10 febrero 2012

El precio de las viviendas usadas cae menos que el de las nuevas

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Cada vez más promotoras ofertan pisos en alquiler con opción a compra

El desplome de la construcción, uno de los sectores en los que el paro no deja de incrementarse cada mes, dejó en la comarca unas dos mil viviendas sin comprador. El tiempo pasa y la situación no repunta, lo que no deja más alternativa a los promotores que bajar los precios. En la época del bum inmobiliario también hubo muchos apartamentos adquiridos por particulares con el propósito de hacer negocio y, visto que esto ya no es posible, algunos han optado por ponerlos a la venta. Sin embargo, y según la información facilitada por representantes de diversas agencias inmobiliarias, el precio de los pisos de segunda mano baja menos que el de los nuevos.

Los profesionales Tania Mariño, de Palmeira, y Pablo Agraso, de Portosín, coinciden en señalar que la casuística es muy variada, pero indican que, por regla general, los vendedores particulares intentan recuperar la inversión y, en muchos casos, ganar algún dinero a mayores.

Un piso de los denominados de residencia habitual podía costar hace cinco años unos 140.000 euros. Ahora, sin estrenar, su valor ronda los 100.000. Por el contrario, la misma vivienda de segunda mano sale por unos 110.000 o 115.000 euros.

José Besada, un hombre que lleva muchos años en el mercado inmobiliario, indica que los precios han caído sobre un 30% y explica que en su agencia aplican importantes descuentos: «De esta forma hemos logrado liberar parte del stock. Bajamos el coste de forma que la gente pueda pagar».



Otras fórmulas

También son muchos los promotores que se decantan por la fórmula de ofrecer el inmueble en alquiler con opción a compra. Las condiciones varían. En algunos casos se solicita un aval, mientras que en otros únicamente se cobra la mensualidad, previo análisis de los ingresos y circunstancias laborales de los demandantes.

Este sistema ha dado buenos resultados en algunos casos, como indica el profesional Domingo Molinos: «Puxemos tan boas condicións que os vinte pisos que tiñamos en carteira liquidámolos nun ano».

Otro efecto derivado de la crisis es que el valor de los domicilios destinados a convertirse en residencia habitual se ha equiparado, al menos en la zona comprendida en Porto do Son y Rianxo. Cuando más se nota es al realizar la comparación con Ribeira que, tradicionalmente, era uno de los lugares con los valores más altos. Lógicamente, es aquí donde, en términos generales, los precios han experimentado mayor reducción.

Por lo que respecta a la situación del sector, la crítica de los profesionales hacia los bancos es generalizada. Todos se quejan de que no se respetan las condiciones de subrogación de hipotecas que suscribieron en su momento o de que dan dinero más fácilmente a quienes adquieren sus viviendas.

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