:lvg: | 1/9/2010
Los depósitos incontrolados de residuos se diseminan por todo el territorio.
La imagen más idílica de cualquiera de los bellos parajes de la comarca se ve empañada, de norte a sur del área barbanzana, por la proliferación de vertederos incontrolados. Da igual que un cartel advierta de la obligación de tirar los residuos en los contenedores habilitados para ello o que se intente preservar un espacio singular mediante la colocación de pasarelas.
Junto a los arenales, en miradores o áreas arboladas es fácil encontrarse con restos de obras, con todo tipo de enseres domésticos e incluso, con elementos que algún día formaron parte de aseos. Cualquiera de estos desechos tiene un lugar concreto al que ir a parar y este, desde luego, no son los entornos naturales.
La proliferación de vertederos incontrolados es un problema al que las Administraciones locales no consiguen poner freno. Los propios vecinos ejercen en muchas ocasiones de guardianes de la protección de las áreas naturales y no dudan en denunciar la aparición de focos de escombros. Este es el caso del merendero de Teira, en Ribeira, en donde a cada retirada de basura se sucede un nuevo depósito.
En otras ocasiones, son los residentes quienes acometen tareas de limpieza en lugares en los que estas labores no se realizan con frecuencia por parte de los concellos. Incluso, en la comarca se tienen desarrollado algunas iniciativas de carácter ciudadano encaminadas a promover actuaciones de limpieza en arenales y parajes naturales.
Desde los concellos reconocen su impotencia porque, aseguran que el principal problema es que resulta difícil pillar a los infractores.
La imagen más idílica de cualquiera de los bellos parajes de la comarca se ve empañada, de norte a sur del área barbanzana, por la proliferación de vertederos incontrolados. Da igual que un cartel advierta de la obligación de tirar los residuos en los contenedores habilitados para ello o que se intente preservar un espacio singular mediante la colocación de pasarelas.
Junto a los arenales, en miradores o áreas arboladas es fácil encontrarse con restos de obras, con todo tipo de enseres domésticos e incluso, con elementos que algún día formaron parte de aseos. Cualquiera de estos desechos tiene un lugar concreto al que ir a parar y este, desde luego, no son los entornos naturales.
La proliferación de vertederos incontrolados es un problema al que las Administraciones locales no consiguen poner freno. Los propios vecinos ejercen en muchas ocasiones de guardianes de la protección de las áreas naturales y no dudan en denunciar la aparición de focos de escombros. Este es el caso del merendero de Teira, en Ribeira, en donde a cada retirada de basura se sucede un nuevo depósito.
En otras ocasiones, son los residentes quienes acometen tareas de limpieza en lugares en los que estas labores no se realizan con frecuencia por parte de los concellos. Incluso, en la comarca se tienen desarrollado algunas iniciativas de carácter ciudadano encaminadas a promover actuaciones de limpieza en arenales y parajes naturales.
Desde los concellos reconocen su impotencia porque, aseguran que el principal problema es que resulta difícil pillar a los infractores.
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