:lvg: | 26/10/2010
Aseguran que son ellos los únicos que podrán quitarse las castaña del fuego y para ello ya han empezado a tomar decisiones con las que hacer presión a la clase política que en parte es la que ha motivado la situación que está viviendo la planta de compostaje de Servia. Una de las medidas ideadas comenzó ayer a materializarse. Varios trabajadores repartieron tanto a los alcaldes de los nueve concellos que integran la Mancomunidade Serra do Barbanza como a los partidos que ocupan la oposición en esos municipios un escrito para que sea llevado a pleno «e así comprobar a implicación verdadeira que teñen con nós».
En el texto se incluyen cuatro puntos. En el primero se busca que las corporaciones manifiesten su compromiso con el sistema de tratamiento, mientras que en el segundo lo que se procura es alcanzar el respaldo de todas las corporaciones para que den luz verde en pleno a la propuesta de financiación que la mancomunidad le ha presentado a la firma concesionaria de la planta, FCC, para saldar la deuda contraída en diciembre de 2012.
El tercero de los puntos pretende que los concellos también se comprometan a pagar regularmente las cuotas mensuales que esta explotación medioambiental exige, incluyendo el cuarto y último de los apartados la realización por parte de los dirigentes políticos de todas las mediaciones necesarias para que la Xunta resuelva el conflicto que actualmente existe con la sociedad Ecoembes, que a partir del 1 de enero dejará de recoger el 100% de los envases ligeros que entran en la explotación.
La presidenta del comité de empresa de la planta de Servia, Mariví Fabeiro aseguró que «falamos con varios alcaldes e solo recibimos boas palabras aínda que haberá que esperar para ver se son certas».
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Tiene su aquel, que dos de los partidos que salen ahora a defender ante la Xunta de Galicia la planta, sean el PSOE y el BNG, cuando en Ames, sus compañeros no hace mucho gobernaban bajo el paraguas de otro bipartito y ahora aparentemente, no, sea el Ayuntamiento que más deuda tiene con la planta. Una vez más, ¿a donde va a parar los impuestos que por la recogida de la basuras religiosamente pagamos los contribuyentes?.
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