:lvg: | 22/3/2011
Los fieles visitaron la capilla para pedir la curación de sus dolencias
Es san Benito para los fieles el médico de las curaciones imposibles, el único capaz de hacer frente a las dolencias con milagros que hoy narra la tradición y que han pasado de generación en generación. Por ello, y aunque la primera romería del año en honor al santo cayó en lunes, decenas de fieles quisieron mostrar su devoción en la capilla de Seráns, llevando ofrendas, pañuelos y velas al benefactor. El sol lució espléndido desde primera hora de la mañana para aliarse con aquellos que año tras año acuden a la celebración religiosa de la parroquia sonense de San Pedro de Muro.
La misa solemne se celebró al mediodía, cuando los devotos se reunieron tanto en el interior de la iglesia como en las inmediaciones para llevar a cabo los rituales que piden al santo la curación de las enfermedades. Sus atribuciones son conocidas en toda la comarca. Muchos hacían cola en la fuente que da entrada al recinto sagrado para mojar sus pañuelos en el agua, a la que se le atribuyen poderes curativos, o simplemente para refrescarse, ya que el sol de justicia parecía hacerse ayer más intenso con las horas. La primavera dio el primer aviso el mismo día en el que se honró a san Benito.
Muchas velas y pocos gallos
Recuerdan todavía en Seráns los tiempos en los que las decenas de gallos y gallinas se ofrecían al santo el día de la romería para ser subastados tras la eucaristía. Los fondos recaudados servían para hacer frente a los gastos de la celebración.
Sin embargo, ayer en las propiedades adyacentes a la capilla no se veía ningún animal, tan solo velas y alguna limosna. Los vecinos del lugar atribuían este hecho a que la romería cayó mal en el calendario.
No faltaron ni las estampas ni el óleo consagrado que los devotos extienden en las verrugas de su piel para hacerlas desaparecer. Rosquillas se llevaron debajo del brazo muchos vecinos que acudieron a la capilla para despedirse de las celebraciones que rinden devoción a san Benito más de una vez año. En julio volverán las oraciones a la capilla de Seráns.
Otras imágenes:
Es san Benito para los fieles el médico de las curaciones imposibles, el único capaz de hacer frente a las dolencias con milagros que hoy narra la tradición y que han pasado de generación en generación. Por ello, y aunque la primera romería del año en honor al santo cayó en lunes, decenas de fieles quisieron mostrar su devoción en la capilla de Seráns, llevando ofrendas, pañuelos y velas al benefactor. El sol lució espléndido desde primera hora de la mañana para aliarse con aquellos que año tras año acuden a la celebración religiosa de la parroquia sonense de San Pedro de Muro.
La misa solemne se celebró al mediodía, cuando los devotos se reunieron tanto en el interior de la iglesia como en las inmediaciones para llevar a cabo los rituales que piden al santo la curación de las enfermedades. Sus atribuciones son conocidas en toda la comarca. Muchos hacían cola en la fuente que da entrada al recinto sagrado para mojar sus pañuelos en el agua, a la que se le atribuyen poderes curativos, o simplemente para refrescarse, ya que el sol de justicia parecía hacerse ayer más intenso con las horas. La primavera dio el primer aviso el mismo día en el que se honró a san Benito.
Muchas velas y pocos gallos
Recuerdan todavía en Seráns los tiempos en los que las decenas de gallos y gallinas se ofrecían al santo el día de la romería para ser subastados tras la eucaristía. Los fondos recaudados servían para hacer frente a los gastos de la celebración.
Sin embargo, ayer en las propiedades adyacentes a la capilla no se veía ningún animal, tan solo velas y alguna limosna. Los vecinos del lugar atribuían este hecho a que la romería cayó mal en el calendario.
No faltaron ni las estampas ni el óleo consagrado que los devotos extienden en las verrugas de su piel para hacerlas desaparecer. Rosquillas se llevaron debajo del brazo muchos vecinos que acudieron a la capilla para despedirse de las celebraciones que rinden devoción a san Benito más de una vez año. En julio volverán las oraciones a la capilla de Seráns.
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