:lvg: | 7/10/2010
La familia de la joven de Nebra que andaba dos kilómetros sigue sin estar conforme
Han pasado casi tres semanas hasta que las súplicas de una familia de Pedra do Lobo, en Nebra, fueron atendidas. Ángela Touriñán, de 13 años, tenía que caminar unos dos kilómetros desde su casa hasta la parada del autobús que la llevaba al instituto de Porto do Son. La Xunta aprobó una nueva parada y ayer, por fin, la joven pudo montarse en el bus, que la recoge a unos trescientos metros de su hogar. Pero la familia no está conforme y luchará para que llegue hasta su casa.
Para comprender su malestar, basta con recorrer el camino que la separa de la parada. Lo peor no es la distancia, sino que el tramo que aún tiene que realizar ahora la joven discurre por un sendero sin farolas, plagado de vegetación, deshabitado y en el que se forman charcos insalvables cuando llueve. Hacer el camino a pie no tiene mayor problema a mediodía, cuando Ángela vuelve del instituto, pero a las 7.30 horas, en invierno, aún en plena noche, la cosa cambia. Bajo un paraguas, armada con una linterna y, por supuesto, en compañía de su madre, bajó la joven hasta el cruce donde la recoge desde ayer el autobús.
Es por ello que Carmen González, madre de la chica, seguirá insistiendo para que el autobús llegue hasta su casa: «É absurdo que por trescentos metros non suba ata a casa, porque para nós eses trescentos metros sono todo».
Otros casos
Esta petición la apoyan también otros vecinos. Es el caso de Antonio Pouso, padre de otros dos jóvenes de Resúa, el pueblo colindante. Iván es uno de sus hijos, que tenía que hacer también un buen trecho andando. «Ao aprobarse esta parada para Ángela, e ter que pasar por diante da nosa casa, pensamos que o autobús pararía, pero hoxe pasou por diante nosa e quedou o rapaz en terra», explica Pouso. No descartan ir a hablar con el alcalde, Xoán Pastor Rodríguez, para que les apoye o, «polo menos que poña farois».
Desde el instituto, el director, Bernardo Campos, dice que la parada está aprobada para dos alumnos, por lo que Iván tendrá que coger el autobús con Ángela. «Aceptaron a parada aínda que non hai a distancia mínima esixida, polo que a Xunta tivo en conta as circunstancias especiais desta moza», explica.
Han pasado casi tres semanas hasta que las súplicas de una familia de Pedra do Lobo, en Nebra, fueron atendidas. Ángela Touriñán, de 13 años, tenía que caminar unos dos kilómetros desde su casa hasta la parada del autobús que la llevaba al instituto de Porto do Son. La Xunta aprobó una nueva parada y ayer, por fin, la joven pudo montarse en el bus, que la recoge a unos trescientos metros de su hogar. Pero la familia no está conforme y luchará para que llegue hasta su casa.
Para comprender su malestar, basta con recorrer el camino que la separa de la parada. Lo peor no es la distancia, sino que el tramo que aún tiene que realizar ahora la joven discurre por un sendero sin farolas, plagado de vegetación, deshabitado y en el que se forman charcos insalvables cuando llueve. Hacer el camino a pie no tiene mayor problema a mediodía, cuando Ángela vuelve del instituto, pero a las 7.30 horas, en invierno, aún en plena noche, la cosa cambia. Bajo un paraguas, armada con una linterna y, por supuesto, en compañía de su madre, bajó la joven hasta el cruce donde la recoge desde ayer el autobús.
Es por ello que Carmen González, madre de la chica, seguirá insistiendo para que el autobús llegue hasta su casa: «É absurdo que por trescentos metros non suba ata a casa, porque para nós eses trescentos metros sono todo».
Otros casos
Esta petición la apoyan también otros vecinos. Es el caso de Antonio Pouso, padre de otros dos jóvenes de Resúa, el pueblo colindante. Iván es uno de sus hijos, que tenía que hacer también un buen trecho andando. «Ao aprobarse esta parada para Ángela, e ter que pasar por diante da nosa casa, pensamos que o autobús pararía, pero hoxe pasou por diante nosa e quedou o rapaz en terra», explica Pouso. No descartan ir a hablar con el alcalde, Xoán Pastor Rodríguez, para que les apoye o, «polo menos que poña farois».
Desde el instituto, el director, Bernardo Campos, dice que la parada está aprobada para dos alumnos, por lo que Iván tendrá que coger el autobús con Ángela. «Aceptaron a parada aínda que non hai a distancia mínima esixida, polo que a Xunta tivo en conta as circunstancias especiais desta moza», explica.
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