y se sucediesen las llamadas tanto al Concello como a la propia empresa sin que se llegase a conseguir absolutamente nada. Hasta que padres y profesores decidieron hacer pública la situación para ver si, así, alguien se decide a actuar. Y es que, en realidad, el asunto de los columpios es solo la punta del iceberg, ya que en el centro también hay otros problemas relacionados con las obras que esta compañía dejó a medio terminar.
Parte del patio tampoco puede usarse porque tiene un suelo muy irregular
Los columpios no son lo único que trae por la calle de la amargura a los padres y profesores del colegio de Nebra. Resulta que parte del patio donde los muchachos comparten juegos y diversiones también está inutilizado. En este caso, y siempre según la versión de la APA y el claustro de docentes, el Concello tiene pendiente de extender grava, ya que ahora mismo el suelo está muy irregular, con piedras poco aptas para que los críos jueguen.
Otro de los problemas tiene que ver con una barandilla. En este caso, APA y profesores entienden que los barrotes que debería llevar son verticales, para que los niños no se cuelguen en ella. Sin embargo, se los pusieron horizontales. Claustro y progenitores se quejaron, y la empresa dijo que solventaría la papeleta poniendo una rejilla que impida a los muchachos colarse por los huecos. Sin embargo, solamente hizo el trabajo a medias.
Por si con esto fuese poco, luego está lo de la luz del pabellón. Y es que en el polideportivo que se construyó no hay conexión eléctrica. Para las clases no importa demasiado, porque son por la mañana y suele haber suficiente claridad. Pero cuando se hacen festivales no hay donde enchufar ni un radiocasete.
Respuesta municipal
Al preguntarle a la concejala de Obras, la nacionalista Ánxela Franco, señala que está al tanto de la situación y que el Concello tomará las medidas oportunas para que la empresa en cuestión arregle el problema. Si no llega a hacerlo, señala Franco, el Ayuntamiento tendrá que buscar otra vía para que al fin puedan utilizarse los juegos.
Una cosa es estar al tanto y otra actuar con la celeridad que se reclamaba desde la oposición. Cinco meses con esos aparatos desatornillados, es tiempo más que suficiente para volver a poder montarlos y que dichos escolares los puedan usar sin que corran peligro.
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