:lvg: | 19/8/2010
Incluso en el mismo período del 2006, el año de la oleada de incendios, hubo más precipitaciones. En lo que va de estío solamente llovió ocho días, y en esas jornadas el agua que cayó fue mínima.
Quienes todavía se crean eso de que veranear en la comarca es un riesgo por si llueve pueden ir olvidándose de tal leyenda urbana. Nada más lejos de la realidad. En lo que va de estío, solamente llovió ocho días, contando el de ayer, cuando el cielo lloró poco más de cuatro gotas. En total, desde el 21 de junio hasta el cierre de esta edición, cayeron 12,1 litros por metro cuadrado, una cantidad que se supera fácilmente en cualquier jornada del invierno. La situación es tal que la comarca de Barbanza está viviendo el verano el más seco de la última década, según los datos que pueden consultarse en la página web de Meteogalicia.
El año pasado, a estas alturas de verano había habido ya 21 días de lluvia. En el mismo período del 2008, la cifra era de 18; y en el 2007 de 15 días lluviosos. Incluso en aquel verano horrible, el del 2006, cuando la comarca ardió por los cuatro costados, hubo más precipitaciones que ahora. Por tanto, es lógico que se empiece a hablar de sequía y que esta pase factura, por ejemplo, a la agricultura. De hecho, recientemente, propietarios de ganado de monte se quejaban de que las vacas no tenían absolutamente nada que llevarse a la boca, ya que el pasto estaba totalmente arrasado; una situación que empeoró sobremanera con los incendios forestales.
Además, no solo está el hecho de que solamente haya llovido ocho días en lo que va de estío. También es importante otra circunstancia: los días en los que hubo precipitaciones estas fueron mínimas, cuatro gotas y poco más. La jornada en la que el agua fue más abundante fue el dos de julio, cuando cayeron 4,3 litros por metro cuadrado.
Casi un mes
La sequía de este año es tal que desde el 20 de julio, hasta ayer no llovió, es decir, que la comarca estuvo casi un mes sin precipitaciones. En la jornada de ayer, además, el agua caída fue mínima. De hecho, tras una mañana de nubes, por la tarde llegó a abrir el sol. Y si durante la mañana se vieron paraguas, por la tarde se pudo ir de terrazas, al parque con los niños o, incluso, a darse un baño a la playa.
Quienes todavía se crean eso de que veranear en la comarca es un riesgo por si llueve pueden ir olvidándose de tal leyenda urbana. Nada más lejos de la realidad. En lo que va de estío, solamente llovió ocho días, contando el de ayer, cuando el cielo lloró poco más de cuatro gotas. En total, desde el 21 de junio hasta el cierre de esta edición, cayeron 12,1 litros por metro cuadrado, una cantidad que se supera fácilmente en cualquier jornada del invierno. La situación es tal que la comarca de Barbanza está viviendo el verano el más seco de la última década, según los datos que pueden consultarse en la página web de Meteogalicia.
El año pasado, a estas alturas de verano había habido ya 21 días de lluvia. En el mismo período del 2008, la cifra era de 18; y en el 2007 de 15 días lluviosos. Incluso en aquel verano horrible, el del 2006, cuando la comarca ardió por los cuatro costados, hubo más precipitaciones que ahora. Por tanto, es lógico que se empiece a hablar de sequía y que esta pase factura, por ejemplo, a la agricultura. De hecho, recientemente, propietarios de ganado de monte se quejaban de que las vacas no tenían absolutamente nada que llevarse a la boca, ya que el pasto estaba totalmente arrasado; una situación que empeoró sobremanera con los incendios forestales.
Además, no solo está el hecho de que solamente haya llovido ocho días en lo que va de estío. También es importante otra circunstancia: los días en los que hubo precipitaciones estas fueron mínimas, cuatro gotas y poco más. La jornada en la que el agua fue más abundante fue el dos de julio, cuando cayeron 4,3 litros por metro cuadrado.
Casi un mes
La sequía de este año es tal que desde el 20 de julio, hasta ayer no llovió, es decir, que la comarca estuvo casi un mes sin precipitaciones. En la jornada de ayer, además, el agua caída fue mínima. De hecho, tras una mañana de nubes, por la tarde llegó a abrir el sol. Y si durante la mañana se vieron paraguas, por la tarde se pudo ir de terrazas, al parque con los niños o, incluso, a darse un baño a la playa.
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