:lvg: | 16/05/2010
Boiro fue la única localidad en la que se certificó un inmueble amparado por la Xunta el pasado ejercicio. En la última década no se ha construido ninguna vivienda subvencionada en Lousame, Carnota y Mazaricos.
La construcción de pisos de protección autonómica en la comarca siguió un ritmo proporcionalmente inverso a la edificación de vivienda libre, especialmente la destinada a segunda residencia. Cuando el mercado inmobiliario inició su espiral ascendente, a comienzos de la década pasada, lo hizo arropado por la edificación de este tipo de inmuebles, en los que la Administración establece el precio máximo del metro cuadrado y, además, da ayudas a los compradores para facilitar el pago de la hipoteca. A partir del 2005, cuando el bum constructivo era una realidad, los pisos protegidos comenzaron a decaer en beneficio de las segundas residencias. El declive definitivo se constata en el último bienio, cuando solo en tres municipios se visaron pisos protegidos.
Durante el 2008, el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) solo certificó obras tuteladas por la Administración en Ribeira, un total de 83, y Noia, 19. Este mercado, dirigido fundamentalmente a los residentes en la comarca y a quienes tienen unos salarios más ajustados, tocó fondo el pasado año. Según los datos facilitados por el COAG, solo se visó una residencia protegida, concretamente en el municipio de Boiro.
En cabeza
Miembros de la directiva del COAG indicaron que el hecho de que se trate solo de una edificación lleva a pensar que se trata de una vivienda unifamiliar.
Durante toda la década, Boiro y Ribeira coparon el mercado de las viviendas protegidas. De hecho, más de la mitad de las existentes se levantaron en alguno de ambos municipios. En cabeza se sitúa el boirense, con 593, mientras que en el ribeirense constan oficialmente un total de 408.
En el extremo opuesto se sitúan los municipios de Lousame, Carnota y Mazaricos, cuyos residentes se han visto privados durante toda la década de la posibilidad de acceder a inmuebles sujetos a unas ventajosas condiciones porque, simplemente, no se presentó ningún proyecto de este tipo.
Especialmente significativo es el caso carnotano porque se trata de una localidad en la que sí proliferaron durante el bum del ladrillo las edificaciones destinadas a segunda residencia. En el caso mazaricano, la promoción inmobiliaria es prácticamente testimonial y, por lo que respecta a Lousame, la construcción ha empezado a experimentar un ligero crecimiento a raíz de la aprobación del PXOM, pero se trata de la edificación de viviendas unifamiliares o de la rehabilitación de inmuebles.
Escasa oferta
Hay otros tres municipios, Porto do Son, Muros y Outes, que tienen una presencia anecdótica en lo que respecta a la construcción de pisos protegidos desde el 2000. En Porto do Son, el colegio de arquitectos solo certificó seis residencias de este tipo, todas en el año 2002.
En Muros, las únicas existentes, un total de 22, se hicieron a comienzos de la década, mientras que las de Outes, curiosamente, se levantaron cuando la crisis de la construcción comenzaba a mostrar los primeros síntomas.
Desde que comenzó la década se realizaron en la comarca más de un millar de inmuebles cuyo precio ha estado tutelado por la Administración autonómica. El período en el que se ejecutaron mayor número de proyectos fue entre el 2001 y el 2004.
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En cabeza
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