20 junio 2010

Los programas estivales para niños no se ajustan al horario de los padres

:lvg: | 20/06/2010
¿Qué hacemos con los niños en verano? Seguramente, esa sea una pregunta que estas alturas esté sonando en muchas casas barbanzanas. En unos días, los colegios echan el cierre, los críos tienen once semanas de vacaciones y, una vez más, las opciones para mantener cuidados y entretenidos a los ocho mil pequeños que viven en Barbanza son mínimas. Y es que, aunque los concellos se vuelcan en organizar iniciativas, estas apenas se adaptan a los horarios de padres trabajadores. Por tanto, por muchos programas municipales que haya -es cierto que cada año van a más-, estos apenas suponen un alivio para cientos de familias de la comarca.

En cuanto a los concellos, los once ayuntamientos de la zona programan actividades, sobre todo deportivas. Sin embargo, casi todas tienen una duración escasa, como mucho de un mes. Y tampoco permiten dejar a los niños demasiadas horas al día. Además, casi todas son por las mañanas, por lo que quienes trabajen por las tardes deben ir pensando en otra opción para sus pequeños. Al igual que en el 2009, los ayuntamientos que permiten, a medias, que padres que trabajen puedan tener a sus hijos entretenidos durante su jornada laboral son A Pobra y Ribeira. En el caso pobrense, al parecer debido a que muchas madres trabajan en la conserva y empiezan a esa hora, se adelantó la apertura del campamento a las 6.45 horas. Además, en el precio que tiene se incluye el desayuno. En cuanto a Ribeira, también tiene actividades que empiezan a una hora mínimamente aceptable para quien trabaja, es decir, a las 9.00 horas.

Tarifas

Además de en los horarios, existen grandes diferencias entre los precios que hay que abonar por las actividades para niños entre los concellos. Por ejemplo, en Porto do Son son gratis, mientras que en otros lados se pagan cuotas que van desde los seis a los sesenta euros. En algunos casos, los concellos únicamente cobran a quienes son de fuera del municipio. Ocurre así en términos como Outes o Mazaricos. Pese a ser de pago, la mayoría de las actividades cuentan con numerosos participantes.

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