:lvg: | 27/10/2010
En menos de un año ocurrieron en la comarca dos accidentes en los que se vieron implicados seis pescadores deportivos. Murieron cuatro personas y dos se salvaron
Hace hoy exactamente un año lucía el sol en Barbanza. Eso sí, hacía mucho frío y el viento soplaba con fuerza en la costa. Al atardecer, un trágico accidente conmocionó a la opinión pública gallega: una lancha de recreo zozobraba en Aguiño con tres pescadores deportivos a bordo. Eran amigos y vecinos. Los tres de Rianxo. Faustino Rodríguez y Vicente Figueira Ignacio perecieron en el suceso. José Eiras Varela, se salvó
El único superviviente de la embarcación Cunchiñas todavía no está recuperado del impacto. «Non son capaz de durmir. Necesito pastillas para conciliar algo o sono pola noite».
Pasó varias horas en el agua aquel trágico 27 de octubre. La lancha volcó debido a un golpe de mar y los tres ocupantes acabaron en el mar. Sin embargo, sus compañeros, más jóvenes que el, no resistieron. Y a pesar de que el accidente fue casi a una milla del puerto de Aguiño, no pudieren alcanzar la costa debido a la virulencia del mar.
José Eiras, de 71 años, fue rescatado por un helicóptero tras varias horas en el agua. Pasó varios días en un hospital restableciéndose de las heridas y de una pulmonía.
Este pescador aficionado intenta recuperarse fisica y psíquicamente en su casa de Abuín, en Rianxo. Sin embargo, al escuchar las noticias el día 17, su cuerpo volvió a estremecerse y los recuerdos pasaron por su mente muy deprisa cuando supo del accidente de los tres buzos de Porto do Son que, como ellos, regresaban de un día de pesca en el mar. Un trágico suceso muy similar al ocurrido en O Carreiro de Aguiño: tres tripulantes, dos muertos y un superviviente, que también soportó varias horas en el agua, antes de que lo rescatasen.
Por su mente volvieron a pasar todos aquellos momentos. Su lucha con la muerte fue titánica. Vio morir a sus compañeros.
El mar también se llevó por delante a otros dos deportistas de Porto do Son que regresaban de una jornada de pesca. Una avería provocó que la lancha en la que viajaban Juan y Benigno Torres y José Manuel Pérez volcase, pasando por encima de los dos primeros, que murieron en el acto.
Eiras Varela reconoce que se acordó mucho de los tres sonenses, incluso «pensei en ir ao enterro, pero ao final non puiden. Agora pesoume moito non o facer, porque quería estar ao lado das familias e tamén do que se salvou, porque tivo que pasalas canutas, coma min. Por iso, tiña gañas de darlle un abrazo».
Ánimos
Pero su deseo no ha caído en saco roto. La esposa del único superviviente de Porto do Son, Luz Divina González, entiende perfectamente el estado de ánimo del rianxeiro. Su marido está pasando una situación muy difícil y apunta que «si lle apetece ver ao meu home, que o faga. Que pase por aquí cando queira para saudalo e falar os dous».
Nada más ocurrir el accidente de Aguiño, José Eiras dijo que jamás volvería a pescar, no por miedo, sino por respeto a sus amigos. Después de un año, sigue manteniendo su promesa, pero es que «non quero, non me apetece saír da casa». También es un gran aficionado a la caza. «Fun un día, pero non teño gañas», subrayó.
Hoy se cumple exactamente un año de la tragedia. El sábado tendrá lugar en la iglesia parroquial de Leiro un funeral conjunto, a partir de las cinco de la tarde, por los pescadores Faustino Rodríguez y Vicente Figueira Ignacio. Sin duda, un acto en el que José Eiras volverá a recordar una jornada de pesca que se convirtió en una auténtica pesadilla, muy similar a la que está viviendo el sonense José Manuel Pérez.
Relacionada
José Eiras y José Manuel Pérez están bajo control médico
Hace hoy exactamente un año lucía el sol en Barbanza. Eso sí, hacía mucho frío y el viento soplaba con fuerza en la costa. Al atardecer, un trágico accidente conmocionó a la opinión pública gallega: una lancha de recreo zozobraba en Aguiño con tres pescadores deportivos a bordo. Eran amigos y vecinos. Los tres de Rianxo. Faustino Rodríguez y Vicente Figueira Ignacio perecieron en el suceso. José Eiras Varela, se salvó
El único superviviente de la embarcación Cunchiñas todavía no está recuperado del impacto. «Non son capaz de durmir. Necesito pastillas para conciliar algo o sono pola noite».
Pasó varias horas en el agua aquel trágico 27 de octubre. La lancha volcó debido a un golpe de mar y los tres ocupantes acabaron en el mar. Sin embargo, sus compañeros, más jóvenes que el, no resistieron. Y a pesar de que el accidente fue casi a una milla del puerto de Aguiño, no pudieren alcanzar la costa debido a la virulencia del mar.
José Eiras, de 71 años, fue rescatado por un helicóptero tras varias horas en el agua. Pasó varios días en un hospital restableciéndose de las heridas y de una pulmonía.
Este pescador aficionado intenta recuperarse fisica y psíquicamente en su casa de Abuín, en Rianxo. Sin embargo, al escuchar las noticias el día 17, su cuerpo volvió a estremecerse y los recuerdos pasaron por su mente muy deprisa cuando supo del accidente de los tres buzos de Porto do Son que, como ellos, regresaban de un día de pesca en el mar. Un trágico suceso muy similar al ocurrido en O Carreiro de Aguiño: tres tripulantes, dos muertos y un superviviente, que también soportó varias horas en el agua, antes de que lo rescatasen.
Por su mente volvieron a pasar todos aquellos momentos. Su lucha con la muerte fue titánica. Vio morir a sus compañeros.
El mar también se llevó por delante a otros dos deportistas de Porto do Son que regresaban de una jornada de pesca. Una avería provocó que la lancha en la que viajaban Juan y Benigno Torres y José Manuel Pérez volcase, pasando por encima de los dos primeros, que murieron en el acto.
Eiras Varela reconoce que se acordó mucho de los tres sonenses, incluso «pensei en ir ao enterro, pero ao final non puiden. Agora pesoume moito non o facer, porque quería estar ao lado das familias e tamén do que se salvou, porque tivo que pasalas canutas, coma min. Por iso, tiña gañas de darlle un abrazo».
Ánimos
Pero su deseo no ha caído en saco roto. La esposa del único superviviente de Porto do Son, Luz Divina González, entiende perfectamente el estado de ánimo del rianxeiro. Su marido está pasando una situación muy difícil y apunta que «si lle apetece ver ao meu home, que o faga. Que pase por aquí cando queira para saudalo e falar os dous».
Nada más ocurrir el accidente de Aguiño, José Eiras dijo que jamás volvería a pescar, no por miedo, sino por respeto a sus amigos. Después de un año, sigue manteniendo su promesa, pero es que «non quero, non me apetece saír da casa». También es un gran aficionado a la caza. «Fun un día, pero non teño gañas», subrayó.
Hoy se cumple exactamente un año de la tragedia. El sábado tendrá lugar en la iglesia parroquial de Leiro un funeral conjunto, a partir de las cinco de la tarde, por los pescadores Faustino Rodríguez y Vicente Figueira Ignacio. Sin duda, un acto en el que José Eiras volverá a recordar una jornada de pesca que se convirtió en una auténtica pesadilla, muy similar a la que está viviendo el sonense José Manuel Pérez.
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