Desde el puerto de la localidad sonense consideran que se ha hecho una campaña para que se utilizasen cajas de plástico en detrimento de las de madera.
El patrón mayor, Eduardo Carreño, comentó que en Vigo siguen cerrando las puertas al pescado que se descarga en este tipo de envases. «As outras débenlle ser máis fáciles de usar en parte porque son de quince quilos, cando as de madeira levan ata 25 quilos».
La Xunta de Galicia se pronunció hace unos meses a favor del uso de materiales tradicionales, pero según el dirigente de la entidad, «o porto vigués é de competencia do Estado, polo que non están sometidos a Administración galega e por iso, fan o que queren».
Más afectados
El problema, además de afectar a los armadores de Portosín, también trae de cabeza a los compradores que adquieren el pescado en la localidad y después lo trasladan hasta el puerto de la ciudad olívica para su posterior reventa. «No recinto non deixan que se descargue ningunha especie que non vaia nos envases de plástico, a pesares das queixas dun importante colectivo, tanto de armadores coma do sector de aserradeiros de Galicia», dijo Eduardo Carreño.
La intención de los dirigentes de la entidad marinera es solicitar una entrevista con las autoridades portuarias viguesas para intentar acercar posturas. El patrón mayor comentó que «o que pretendemos é que deixen convivir o uso das dúas caixas nese porto».
Desde el pósito de Portosín insisten en que los envases de madera son los que mejor se adaptan al respeto por el medio ambiente y además son biodegradables, algo que no ocurre con el material derivado del petróleo.
La cofradía considera que el problema se originó debido al uso cajas de madera usadas por parte de algunos armadores, lo que causaba cierto rechazo en el puerto de la ciudad olívica. Para el responsable de la entidad sonense, «o problema acaba cunha boa vixilancia para evitar a entrada deste material vello», dijo.
El patrón mayor destacó que la mayoría de los barcos continúan usando la madera para el transporte y descarga del pescado, pues se conserva mucho mejor y lo mantiene más fresco. Además, «o peixe estrágase moito menos niso que no plástico». La prohibición de vender mercancía en este tipo de recipientes provocó una auténtica crisis entre el colectivo de aserraderos de Galicia, pues muchos de ellos viven de la construcción de estas cajas para el sector pesquero. Incluso hubo amenazas de llevar el asunto a los tribunales desde la cofradía de Portosín, pero al final desecharon la idea al darles la razón la Xunta de Galicia.
La Voz de Galicia 28/1/2010
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