06 marzo 2011

Los estancos acusan el descenso de ventas desde que se prohíbe fumar en los bares

:lvg: | 6/3/2011
Los profesionales demandan que se rebaje la dureza de la normativa

Las consecuencias de la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco no solo se están dejando notar en bares y cafeterías. El fin sanitario de su aplicación se refleja en las ventas de cigarrillos en los estancos, con una cifra de descenso que roza el 30% en la comarca de Barbanza o, lo que es lo mismo, un consumo de 600 cajetillas menos que en el mismo período del año anterior. Y es que parece que cada vez son más los que se lo piensan antes de comprar tabaco, debido en gran medida a que la norma prohíbe fumar en el interior de más de mil establecimientos hosteleros de la zona y en un total de 48 hectáreas al aire libre. A nivel provincial, las cifras se presentan un poco más optimistas. Desde la Asociación de Estanqueros de A Coruña se señala que la caída de las ventas ronda el 20%, aunque se estima que la tendencia siga a la baja durante los próximos meses. En concreto, durante el año 2010 se vendieron en la provincia 81,4 millones de cajetillas de veinte cigarrillos, una media de 6,7 millones de unidades al mes, siendo julio el período en el que el consumo fue mayor.

En euros, durante el mes de enero del pasado 2010 los ingresos de los estancos de A Coruña rondaron los veinte millones, si bien en el mismo período de este año los beneficios se redujeron considerablemente. «La nueva ley y el contrabando están poniendo en peligro la estabilidad de mi establecimiento y el futuro del trabajo de mis empleados. Para luchar contra esta situación solo nos queda ofrecer el mejor servicio y el mejor trato a nuestros clientes», afirmó Manuel Picher, propietario de un estanco en la ciudad de Ribeira. Su afirmación es compartida por otros profesionales, que demandan que se rebaje la dureza de la ley.

Puros y picadura

Si la venta de cajetillas está cayendo, la otra cara de la moneda la marcan las cifras relativas al consumo de tabaco de liar. La crisis parece estar teniendo mucho que ver en el repunte del consumo de este producto, ya que su precio es más asequible. En los últimos dos años las ventas de picadura crecieron en la comarca más de un 40%. La prohibición de fumar en bodas y banquetes, se remonta al 2006, ha hecho que la venta de puros también se resienta desde hace años, si bien este producto cuenta con clientes fieles.
Ya que los periodistas están tan preocupados por la bajada del tabaco, ¿por qué no preguntan en las tiendas de comestibles la bajada que hay en cuanto a la bolsa de la compra y que se sepa, el gobierno de momento aun no nos prohibió comer, aunque visto lo visto?.

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