:lvg: | 26/05/2010
El pósito constata una caída de ingresos al llevar los marineros sus capturas a otras localidades.
Si no hay ingresos, no se pueden ofrecer servicios. Esa es una norma que prevalece en todas las entidades marineras que dependen de las ventas en sus lonjas y de las ayudas oficiales para poder subsistir. Este es el caso de la cofradía de Porto do Son. La mayoría de los marineros de la localidad han tenido que poner proa a sus coches para vender sus capturas en la cercana rula ribeirense. Esta situación está provocando una caída importante de ingresos y desde la entidad barajan la posibilidad de reducir algún que otro servicio.
Las subastas que se realizan en el recinto de ventas de la localidad son principalmente de pulpo, la principal especie que capturan los barcos con base en este puerto. Pero desde hace años, tienen problemas con los compradores pues acuden a otros municipios a adquirir cefalópodo, por lo que los sonenses tienen que llevar sus capturas a Ribeira para poder venderlas y también porque normalmente se paga más.
Porcentaje
El pósito incluso cambió el sistema de subastas y ahora es semanal para favorecer la presencia de compradores. Sin embargo, desde hace unas semanas los intermediarios no se interesan por el pulpo de la localidad, por lo que los naseiros tienen que llevarlo hasta Santa Uxía.
Esta situación está provocando que los ingresos de la entidad marinera desciendan de forma vertiginosa, pues por cada kilo que se subasta en la lonja, los marineros tienen que dejar un porcentaje para sufragar parte de los gastos de la entidad.
El patrón mayor, Tomás Fajardo, comentó que la falta de recursos económicos se está notando de forma considerable en el pósito pues los servicios que prestan a los marineros proceden principalmente de los ingresos de las ventas, pero si no hay, «teremos que facer algún que outro recorte», indicó.
Los responsables de la entidad comentaron que con los ingresos de las ventas no cubrirían gastos, por lo que «teriamos que pechar as portas ou suprimir servizos como o carro de varada ou similares, pois non podemos aguantar», dijo.
La cofradía depende del retorno de las ventas en otras localidades
La mayor parte de los ingresos que entran en la caja del pósito sonense proceden principalmente de los retornos de otros puertos. La campaña marisquera de Noia, en la que participan decenas de barcos sonenses, reporta todos los años entre 3.000 y 5.000 euros.
Los percebeiros de la villa también acuden a vender sus capturas a Ribeira. El patrón mayor indicó que llegaron a un acuerdo con la vendeduría de la cofradía de Santa Uxía que les retorna un 5,5% de las ventas del crustáceo. La entidad pretende que todas las vendedurías que comercializan los productos de O Son le hagan la devolución obligatoria por comercializar sus capturas. Otra fuente de ingresos era el alquiler del frigorífico a la cofradía de Portosín, pero el convenio no se renovó.
Si no hay ingresos, no se pueden ofrecer servicios. Esa es una norma que prevalece en todas las entidades marineras que dependen de las ventas en sus lonjas y de las ayudas oficiales para poder subsistir. Este es el caso de la cofradía de Porto do Son. La mayoría de los marineros de la localidad han tenido que poner proa a sus coches para vender sus capturas en la cercana rula ribeirense. Esta situación está provocando una caída importante de ingresos y desde la entidad barajan la posibilidad de reducir algún que otro servicio.
Las subastas que se realizan en el recinto de ventas de la localidad son principalmente de pulpo, la principal especie que capturan los barcos con base en este puerto. Pero desde hace años, tienen problemas con los compradores pues acuden a otros municipios a adquirir cefalópodo, por lo que los sonenses tienen que llevar sus capturas a Ribeira para poder venderlas y también porque normalmente se paga más.
Porcentaje
El pósito incluso cambió el sistema de subastas y ahora es semanal para favorecer la presencia de compradores. Sin embargo, desde hace unas semanas los intermediarios no se interesan por el pulpo de la localidad, por lo que los naseiros tienen que llevarlo hasta Santa Uxía.
Esta situación está provocando que los ingresos de la entidad marinera desciendan de forma vertiginosa, pues por cada kilo que se subasta en la lonja, los marineros tienen que dejar un porcentaje para sufragar parte de los gastos de la entidad.
El patrón mayor, Tomás Fajardo, comentó que la falta de recursos económicos se está notando de forma considerable en el pósito pues los servicios que prestan a los marineros proceden principalmente de los ingresos de las ventas, pero si no hay, «teremos que facer algún que outro recorte», indicó.
Los responsables de la entidad comentaron que con los ingresos de las ventas no cubrirían gastos, por lo que «teriamos que pechar as portas ou suprimir servizos como o carro de varada ou similares, pois non podemos aguantar», dijo.
La cofradía depende del retorno de las ventas en otras localidades
La mayor parte de los ingresos que entran en la caja del pósito sonense proceden principalmente de los retornos de otros puertos. La campaña marisquera de Noia, en la que participan decenas de barcos sonenses, reporta todos los años entre 3.000 y 5.000 euros.
Los percebeiros de la villa también acuden a vender sus capturas a Ribeira. El patrón mayor indicó que llegaron a un acuerdo con la vendeduría de la cofradía de Santa Uxía que les retorna un 5,5% de las ventas del crustáceo. La entidad pretende que todas las vendedurías que comercializan los productos de O Son le hagan la devolución obligatoria por comercializar sus capturas. Otra fuente de ingresos era el alquiler del frigorífico a la cofradía de Portosín, pero el convenio no se renovó.
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