:lvg: | 09/05/2010
Las diferencias hacen que algunos vecinos tengan que aportar hasta cien euros más que otros por sus casas
A Pobra es el municipio donde se cobra un mayor porcentaje a los propietarios por los bienes de carácter rústico
La contribución -que de forma oficial se llama impuesto de bienes inmuebles (IBI)-, el dinero que paga cada propietario por los bienes urbanos o rústicos que posee, varía bastante dependiendo del municipio. Sí. El gravamen que cobran los ayuntamientos de la zona por los bienes catastrales difiere y, por tanto, no es lo mismo lo que paga un carnotano por sus tierras o vivienda que lo que tiene que aportar a las arcas públicas un boirense o un ribeirense. Los más afortunados son los vecinos de Mazaricos, Muros y Porto do Son, ya que es en estos términos donde las tasas son más asequibles para los bolsillos. En el otro lado de la balanza están Lousame o Noia, donde los precios son más elevados.
Resulta fácil saber qué fórmula usan los concellos para calcular los recibos de la contribución. Simplemente, cobran un porcentaje del valor que tienen los bienes, tanto rústicos como urbanos, en el catastro. La cuestión está en que no todos aplican el mismo tanto por cien, de ahí que lo que se pague sea distinto. En cuanto a las propiedades urbanas, es decir, a las viviendas u otro tipo de construcciones, la mayoría de los concellos suelen cobrar el 0,40% del valor que tienen. Sin embargo, en Noia se paga un 0,51%, en Rianxo la cifra se eleva hasta el 0,54% y en Lousame hasta el 0,55%.
Disparidad
¿Qué pasa con los bienes rústicos? Hay concellos que solo cobran el 0,30% del valor de las fincas. En Boiro, Ribeira y Rianxo se quedan a medio camino, con un 0,40% y Carnota, Outes, Noia y Lousame cobran valores por encima del 0,60%. Especialmente llamativo es el caso de A Pobra, donde aplican un 0,70%, convirtiéndose en el municipio con tasas más elevadas en cuanto a los bienes rústicos.
En porcentajes, quizás, las diferencias no suenen abultadas. Pero en cantidades absolutas sí se notan. Un ejemplo: un vecino que tenga una casa con un valor catastral aproximado de 100.000 euros pagará por ella 400 euros si la vivienda está en Boiro, Ribeira o Mazaricos. Sin embargo, si el inmueble se ubica en Rianxo tendrá que apoquinar algo más de 500 euros y si es en Lousame un pellizco más.
Calcular las diferencias de precios entre los inmuebles de carácter rústico resulta mucho más complicado ya que depende de la clasificación del suelo, del tipo de propiedad que sea y de otros criterios. Aún sí, está claro que los residentes que más pagan son aquellos que viven en los concellos que aplican un mayor porcentaje. Los más perjudicados en este sentido serían los de A Pobra.
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Resulta fácil saber qué fórmula usan los concellos para calcular los recibos de la contribución. Simplemente, cobran un porcentaje del valor que tienen los bienes, tanto rústicos como urbanos, en el catastro. La cuestión está en que no todos aplican el mismo tanto por cien, de ahí que lo que se pague sea distinto. En cuanto a las propiedades urbanas, es decir, a las viviendas u otro tipo de construcciones, la mayoría de los concellos suelen cobrar el 0,40% del valor que tienen. Sin embargo, en Noia se paga un 0,51%, en Rianxo la cifra se eleva hasta el 0,54% y en Lousame hasta el 0,55%.
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