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Las expectativas de la organización se superaron y parte de las viandas se agotaron antes de servir todas las raciones
Decenas de comensales acudieron ayer a Nebra para deleitarse con los sabores del cerdo celta servido en la fiesta gastronómica organizada por los comuneros. Los cerca de mil kilos de carne convertidos en embutidos, jamones, panceta y costilla, así como los tres cerdos ao espeto, de 75 kilogramos cada uno, se quedaron en nada para saciar el apetito de los asistentes. Miembros de la organización aseguraron que sus expectativas se vieron claramente superadas y ya piensan en los cambios que pueden hacer para la segunda edición.
Las 330 plazas para degustar la vianda bajo la carpa también fueron insuficientes y a muchos asistentes no les importó en absoluto comer de pie.
Veinte personas, con ayuda de voluntarios, se encargaron de preparar la carne. A las cuatro de la mañana comenzaron a cocinarse los cerdos celtas ao espeto, que estuvieron al fuego unas ocho horas.
Decenas de comensales acudieron ayer a Nebra para deleitarse con los sabores del cerdo celta servido en la fiesta gastronómica organizada por los comuneros. Los cerca de mil kilos de carne convertidos en embutidos, jamones, panceta y costilla, así como los tres cerdos ao espeto, de 75 kilogramos cada uno, se quedaron en nada para saciar el apetito de los asistentes. Miembros de la organización aseguraron que sus expectativas se vieron claramente superadas y ya piensan en los cambios que pueden hacer para la segunda edición.
Las 330 plazas para degustar la vianda bajo la carpa también fueron insuficientes y a muchos asistentes no les importó en absoluto comer de pie.
Veinte personas, con ayuda de voluntarios, se encargaron de preparar la carne. A las cuatro de la mañana comenzaron a cocinarse los cerdos celtas ao espeto, que estuvieron al fuego unas ocho horas.
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