Las policías de Boiro y Muros no tenían guardia esa madrugada pese a que sí las hacen otros días. En el Grumir de Ribeira solamente estaban operativos dos voluntarios, al igual que en el de Noia.
Una cosa está clara. Aunque los servicios de emergencias anduvieron a cien para atender las llamadas de socorro y no dejar a ningún particular desasistido, el temporal Flora asomó la cabeza por la comarca con el número de operarios bajo mínimos. ¿Por qué? Dos factores fueron clave para que esto ocurriese: no se dio aviso a tiempo de la alerta y, por tanto, no hubo operativos especiales y, además, coincidió con un período delicado para los grumires, en el que, por la falta de ayudas de la Xunta, apenas hay operarios contratados en este servicio.
Los casos más sangrantes fueron dos: Ribeira y Noia. En el municipio ribeirense, el Grumir habitualmente está compuesto por 15 personas. Sin embargo, debido a que se extinguieron los contratos y por el momento no llegaron las subvenciones para renovárselos, ahora mismo no hay nadie trabajando para el servicio. Eso sí, la jornada del temporal estuvieron operativos dos voluntarios. Por lo tanto, en la capital barbanzana estaban disponibles durante la madrugada los tres bomberos que componían la guardia nocturna de este cuerpo y una patrulla de la Policía Local. Amén de las dos personas del Grumir ribeirense que, de forma altruista, se sumaron a las labores.
¿Y en Noia? Pasó algo parecido a lo de Ribeira. Del Grumir, estaban operativas dos personas -de las 15 que hay habitualmente, ahora mismo solo están contratadas tres-. A ellas había que sumarles la patrulla de la Policía Local que hacía guardia esa madrugada y los agentes de la Guardia Civil que permanecían de servicio en el municipio.
La excepción
En cuanto al asunto de los grumires, la gran excepción fue y es Boiro. En el caso boirense, el Concello decidió asumir el coste de contratar a las 15 personas para no tener que prescindir de estos operarios mientras no llegan las ayudas de la Xunta. La madrugada del jueves eran tres los trabajadores de este servicio que estaban de guardia. Sin embargo, al llegar las primeras alertas, estos dieron aviso a los compañeros y se montó un dispositivo especial. En total, fueron nueve las personas que trabajaron durante las horas sin luz.
Sin embargo, no todo fue color de rosa en Boiro. Si el Grumir estaba de guardia, no ocurría lo mismo con la Policía Local del municipio. Debido a la escasez de plantilla, ahora mismo, los agentes, solamente hacen turnos de noche en ocasiones especiales -por ejemplo, los sábados-. Dado que no había alerta por temporal, esa madrugada no estaba nadie en las oficinas. Y algo similar pasó en Muros. «Se souberamos que ía ser así, montaríase algo especial», enfatizan los guardias.
A mayores, y como es ya más lógico, tampoco hubo vigilancia por parte de la Policía Local en los municipios en los que, de forma habitual, no hay este servicio durante las noches. Es decir, en Porto do Son, Outes y Carnota. Desde los distintos cuerpos incidían en una cuestión: si se hubiese producido algún tipo de aviso o alerta se prepararían operativos especiales. «Sempre se fai así, foi unha mágoa», señalaban desde todas partes.
La Voz de Galicia 17/1/2010
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