:lvg: | 28/10/2010
Se trata de un trabajo de la Universidade de Vigo que comenzó en el 2003
Un equipo de investigadores de la Universidade de Vigo ha logrado establecer una población de tortugas en la laguna de Olveira, en el parque natural de Corrubedo. Se trata de un proyecto que se inició en el 2003 en el laboratorio de Ecoloxía de la Escola de Enxeñeiros Forestais de Pontevedra, continuó con la suelta de varios ejemplares en dicho lugar en años sucesivos y, en este 2010, por fin, además de observar un porcentaje de supervivencia del 80%, los expertos han encontrado, por primera vez, un recién nacido, lo que indica que se trata de un lugar idóneo para estos animales, según cuentan los investigadores.
Para el trabajo han contado con la colaboración de la Xunta de Galicia y del propio parque natural de Corrubedo. Adolfo Cordero es uno de los biólogos que trabaja desde el inicio en este proyecto, y además ejerce de coordinador de la actividad. «Imos regularmente á lagoa para ver como están, e están crecendo moi ben, algo moi positivo», comentó.
Peligro de extinción
Estas tortugas pertenecen a la especie galápago europeo (Emys orbicularis): «Están en perigo de extinción, e en Galicia só quedan tres poboacións, na zona das Gándaras de Budiño, no río Arnoia e en Ribadavia. Non se sabe con certeza se quedan tamén poboacións en Xuño e en San Pedro de Muro. Mentres tanto, no resto de España está en regresión. Son especies que precisan un verán quente e viven en charcas e ríos», relata Cordero. Pueden llegar a los 100 años de edad.
Otro aspecto que supone un peligro para su supervivencia, según cuenta este biólogo, es la competencia de las tortugas de Florida, «que a xente libera ás veces, e os parásitos e enfermidades que lles pode transmitir esta tartaruga aos sapoconchos autóctonos. De feito, nestes anos retiramos dous exemplares exóticos de Florida da charca de Olveira. A xente non debería liberar estes animais foráneos na natureza».
La laguna de Olveira no era anteriormente un hábitat de tortugas, pues «esta charca fíxose nos anos setenta», cuenta Cordero. Pero explica que la zona sí que está documentada como un área donde antiguamente había esta especie: «López Seoane foi o primeiro que citou a existencia estes sapoconchos comúns en Galicia, aló polo século XIX. Escribiu que este animal vivía na lagoa de San Pedro de Muro e noutras zonas de Galicia, pero que perigaba porque a xente o perseguía».
Alimento en Cuaresma
Según Adolfo Cordero, López Seoane se puede referir a que las tortugas servían de alimento: «En Galicia non hai probas de que se comeran os sapoconchos, pero si no resto de Europa. De feito, foi comida habitual os venres de Coresma porque a Igrexa decidiu que se trataba dun peixe», relata el biólogo.
La introducción de estos reptiles en la laguna de Olveira tiene como objetivo ayudar a la conservación de esta especie en una zona con una gran diversidad de animales y vegetales. «Hai máis de vinte especies de libélulas distintas, abundan os anfibios e tamén as orquídeas», añade.
En el año 2004 soltaron en la zona siete ejemplares con un año de vida, en el 2005 dos machos y una hembra adulta y en el 2006 otra tanda de ocho animales. «Sobreviviron a maioría e creceron moitísimo, pasaron de catro a catrocentos gramos», cuenta este biólogo. La semana pasada estuvieron estudiando el estado de los reptiles y consiguieron recabar datos de siete tortugas pequeñas y de un adulto. «Volveremos o ano que vén a continuar coa investigación, e esperamos seguir tendo boas novas e constancia de máis reproducións», sentenció Adolfo Cordero.
Un equipo de investigadores de la Universidade de Vigo ha logrado establecer una población de tortugas en la laguna de Olveira, en el parque natural de Corrubedo. Se trata de un proyecto que se inició en el 2003 en el laboratorio de Ecoloxía de la Escola de Enxeñeiros Forestais de Pontevedra, continuó con la suelta de varios ejemplares en dicho lugar en años sucesivos y, en este 2010, por fin, además de observar un porcentaje de supervivencia del 80%, los expertos han encontrado, por primera vez, un recién nacido, lo que indica que se trata de un lugar idóneo para estos animales, según cuentan los investigadores.
Para el trabajo han contado con la colaboración de la Xunta de Galicia y del propio parque natural de Corrubedo. Adolfo Cordero es uno de los biólogos que trabaja desde el inicio en este proyecto, y además ejerce de coordinador de la actividad. «Imos regularmente á lagoa para ver como están, e están crecendo moi ben, algo moi positivo», comentó.
Peligro de extinción
Estas tortugas pertenecen a la especie galápago europeo (Emys orbicularis): «Están en perigo de extinción, e en Galicia só quedan tres poboacións, na zona das Gándaras de Budiño, no río Arnoia e en Ribadavia. Non se sabe con certeza se quedan tamén poboacións en Xuño e en San Pedro de Muro. Mentres tanto, no resto de España está en regresión. Son especies que precisan un verán quente e viven en charcas e ríos», relata Cordero. Pueden llegar a los 100 años de edad.
Otro aspecto que supone un peligro para su supervivencia, según cuenta este biólogo, es la competencia de las tortugas de Florida, «que a xente libera ás veces, e os parásitos e enfermidades que lles pode transmitir esta tartaruga aos sapoconchos autóctonos. De feito, nestes anos retiramos dous exemplares exóticos de Florida da charca de Olveira. A xente non debería liberar estes animais foráneos na natureza».
La laguna de Olveira no era anteriormente un hábitat de tortugas, pues «esta charca fíxose nos anos setenta», cuenta Cordero. Pero explica que la zona sí que está documentada como un área donde antiguamente había esta especie: «López Seoane foi o primeiro que citou a existencia estes sapoconchos comúns en Galicia, aló polo século XIX. Escribiu que este animal vivía na lagoa de San Pedro de Muro e noutras zonas de Galicia, pero que perigaba porque a xente o perseguía».
Alimento en Cuaresma
Según Adolfo Cordero, López Seoane se puede referir a que las tortugas servían de alimento: «En Galicia non hai probas de que se comeran os sapoconchos, pero si no resto de Europa. De feito, foi comida habitual os venres de Coresma porque a Igrexa decidiu que se trataba dun peixe», relata el biólogo.
La introducción de estos reptiles en la laguna de Olveira tiene como objetivo ayudar a la conservación de esta especie en una zona con una gran diversidad de animales y vegetales. «Hai máis de vinte especies de libélulas distintas, abundan os anfibios e tamén as orquídeas», añade.
En el año 2004 soltaron en la zona siete ejemplares con un año de vida, en el 2005 dos machos y una hembra adulta y en el 2006 otra tanda de ocho animales. «Sobreviviron a maioría e creceron moitísimo, pasaron de catro a catrocentos gramos», cuenta este biólogo. La semana pasada estuvieron estudiando el estado de los reptiles y consiguieron recabar datos de siete tortugas pequeñas y de un adulto. «Volveremos o ano que vén a continuar coa investigación, e esperamos seguir tendo boas novas e constancia de máis reproducións», sentenció Adolfo Cordero.
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