:lvg: | 30/05/2010
Fraga, Zapatero y Loyola de Palacio encabezan la lista de políticos que eligieron la comarca para veranear, en la que se incluyen también conocidos artistas.
Faltan pocas semanas para que la comarca vuelva a llenarse de turistas. Serán varios miles de personas las que, un año más, elijan alguno de los once municipios de la zona para disfrutar de sus vacaciones estivales. Son, en su mayoría, gente anónima que llega hasta aquí atraída por los encantos del lugar o bien porque, de un modo u otro, guardan algún tipo de vinculación personal o sentimental con el territorio barbanzano. Probablemente las mismas razones por las que otros personajes, estos más conocidos y referentes en ámbitos tan variados como el deporte, la cultura o la política, también eligieron alguna de las localidades del área de influencia de esta edición para su descanso veraniego.
Y es que, durante los últimos años, la comarca ha recibido la visita de personajes tan conocidos como el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; la fallecida política Loyola de Palacio, que desempeñó varios cargos políticos de relevancia en Madrid y Bruselas; el ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga; o de músicos de reconocido prestigio entre el gran público como Julieta Venegas y Joaquín Sabina. Estas visitas, más o menos habituales para algunos de ellos durante la última década, pasaron en determinadas ocasiones totalmente desapercibidas -circunstancia que seguro agradecieron los protagonistas- y en otras, fueron la noticia del verano en el lugar donde estos se hospedaban, llegando incluso a movilizar a curiosos y mitómanos de zonas limítrofes.
Ejemplos de esto último fueron, sin duda, los dos veranos que el, por entonces, secretario general del partido socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, pasó en el municipio de Porto do Son. Corrían los primeros días del mes de agosto del 2001 cuando el sonriente líder del PSOE llegaba, acompañado de su esposa, Sonsoles Espinosa, y de sus dos hijas, a la puerta del edificio Caudillar, situado en la zona portuaria, que sería su residencia durante semana y media.
Baños de multitudes
En la recepción a Rodríguez Zapatero ya estuvieron presentes además del que era alcalde, Ramón Quintáns, y otros dirigentes locales, la presidenta del PSOE sevillano y regidora del ayuntamiento andaluz de Brenes, Elena Nimo, que también veraneaba en la parroquia de Caamaño. Nada comparable a los baños de masas que se dio en sus salidas por los municipios de Rianxo o Ribeira, o en la comida con 600 simpatizantes que tuvo lugar en Boiro el día de su partida. Tan solo un pacto explícito con los informadores le permitió disfrutar, durante algunas jornadas, de largos paseos por la zona, de la pesca en el mar o de la tranquilidad de tomar un café en alguna de las terrazas de la localidad.
Más sosiego encontró Ana Aznar, hija del ex presidente del gobierno, que había llegado al municipio sonense apenas un mes antes que Zapatero, pero que contó con la complicidad de los vecinos para que solo trascendiera su presencia en el momento de marcharse.
Igualmente desapercibida llegó a pasar la presencia de Loyola de Palacio en el núcleo boirense de Abanqueiro, donde la que fuera ministra de Agricultura, Comisaria de Transportes y Vicepresidenta de la Comisión Europea, era una vecina más durante los días en que escogía la comarca para disfrutar de su pasión por el mar. A ello ayudaba, según cuentan los residentes , la sencillez y naturalidad con la que acudía, a pasear o a comprar en los mercadillos de Boiro y A Pobra, donde dicen haberla visto haciéndose con toallas, fruta o enseres domésticos.
La política tampoco faltaba a la fiesta del percebe de Aguiño, ni se olvidaba de mantener contactos con los profesionales pesqueros de la comarca, sector del que era una gran conocedora y defensora, tal y como apuntaba recientemente Andrés Monteagudo, patrón de la Cofradía de Aguiño durante 13 años.
De Palacio, que falleció a finales de 2006, gustaba de la navegación y la pesca durante sus vacaciones barbanzanas. Actividades en las que coincidió, en alguna ocasión, con uno de sus principales mentores políticos, Manuel Fraga Iribarne. El veterano estadista también se convirtió en un asiduo de la comarca gracias a las invitaciones para pescar en aguas de Cabo de Cruz, realizadas por su amigo Jesús Alonso.
Cantantes discretos
Más discretas fueron las visitas llevadas a cabo, durante los últimos años, por Julieta Venegas y Joaquín Sabina a Corrubedo y Portosín, respectivamente. En el caso de la cantante mexicana la visita se debe al hecho de que su actual pareja, Carlos Mariño, natural de Arzúa, posee una vivienda en el municipio de Ribeira, mientras que el conocido cantautor se hospeda en la casa sonense propiedad de sus ex suegros, donde al parecer se le vio disfrutar, hace un par de veranos, de la compañía de sus dos hijas.
Otro tanto hizo el compositor cubano Pablo Milanés que aprovechó los días libres entre actuación y actuación para visitar a la familia de su actual esposa, Nancy, en la localidad mazaricana de Pino de Val. Parece que los artistas han cogido el testigo de la clase política.
Faltan pocas semanas para que la comarca vuelva a llenarse de turistas. Serán varios miles de personas las que, un año más, elijan alguno de los once municipios de la zona para disfrutar de sus vacaciones estivales. Son, en su mayoría, gente anónima que llega hasta aquí atraída por los encantos del lugar o bien porque, de un modo u otro, guardan algún tipo de vinculación personal o sentimental con el territorio barbanzano. Probablemente las mismas razones por las que otros personajes, estos más conocidos y referentes en ámbitos tan variados como el deporte, la cultura o la política, también eligieron alguna de las localidades del área de influencia de esta edición para su descanso veraniego.
Y es que, durante los últimos años, la comarca ha recibido la visita de personajes tan conocidos como el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; la fallecida política Loyola de Palacio, que desempeñó varios cargos políticos de relevancia en Madrid y Bruselas; el ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga; o de músicos de reconocido prestigio entre el gran público como Julieta Venegas y Joaquín Sabina. Estas visitas, más o menos habituales para algunos de ellos durante la última década, pasaron en determinadas ocasiones totalmente desapercibidas -circunstancia que seguro agradecieron los protagonistas- y en otras, fueron la noticia del verano en el lugar donde estos se hospedaban, llegando incluso a movilizar a curiosos y mitómanos de zonas limítrofes.
Ejemplos de esto último fueron, sin duda, los dos veranos que el, por entonces, secretario general del partido socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, pasó en el municipio de Porto do Son. Corrían los primeros días del mes de agosto del 2001 cuando el sonriente líder del PSOE llegaba, acompañado de su esposa, Sonsoles Espinosa, y de sus dos hijas, a la puerta del edificio Caudillar, situado en la zona portuaria, que sería su residencia durante semana y media.
Baños de multitudes
En la recepción a Rodríguez Zapatero ya estuvieron presentes además del que era alcalde, Ramón Quintáns, y otros dirigentes locales, la presidenta del PSOE sevillano y regidora del ayuntamiento andaluz de Brenes, Elena Nimo, que también veraneaba en la parroquia de Caamaño. Nada comparable a los baños de masas que se dio en sus salidas por los municipios de Rianxo o Ribeira, o en la comida con 600 simpatizantes que tuvo lugar en Boiro el día de su partida. Tan solo un pacto explícito con los informadores le permitió disfrutar, durante algunas jornadas, de largos paseos por la zona, de la pesca en el mar o de la tranquilidad de tomar un café en alguna de las terrazas de la localidad.
Más sosiego encontró Ana Aznar, hija del ex presidente del gobierno, que había llegado al municipio sonense apenas un mes antes que Zapatero, pero que contó con la complicidad de los vecinos para que solo trascendiera su presencia en el momento de marcharse.
Igualmente desapercibida llegó a pasar la presencia de Loyola de Palacio en el núcleo boirense de Abanqueiro, donde la que fuera ministra de Agricultura, Comisaria de Transportes y Vicepresidenta de la Comisión Europea, era una vecina más durante los días en que escogía la comarca para disfrutar de su pasión por el mar. A ello ayudaba, según cuentan los residentes , la sencillez y naturalidad con la que acudía, a pasear o a comprar en los mercadillos de Boiro y A Pobra, donde dicen haberla visto haciéndose con toallas, fruta o enseres domésticos.
La política tampoco faltaba a la fiesta del percebe de Aguiño, ni se olvidaba de mantener contactos con los profesionales pesqueros de la comarca, sector del que era una gran conocedora y defensora, tal y como apuntaba recientemente Andrés Monteagudo, patrón de la Cofradía de Aguiño durante 13 años.
De Palacio, que falleció a finales de 2006, gustaba de la navegación y la pesca durante sus vacaciones barbanzanas. Actividades en las que coincidió, en alguna ocasión, con uno de sus principales mentores políticos, Manuel Fraga Iribarne. El veterano estadista también se convirtió en un asiduo de la comarca gracias a las invitaciones para pescar en aguas de Cabo de Cruz, realizadas por su amigo Jesús Alonso.
Cantantes discretos
Más discretas fueron las visitas llevadas a cabo, durante los últimos años, por Julieta Venegas y Joaquín Sabina a Corrubedo y Portosín, respectivamente. En el caso de la cantante mexicana la visita se debe al hecho de que su actual pareja, Carlos Mariño, natural de Arzúa, posee una vivienda en el municipio de Ribeira, mientras que el conocido cantautor se hospeda en la casa sonense propiedad de sus ex suegros, donde al parecer se le vio disfrutar, hace un par de veranos, de la compañía de sus dos hijas.
Otro tanto hizo el compositor cubano Pablo Milanés que aprovechó los días libres entre actuación y actuación para visitar a la familia de su actual esposa, Nancy, en la localidad mazaricana de Pino de Val. Parece que los artistas han cogido el testigo de la clase política.
0 comentarios:
Publicar un comentario