:logo-lvg: | Barbanza
Hace seis años se visaban diariamente en Ribeira y Boiro media docena de viviendas, mientras que en el pasado ejercicio se certificó una cada dos días
La zona de Arousa norte lideró, en el año 2007, la construcción de inmuebles. Según los datos de visados del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, en sus cuatro ayuntamientos se certificaron el doble de viviendas que en los siete municipios del área de Santiago. Tanto en el 2006 como en el 2007, Ribeira figuró en el primer puesto en la tramitación de expedientes de pisos. Fue un auténtico bum que, en el caso de la comarca barbanzana, se ha desplomado, si cabe, de forma más estrepitosa que en otros lugares. Si la construcción en Galicia se redujo un 74% desde el inicio de la crisis, en el caso barbanzano lo ha hecho en un 95%.
Hace seis años, en Ribeira y Boiro se visaban un promedio de seis viviendas diarias. El pasado ejercicio, en el conjunto de los once municipios se certificó una cada dos días. Durante el 2007, en Barbanza se cursaron expedientes de más de tres mil nuevos pisos, la mitad de ellos en Ribeira y, el pasado año, únicamente de 172.
Aunque Ribeira es el ayuntamiento que más ha sufrido los efectos de la crisis del sector constructivo porque las cifras de edificación estaban entre las más altas de la comunidad gallega, también han notado de manera importante el descalabro municipios como Boiro, Porto do Son, A Pobra, Rianxo y Carnota.
El caso muradano
Uno de los municipios costeros donde menor incidencia ha tenido la recesión que sufre el sector es el de Muros. En pleno apogeo, la concesión de licencias para edificación estaba suspendida por la elaboración del planeamiento urbanístico. Cuando el nuevo PXOM estuvo aprobado, hace unos dos años, la crisis ya había entrado en su fase más dura y, por lo tanto, no se realizaron proyectos constructivos.
Tampoco en Lousame o Mazaricos ha tenido repercusión la caída de la actividad en el sector y, desde hace más de un lustro, las licencias concedidas a promotores se mantienen en términos parejos.
Ninguna edificación colectiva
Los datos del colegio de arquitectos en Santiago refrendan lo que afirman los empresarios de la construcción que todavía resisten: los únicos trabajos que se consiguen son, además de pequeñas reformas, rehabilitaciones y, en el mejor de los casos, construcción de viviendas unifamiliares. Un 60% de los visados realizados en el 2012 se refieren, precisamente, a casas de familias individuales.
El pasado año, en Noia, Porto do Son y Rianxo no se tramitó ningún permiso para la construcción de viviendas colectivas. En Ribeira hubo una solicitud, pero para una edificación de tan solo tres domicilios. La obra más grande se prevé en Boiro, donde el colegio de arquitectos ha visado una vivienda colectiva con 24 apartamentos.
Primeros observadores
Los profesionales del colegio de arquitectos son los primeros en percibir los cambios de tendencia. Es decir, si se aprecian o no síntomas de recuperación. Esto es así porque el primer paso para la posterior ejecución de una obra es el visado del proyecto. Si a sus manos no llegan planos para certificar significa que, a medio plazo, no hay construcción.
Un profesional indicó que en la comarca, por término medio, transcurre medio año desde que un proyecto es visado hasta que arrancan las obras.
Desde el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia se indica que el elevado número de inmuebles nuevos pendientes de vender y los de segunda mano que están poniendo en el mercado las entidades financieras por los impagos hipotecarios, unido a la restricción de los créditos, son factores que «non animan aos inversores a promover novas actuacións de vivenda colectiva, verdadeiro motor da economía deste sector».
Los datos aportados por el órgano colegial señalan que en el período comprendido entre los años 2000 y 2007, el porcentaje de viviendas colectivas certificadas fue del 77%, mientras que durante el pasado ejercicio no se superó en Galicia el índice del 38%.
La zona de Arousa norte lideró, en el año 2007, la construcción de inmuebles. Según los datos de visados del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, en sus cuatro ayuntamientos se certificaron el doble de viviendas que en los siete municipios del área de Santiago. Tanto en el 2006 como en el 2007, Ribeira figuró en el primer puesto en la tramitación de expedientes de pisos. Fue un auténtico bum que, en el caso de la comarca barbanzana, se ha desplomado, si cabe, de forma más estrepitosa que en otros lugares. Si la construcción en Galicia se redujo un 74% desde el inicio de la crisis, en el caso barbanzano lo ha hecho en un 95%.
Hace seis años, en Ribeira y Boiro se visaban un promedio de seis viviendas diarias. El pasado ejercicio, en el conjunto de los once municipios se certificó una cada dos días. Durante el 2007, en Barbanza se cursaron expedientes de más de tres mil nuevos pisos, la mitad de ellos en Ribeira y, el pasado año, únicamente de 172.
Aunque Ribeira es el ayuntamiento que más ha sufrido los efectos de la crisis del sector constructivo porque las cifras de edificación estaban entre las más altas de la comunidad gallega, también han notado de manera importante el descalabro municipios como Boiro, Porto do Son, A Pobra, Rianxo y Carnota.
El caso muradano
Uno de los municipios costeros donde menor incidencia ha tenido la recesión que sufre el sector es el de Muros. En pleno apogeo, la concesión de licencias para edificación estaba suspendida por la elaboración del planeamiento urbanístico. Cuando el nuevo PXOM estuvo aprobado, hace unos dos años, la crisis ya había entrado en su fase más dura y, por lo tanto, no se realizaron proyectos constructivos.
Tampoco en Lousame o Mazaricos ha tenido repercusión la caída de la actividad en el sector y, desde hace más de un lustro, las licencias concedidas a promotores se mantienen en términos parejos.
Ninguna edificación colectiva
Los datos del colegio de arquitectos en Santiago refrendan lo que afirman los empresarios de la construcción que todavía resisten: los únicos trabajos que se consiguen son, además de pequeñas reformas, rehabilitaciones y, en el mejor de los casos, construcción de viviendas unifamiliares. Un 60% de los visados realizados en el 2012 se refieren, precisamente, a casas de familias individuales.
El pasado año, en Noia, Porto do Son y Rianxo no se tramitó ningún permiso para la construcción de viviendas colectivas. En Ribeira hubo una solicitud, pero para una edificación de tan solo tres domicilios. La obra más grande se prevé en Boiro, donde el colegio de arquitectos ha visado una vivienda colectiva con 24 apartamentos.
Primeros observadores
Los profesionales del colegio de arquitectos son los primeros en percibir los cambios de tendencia. Es decir, si se aprecian o no síntomas de recuperación. Esto es así porque el primer paso para la posterior ejecución de una obra es el visado del proyecto. Si a sus manos no llegan planos para certificar significa que, a medio plazo, no hay construcción.
Un profesional indicó que en la comarca, por término medio, transcurre medio año desde que un proyecto es visado hasta que arrancan las obras.
Desde el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia se indica que el elevado número de inmuebles nuevos pendientes de vender y los de segunda mano que están poniendo en el mercado las entidades financieras por los impagos hipotecarios, unido a la restricción de los créditos, son factores que «non animan aos inversores a promover novas actuacións de vivenda colectiva, verdadeiro motor da economía deste sector».
Los datos aportados por el órgano colegial señalan que en el período comprendido entre los años 2000 y 2007, el porcentaje de viviendas colectivas certificadas fue del 77%, mientras que durante el pasado ejercicio no se superó en Galicia el índice del 38%.
0 comentarios:
Publicar un comentario