20 enero 2010

Los cerqueros de la comarca presentan sus planes para la costera de la anchoa


Armadores de Portosín proponen topes diarios para el bocarte y los de Ribeira apuestan por los semanales.

Ahora es el sector el que tiene que decidir. Después de que la Unión Europea autorizase la apertura del caladero de la anchoa en el Cantábrico a partir del 1 de marzo, el colectivo debe regular la actividad. Mañana tendrá lugar una reunión de las federaciones de cofradías del norte para determinar todas las cuestiones relacionadas con la pesca de esta especie. Por ello, los representantes de los armadores pidieron su opinión para tomar una decisión y elaborar un calendario de topes y capturas y también unas normas básicas de trabajo. Los armadores de Portosín y Ribeira celebraron asambleas en los últimos días y ya han remitido sus propuestas para que sean tenidas en cuenta a la hora de regular la extracción de pescado.

El portavoz de los cerqueros de Ribeira, Francisco Ayaso, señaló que su única propuesta está relacionada con los cupos. En este sentido, comentó que «o mellor é poñer un tope semanal de quince toneladas». Eso sí, reconoció que están abiertos a todo tipo de sugerencias o cuestiones que se formulen desde otros puertos, siempre y cuando sea por mayoría.

Para este armador ribeirense, las perspectivas son bastante buenas, pues según los comentarios de compañeros del País Vasco, «hai bastante peixe no caladoiro». Por otra parte, comentó que además se están dando los condicionantes necesarios para que sea una buena campaña, como pueden ser las intensas lluvias caídas en los últimos meses, pues «o bocarte necesita auga doce», subrayó.

Jornadas seguidas

Los armadores de Portosín han remitido sus propuestas a la Federación Galega de Confrarías, muy similares a las que plantean algunos pósitos del País Vasco.

El patrón mayor de Portosín, Eduardo Carreño Otero, comentó que su intención es que se establezca un tope diario de 4.000 kilos y acumulables a dos jornadas seguidas, siempre y cuando se trate de anchoa grande, de menos 35 piezas por kilo, o de 2.000 kilos si no superan las 45 piezas por kilogramo.

Desde la agrupación de Portosín también consideran que la anchoa pequeña debe estar excluida de la pesca, y en especial aquella que meta más de cincuenta piezas en kilo.

Los empresarios sonenses quieren que las cosas se hagan bien y por ello proponen otras opciones con la finalidad de mantener el orden en el caladero del golfo de Vizcaya. Desde esta localidad se propone la creación de un gabinete de crisis, integrado por al menos dos representantes de cada puerto de origen, que se reúna los viernes o los sábados para analizar las capturas. En este sentido, Carreño comentó que los integrantes del sector propondrían la modificación de los topes dependiendo del estado de los bancos de este pescado en el Cantábrico.

Cambio en alta mar

Por otra parte, desde Portosín también se llevará a la reunión de mañana de la posibilidad de que se permita el transbordo en alta mar de hasta un máximo de mil kilos de bocarte, quedando reflejado en la hoja de la UE la cantidad que se cambia de nave, así como el nombre de la embarcación que los lleva a puerto y el lugar donde se hace la maniobra. Con esta medida, «evitaríase que o cerqueiro tivese que ir a porto a descargar, cando o pode levar outro».

Pero las peticiones de los cerqueros de Portosín aún continúan. Para que la costera se lleve a cabo a rajatabla, desde el puerto de la localidad sonense se solicita un aumento de la vigilancia en el puerto y también que se haga de forma rotatoria. En este sentido, Eduardo Carreño explicó que su intención es que sean los propios interesados los que se encarguen de controlar las descargas y evitar que se capture más anchoa de la permitida.

El total admisible de capturas (TAC) para este año es de 7.000 toneladas. Sin embargo, para los barcos españoles, les corresponden unas 5.300 toneladas, pues el resto se destina a los pesqueros franceses, por lo que la intención de los armadores barbanzanos es que la distribución sea justa y equitativa para todos.

Los barcos gallegos que tienen licencia para pescar bocarte en aguas del Cantábrico este año son sobre sesenta, de los cuales unos veinte tienen su base en las localidades barbanzanas de Portosín y Ribeira. La mayoría zarparán en febrero para participar en la costera del verdel.

La Voz de Galicia 20/1/2010

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