:ecg: | 31/8/2010
Los turistas se resisten a abandonar las playas del Barbanza. La escuela de danza municipal sonense brilló el domingo ante cientos de personas.
Por si no se han enterado, agosto se acaba hoy. Pero, si son ustedes de los que exprimen el verano hasta el último suspiro, están de enhorabuena, porque el sol todavía calienta de lo lindo. Quizá por ello, muchos turistas se resisten a abandonar las playas y plazas del Barbanza. Prueba de ello fue la gran asistencia a la espectacular actuación ofrecida el domingo por la noche por los chicos y chicas de la escuela municipal de danza Anduriña de O Son.
Tras una jornada calurosa, nada mejor que acercarse a una plaza en la que corre una de las últimas brisas de verano para tomar un refresco y desconectar antes de partir. Y eso hice yo. Las anduriñas volaron más alto que nunca. Eso pensé cuando llegó a su fin la actuación del citado grupo en la plaza de España.
Con el espectáculo O Son da danza el grupo interpretó 14 coreografías, con las que demostró que es posible fusionar lo tradicional y lo moderno mostrando un gran talento y creatividad artística. En esta ocasión, la escuela de O Son invitó al grupo Breogán de Brens (Cee) para compartir escenario, el cual deleitó al respetable con sus tradicionales bailes.
La escuela municipal Anduriña surgió hace 23 años, siendo actualmente uno de los grupos más antiguos de la comarca que cuenta con una gran experiencia y veteranía. A su mando, desde hace 22 años, se encuentra el bailarín ribeirense Vicente Colomer, codirector de la compañía Nova Galega de Danza.
Entre las veteranas del grupo destacan Raquel Bazarra y Verónica Maneiro, dos jóvenes sonenses que se apuntaran a baile en 1987 cuando Anduriña surgió como una mera escuela. Con el paso del tiempo, el grupo se hizo más grande, demostrando su esfuerzo festival tras festival, aunque en alguna ocasión la dedicación de sus miembros no sea recompensada o, simplemente, no sea reconocida lo suficiente.
El grupo viajó ya por varias ciudades de España, dejando su huella en Brenes (Andalucía) y Usúrbil (País Vasco). Pero también cruzó la frontera para extender el arte gallego a Portugal y a China, pues en el año 2007 partió rumbo a Pequín para participar en un macrofestival denominado Meet in Beijing.
Como bien dice el refrán, la experiencia es un grado. Y el grupo Anduriña demostró el domingo, una vez más, que el talento es fruto de la experiencia, la constancia y el trabajo. Yo, que viví el espectáculo a flor de piel, sólo puedo decir que las anduriñas volaron más alto que nunca...
Hoy me voy de romería. Mañana les cuento lo que dio de sí la fiesta de San Ramón de Bealo.
Por si no se han enterado, agosto se acaba hoy. Pero, si son ustedes de los que exprimen el verano hasta el último suspiro, están de enhorabuena, porque el sol todavía calienta de lo lindo. Quizá por ello, muchos turistas se resisten a abandonar las playas y plazas del Barbanza. Prueba de ello fue la gran asistencia a la espectacular actuación ofrecida el domingo por la noche por los chicos y chicas de la escuela municipal de danza Anduriña de O Son.
Tras una jornada calurosa, nada mejor que acercarse a una plaza en la que corre una de las últimas brisas de verano para tomar un refresco y desconectar antes de partir. Y eso hice yo. Las anduriñas volaron más alto que nunca. Eso pensé cuando llegó a su fin la actuación del citado grupo en la plaza de España.
Con el espectáculo O Son da danza el grupo interpretó 14 coreografías, con las que demostró que es posible fusionar lo tradicional y lo moderno mostrando un gran talento y creatividad artística. En esta ocasión, la escuela de O Son invitó al grupo Breogán de Brens (Cee) para compartir escenario, el cual deleitó al respetable con sus tradicionales bailes.
La escuela municipal Anduriña surgió hace 23 años, siendo actualmente uno de los grupos más antiguos de la comarca que cuenta con una gran experiencia y veteranía. A su mando, desde hace 22 años, se encuentra el bailarín ribeirense Vicente Colomer, codirector de la compañía Nova Galega de Danza.
Entre las veteranas del grupo destacan Raquel Bazarra y Verónica Maneiro, dos jóvenes sonenses que se apuntaran a baile en 1987 cuando Anduriña surgió como una mera escuela. Con el paso del tiempo, el grupo se hizo más grande, demostrando su esfuerzo festival tras festival, aunque en alguna ocasión la dedicación de sus miembros no sea recompensada o, simplemente, no sea reconocida lo suficiente.
El grupo viajó ya por varias ciudades de España, dejando su huella en Brenes (Andalucía) y Usúrbil (País Vasco). Pero también cruzó la frontera para extender el arte gallego a Portugal y a China, pues en el año 2007 partió rumbo a Pequín para participar en un macrofestival denominado Meet in Beijing.
Como bien dice el refrán, la experiencia es un grado. Y el grupo Anduriña demostró el domingo, una vez más, que el talento es fruto de la experiencia, la constancia y el trabajo. Yo, que viví el espectáculo a flor de piel, sólo puedo decir que las anduriñas volaron más alto que nunca...
Hoy me voy de romería. Mañana les cuento lo que dio de sí la fiesta de San Ramón de Bealo.
Me quedo sin palabras para poder ensalzar el más que fantástico espectáculo con el que nos deleitaron estos grupos.
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