:lvg: | 17/8/2010
Los turistas que se acercaron a Porto do Son el sábado llegaron tanto de la comarca como del resto del Estado.
Está de moda. Pero no solo por el efecto talismán que uno de ellos, Paul, mostró con sus vaticinios durante el último mundial de fútbol con la selección española. Algo que el sábado se pudo comprobar con una de las más numerosas y mejor organizadas Festas do Polbo que se recuerdan en Porto do Son desde su instauración hace 17 años. La promotora de esta fiesta gastronómica, la Asociación Sonense de Empresarios, reconoció a través de su presidente, Luis Oujo, que esta edición ?«es la mejor que recordamos desde que nos hicimos cargo de la patronal hace tres años. Por lo menos en cuanto a número de visitantes y organización, ya que calculamos que fueron sobre 8.000 las personas que disfrutaron de la fiesta».
La verdad es que los números hablan por sí solos. 3.000 kilos de pulpo y 2.000 de mejillones fueron los alimentos típicos que se sirvieron en las carpas instaladas. Unas ventas que desde la organización afirmaron que «suponen unos cuantiosos dividendos, además de los que reportaron en el comercio del pueblo con tanta gente todo el día visitando sus calles y entrando en las tiendas».
El destino del capital acumulado con la venta del cefalópodo y mejillones, servirá según fuentes de la patronal, para sufragar parte de la inversión realizada en esta edición de la Festa do Polbo. Además, se invertirá también para costear parte de la campaña comercial de Navidad que esta misma institución realiza anualmente.
Boca a boca
La fiesta gastronómica de Porto do Son ya se ha convertido en un referente del calendario estival en Barbanza. Y aunque no acumula los años de otros actos similares como el de O Carballiño, la celebración sonense consigue captar cada año a un mayor número de visitantes procedentes de todo el Estado: «El sábado había gente de muchas partes de España, además de Galicia, que veranean en Barbanza y se acercan hasta aquí para probar el pulpo y conocer la villa», afirmaban desde la organización. Las mismas fuentes reconocieron que iniciativas paralelas como la feria de la miel o las actividades realizadas por el colectivo de rederas y de torneros, tuvieron gran afluencia entre los visitantes que compaginaron la gastronomía con la cultura popular gallega.
Está de moda. Pero no solo por el efecto talismán que uno de ellos, Paul, mostró con sus vaticinios durante el último mundial de fútbol con la selección española. Algo que el sábado se pudo comprobar con una de las más numerosas y mejor organizadas Festas do Polbo que se recuerdan en Porto do Son desde su instauración hace 17 años. La promotora de esta fiesta gastronómica, la Asociación Sonense de Empresarios, reconoció a través de su presidente, Luis Oujo, que esta edición ?«es la mejor que recordamos desde que nos hicimos cargo de la patronal hace tres años. Por lo menos en cuanto a número de visitantes y organización, ya que calculamos que fueron sobre 8.000 las personas que disfrutaron de la fiesta».
La verdad es que los números hablan por sí solos. 3.000 kilos de pulpo y 2.000 de mejillones fueron los alimentos típicos que se sirvieron en las carpas instaladas. Unas ventas que desde la organización afirmaron que «suponen unos cuantiosos dividendos, además de los que reportaron en el comercio del pueblo con tanta gente todo el día visitando sus calles y entrando en las tiendas».
El destino del capital acumulado con la venta del cefalópodo y mejillones, servirá según fuentes de la patronal, para sufragar parte de la inversión realizada en esta edición de la Festa do Polbo. Además, se invertirá también para costear parte de la campaña comercial de Navidad que esta misma institución realiza anualmente.
Boca a boca
La fiesta gastronómica de Porto do Son ya se ha convertido en un referente del calendario estival en Barbanza. Y aunque no acumula los años de otros actos similares como el de O Carballiño, la celebración sonense consigue captar cada año a un mayor número de visitantes procedentes de todo el Estado: «El sábado había gente de muchas partes de España, además de Galicia, que veranean en Barbanza y se acercan hasta aquí para probar el pulpo y conocer la villa», afirmaban desde la organización. Las mismas fuentes reconocieron que iniciativas paralelas como la feria de la miel o las actividades realizadas por el colectivo de rederas y de torneros, tuvieron gran afluencia entre los visitantes que compaginaron la gastronomía con la cultura popular gallega.
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