:lvg: | 21/05/2010
El centro de tratamiento de basura está en situación irregular por su cercanía al almacén de explosivos.
En el año 2005, una sentencia cayó como un mazazo sobre la planta de Servia, el centro de Lousame donde se trata la basura de nueve municipios. El fallo judicial ponía en entredicho la legalidad de las naves debido a su cercanía a un polvorín de explosivos situado en el término municipal de Rois. Desde entonces, ha pasado un lustro; cinco años de tan difíciles como intensas negociaciones para intentar sacar las instalaciones de Servia de este atolladero. Ahora, parece que la situación está totalmente encauzada. De hecho, hay un principio de acuerdo que pasa por trasladar el almacén de dinamita y, posteriormente, intentar regularizar la situación del complejo medioambiental.
Tras muchas vueltas de tuerca, se apostó por unos terrenos de Lousame, concretamente de la parroquia de San Xusto, para que en ellos se pueda emplazar el polvorín -que gestiona la Unión Española de Explosivos-. Por tanto, todo parece indicar que se va a dar una paradoja. Ahora, que el polvorín está en el término de Rois, afecta a la planta de Servia, ya que la finca donde se emplaza linda con Lousame. Sin embargo, aunque el nuevo emplazamiento está en tierras lousamianas, no habrá problemas, ya que el sitio elegido está alejado del recinto, para que no le influya.
Al parecer, en todos estos años de negociaciones, se le dio muchas vueltas al sitio donde se podría trasladar el polvorín, a quien pagaría el cambio de ubicación... Pero, finalmente, y tras barajarse llevarlo a sitios como A Lama -en la provincia de Pontevedra- se apostó por Lousame. Por otra parte, y aunque falta atar algunos flecos, parece que fue decisiva la ayuda que proporcionó la Xunta a las partes para que se pusiesen de acuerdo. Incluso se habla de que la consellería de Medio Ambiente podría poner dinero para financiar el traslado, aunque todavía está habiendo reuniones para ver el grado de implicación de la Administración autonómica.
Muy avanzadas
Como muestra de que las negociaciones están muy avanzadas y de que esta vez sí parece divisarse la luz al final del túnel -las partes implicadas tenían buena voluntad desde el principio- pueden citarse dos cuestiones. Una, que el asunto del traslado ya se trató en la última asamblea de la mancomunidad. Cabe recordar que la planta de Servia pertenece a esa entidad. Por otro lado, en San Xusto ya se habló con los dueños de los terrenos en cuestión, que al parecer están alejados de la zona de población. De esta forma, todo hace indicar que en breve se materializará el acuerdo que tanto costó alcanzar.
Aunque las partes -en las negociaciones participó la mancomunidad, el Concello de Lousame y representantes tanto del almacén de explosivos como de FCC, la empresa que gestiona la planta de basuras- parece que llevaban mucho tiempo interesadas en firmar un acuerdo, hay un hecho que hizo que este se precipitase. En unos meses, termina el plazo para que se pueda pedir la ejecución de la sentencia que pone en entredicho la legalidad del centro de tratamiento de residuos y que obliga a cerrar estas instalaciones. Al parecer, si no llega a buscarse una solución pacífica, no faltaría quien en este tiempo pidiese a la Justicia que se materializase el fallo, condenando así al complejo medioambiental.
En el año 2005, una sentencia cayó como un mazazo sobre la planta de Servia, el centro de Lousame donde se trata la basura de nueve municipios. El fallo judicial ponía en entredicho la legalidad de las naves debido a su cercanía a un polvorín de explosivos situado en el término municipal de Rois. Desde entonces, ha pasado un lustro; cinco años de tan difíciles como intensas negociaciones para intentar sacar las instalaciones de Servia de este atolladero. Ahora, parece que la situación está totalmente encauzada. De hecho, hay un principio de acuerdo que pasa por trasladar el almacén de dinamita y, posteriormente, intentar regularizar la situación del complejo medioambiental.
Tras muchas vueltas de tuerca, se apostó por unos terrenos de Lousame, concretamente de la parroquia de San Xusto, para que en ellos se pueda emplazar el polvorín -que gestiona la Unión Española de Explosivos-. Por tanto, todo parece indicar que se va a dar una paradoja. Ahora, que el polvorín está en el término de Rois, afecta a la planta de Servia, ya que la finca donde se emplaza linda con Lousame. Sin embargo, aunque el nuevo emplazamiento está en tierras lousamianas, no habrá problemas, ya que el sitio elegido está alejado del recinto, para que no le influya.
Al parecer, en todos estos años de negociaciones, se le dio muchas vueltas al sitio donde se podría trasladar el polvorín, a quien pagaría el cambio de ubicación... Pero, finalmente, y tras barajarse llevarlo a sitios como A Lama -en la provincia de Pontevedra- se apostó por Lousame. Por otra parte, y aunque falta atar algunos flecos, parece que fue decisiva la ayuda que proporcionó la Xunta a las partes para que se pusiesen de acuerdo. Incluso se habla de que la consellería de Medio Ambiente podría poner dinero para financiar el traslado, aunque todavía está habiendo reuniones para ver el grado de implicación de la Administración autonómica.
Muy avanzadas
Como muestra de que las negociaciones están muy avanzadas y de que esta vez sí parece divisarse la luz al final del túnel -las partes implicadas tenían buena voluntad desde el principio- pueden citarse dos cuestiones. Una, que el asunto del traslado ya se trató en la última asamblea de la mancomunidad. Cabe recordar que la planta de Servia pertenece a esa entidad. Por otro lado, en San Xusto ya se habló con los dueños de los terrenos en cuestión, que al parecer están alejados de la zona de población. De esta forma, todo hace indicar que en breve se materializará el acuerdo que tanto costó alcanzar.
Aunque las partes -en las negociaciones participó la mancomunidad, el Concello de Lousame y representantes tanto del almacén de explosivos como de FCC, la empresa que gestiona la planta de basuras- parece que llevaban mucho tiempo interesadas en firmar un acuerdo, hay un hecho que hizo que este se precipitase. En unos meses, termina el plazo para que se pueda pedir la ejecución de la sentencia que pone en entredicho la legalidad del centro de tratamiento de residuos y que obliga a cerrar estas instalaciones. Al parecer, si no llega a buscarse una solución pacífica, no faltaría quien en este tiempo pidiese a la Justicia que se materializase el fallo, condenando así al complejo medioambiental.
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