:lvg: | 25/06/2010
Los ejecutivos de Porto do Son y Boiro contactaron con Sanidade para transmitirle el malestar de los pacientes.
Los concellos no son ajenos a los problemas que está habiendo con las recetas médicas en Boiro, Porto do Son, Outes y Lousame, donde pacientes y farmacéuticos se quejan de que, ahora, los enfermos que toman varios medicamentos tienen que ir muchas más veces que antes a la botica para conseguir su tratamiento. Responsables de los cuatro ejecutivos manifestaron ayer que, efectivamente, los vecinos protestan o como mínimo comentan que el modelo transitorio que hay ahora, a medio camino entre la receta de papel de toda la vida y la nueva, de carácter electrónico, les provoca incomodidades y trastornos. Desde los gobiernos sonense y boirense no se limitaron a escuchar las críticas y, aunque las competencias de sanidad son exclusivas de la Xunta, intentaron mover ficha.
En el caso de Porto do Son, la concejala Joaquina González acudió, el pasado día 16, y según ella misma explicó, a una reunión con la gerencia de Atención Primaria. Fue para transmitirle al Sergas todas las quejas que habían llegado al Concello a cuenta del nuevo sistema de recetas, a medio camino entre el electrónico y el papel, y al parecer, lo que le dijeron es que se trata de un método transitorio que en tres meses estará eliminado. La edila indicó ayer que en municipios como el sonense ese no es demasiado consuelo, ya que hay muchos núcleos rurales y gente mayor que está teniendo serios problemas para ir a la farmacia.
González Lorenzo hizo hincapié en que los usuarios que no están de acuerdo con esta medida deberían presentar quejas formales en el Sergas, porque de otra manera no queda constancia oficial de su malestar. «Dende o Concello podemos intentar que o arranxen, pero as competencias de Sanidade son exclusivas da Xunta, polo que as queixas deben presentarse ante esta Administración».
Agravio comparativo
También en Boiro se movieron para intentar atajar el problema. Juan Jesús Ares, el teniente de alcalde, explicó que tanto él como el regidor, Xosé Deira, contactaron con Atención Primaria para ver qué es lo que estaba ocurriendo. Como en el caso sonense, fueron las quejas de los pacientes y de los profesionales de las farmacias los que les llevaron a llamar al Sergas. Nuevamente, la respuesta fue la misma: «Din que ningún sistema é infalible, que hai fallos e que pretenden corrixilos, aseguráronnos que soamente imos estar así tres meses. Nós dixémoslle claramente que aquí está habendo moitísimas dificultades coas receitas».
Juan Jesús Ares también indicó que en sitios como Escarabote se da la siguiente situación. Dado que A Pobra está cerca, muchos pobrenses van a por los medicamentos a la farmacia de la citada localidad de Boiro. Ellos llegan con sus recetas electrónicas «e nun momento arranxan todo, e levan os seus tratamentos, mentres que os que son de Boiro, que van á mesma farmacia, teñen moitos problemas, porque no noso concello implantaron ese sistema transitorio que provoca moito embrollo, iso é un agravio comparativo».
Los concellos no son ajenos a los problemas que está habiendo con las recetas médicas en Boiro, Porto do Son, Outes y Lousame, donde pacientes y farmacéuticos se quejan de que, ahora, los enfermos que toman varios medicamentos tienen que ir muchas más veces que antes a la botica para conseguir su tratamiento. Responsables de los cuatro ejecutivos manifestaron ayer que, efectivamente, los vecinos protestan o como mínimo comentan que el modelo transitorio que hay ahora, a medio camino entre la receta de papel de toda la vida y la nueva, de carácter electrónico, les provoca incomodidades y trastornos. Desde los gobiernos sonense y boirense no se limitaron a escuchar las críticas y, aunque las competencias de sanidad son exclusivas de la Xunta, intentaron mover ficha.
En el caso de Porto do Son, la concejala Joaquina González acudió, el pasado día 16, y según ella misma explicó, a una reunión con la gerencia de Atención Primaria. Fue para transmitirle al Sergas todas las quejas que habían llegado al Concello a cuenta del nuevo sistema de recetas, a medio camino entre el electrónico y el papel, y al parecer, lo que le dijeron es que se trata de un método transitorio que en tres meses estará eliminado. La edila indicó ayer que en municipios como el sonense ese no es demasiado consuelo, ya que hay muchos núcleos rurales y gente mayor que está teniendo serios problemas para ir a la farmacia.
González Lorenzo hizo hincapié en que los usuarios que no están de acuerdo con esta medida deberían presentar quejas formales en el Sergas, porque de otra manera no queda constancia oficial de su malestar. «Dende o Concello podemos intentar que o arranxen, pero as competencias de Sanidade son exclusivas da Xunta, polo que as queixas deben presentarse ante esta Administración».
Agravio comparativo
También en Boiro se movieron para intentar atajar el problema. Juan Jesús Ares, el teniente de alcalde, explicó que tanto él como el regidor, Xosé Deira, contactaron con Atención Primaria para ver qué es lo que estaba ocurriendo. Como en el caso sonense, fueron las quejas de los pacientes y de los profesionales de las farmacias los que les llevaron a llamar al Sergas. Nuevamente, la respuesta fue la misma: «Din que ningún sistema é infalible, que hai fallos e que pretenden corrixilos, aseguráronnos que soamente imos estar así tres meses. Nós dixémoslle claramente que aquí está habendo moitísimas dificultades coas receitas».
Juan Jesús Ares también indicó que en sitios como Escarabote se da la siguiente situación. Dado que A Pobra está cerca, muchos pobrenses van a por los medicamentos a la farmacia de la citada localidad de Boiro. Ellos llegan con sus recetas electrónicas «e nun momento arranxan todo, e levan os seus tratamentos, mentres que os que son de Boiro, que van á mesma farmacia, teñen moitos problemas, porque no noso concello implantaron ese sistema transitorio que provoca moito embrollo, iso é un agravio comparativo».
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