:lvg: | 29/10/2010
La firma concesionaria propuso prestar el dinero para trasladar el polvorín a cambio de su devolución con intereses.
El pago de 1,6 millones ha permitido alcanzar un principio de acuerdo sobre el futuro de la planta de Servia.
Que después de la tormenta llega la calma o que Dios aprieta pero no ahoga son latiguillos que ayer más que nunca pronunciaban diferentes personas vinculadas a la planta de Servia. Y es que tal y como reconocen fuentes de la entidad supramunicipal, los desencuentros que en junio motivaron que la empresa concesionaria de esta explotación -Fomento de Construcciones y Contratas (FCC)- solicitara la resolución del contrato, hoy empiezan a diluirse. Uno de los puntos en los que ayer existía un acuerdo es el que atañe al factor económico. Y es que después de que Serra do Barbanza pagara 1,6 millones en los últimos meses pasa reducir la deuda, la misma entidad propuso que el resto se abonara en nueve pagos trimestrales, lo que supondría su erradicación en diciembre del 2012. Algo que tal y como apuntaron fuentes cercanas a la mancomunidad ha sido bien visto por FCC.
Otra cuestión es el tema del polvorín que cohabita a escasos metros de la explotación medioambiental. La mancomunidad propuso a FCC que se haga cargo del coste de su traslado -obligatorio para que la planta siga trabajando- algo que según confirmaron diferentes fuentes consultadas no ha gustado a la firma Fomento, siendo su contraoferta un préstamo a la propia mancomunidad para sufragar el coste, y que sería devuelto con intereses. Aun así, desde Serra do Barbanza aseguran que la predisposición de todas las partes implicadas en el polvorín «es muy buena, sobre todo la de la empresa propietaria de este almacén de explosivos». Aún así, las mismas fuentes aseguran que son varias las posibilidades que existen para alcanzar un acuerdo final sobre esta cuestión.
Recelo entre los trabajadores
Entre los 150 empleados que integran la plantilla de la planta de compostaje existe desconfianza por su futuro, ya que según confirman desde el comité «lo que más preocupa son los concellos que no son de pleno derecho, sobre todo Ames, ya que no tenemos garantizado que pague ni la deuda actual ni las cuotas regulares que están por venir».
Relacionada
La mancomunidad reconoce que a día de hoy «hai bases suficientes para acadar un acordo» con la empresa
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Otra cuestión es el tema del polvorín que cohabita a escasos metros de la explotación medioambiental. La mancomunidad propuso a FCC que se haga cargo del coste de su traslado -obligatorio para que la planta siga trabajando- algo que según confirmaron diferentes fuentes consultadas no ha gustado a la firma Fomento, siendo su contraoferta un préstamo a la propia mancomunidad para sufragar el coste, y que sería devuelto con intereses. Aun así, desde Serra do Barbanza aseguran que la predisposición de todas las partes implicadas en el polvorín «es muy buena, sobre todo la de la empresa propietaria de este almacén de explosivos». Aún así, las mismas fuentes aseguran que son varias las posibilidades que existen para alcanzar un acuerdo final sobre esta cuestión.
Recelo entre los trabajadores
Entre los 150 empleados que integran la plantilla de la planta de compostaje existe desconfianza por su futuro, ya que según confirman desde el comité «lo que más preocupa son los concellos que no son de pleno derecho, sobre todo Ames, ya que no tenemos garantizado que pague ni la deuda actual ni las cuotas regulares que están por venir».
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