:lvg: | 25/3/2011
La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) tuvo ayer trabajo en dos municipios de Barbanza. Vararon dos cetáceos en Porto do Son y Carnota. El primero apareció en las proximidades del muelle sonense y el segundo en la playa de Caldebarcos.
En el caso sonense, y según los datos aportados por el Cemma, el cadáver era de un delfín común, una cría, que medía 1,57 centímetros. Al parecer, los vecinos la habían visto con vida el día anterior, pero ayer por la mañana ya estaba muerta. Se trata del cetáceo más común en las aguas gallegas, aunque es difícil que aparezcan en las rías.
En cuanto a Carnota, era un delfín gris, que medía 2,71 metros, un animal que suele alimentarse de cefalópodos. En este caso, el estado de descomposición era avanzado.
Fuentes del Cemma señalaron que en lo que va de año se registraron 85 varamientos de cetáceos. Uno de los más singulares tuvo lugar en Ribeira, en Coroso. Se trató de una tortuga laúd, una especie que procede del Caribe y que las corrientes traen hasta aquí. Hace años, lo normal es que llegasen tres o cuatro ejemplares de estas características a Galicia. En el 2010 esa cifra se disparó y vararon en las costas gallegas un total de 14 tortugas laúd. En 2011, una vino a parar hasta Ribeira.
En el caso sonense, y según los datos aportados por el Cemma, el cadáver era de un delfín común, una cría, que medía 1,57 centímetros. Al parecer, los vecinos la habían visto con vida el día anterior, pero ayer por la mañana ya estaba muerta. Se trata del cetáceo más común en las aguas gallegas, aunque es difícil que aparezcan en las rías.
En cuanto a Carnota, era un delfín gris, que medía 2,71 metros, un animal que suele alimentarse de cefalópodos. En este caso, el estado de descomposición era avanzado.
Fuentes del Cemma señalaron que en lo que va de año se registraron 85 varamientos de cetáceos. Uno de los más singulares tuvo lugar en Ribeira, en Coroso. Se trató de una tortuga laúd, una especie que procede del Caribe y que las corrientes traen hasta aquí. Hace años, lo normal es que llegasen tres o cuatro ejemplares de estas características a Galicia. En el 2010 esa cifra se disparó y vararon en las costas gallegas un total de 14 tortugas laúd. En 2011, una vino a parar hasta Ribeira.
Muchos curiosos nos acercamos a ver esta cría de delfín, "golfiño", dicen algunos marineros, cuando la avistamos nadando en las proximidades del puerto y sentimos mucha lastima cuando corrió la voz de que había aparecido muerta.
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