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El fuego, que se acercó a los depósitos de gas ciudad que abastecen Santa Uxía, amenazó el hospital y obligó a desalojar el polígono de Xarás, está estabilizado. La autovía ha sido abierta al tráfico
Un brutal incendio que comenzó hacia las nueve de la noche de ayer en el municipio de Ribeira mantuvo cortada durante horas la autovía del Barbanza (ha sido reabierta al tráfico esta mañana), obligó a desalojar el polígono industrial de Xarás y amenazó tanto los depósitos de gas ciudad situados en el monte de San Alberto como el hospital comarcal. Los esfuerzos de las brigadas, los bomberos y de los integrantes de la unidad militar desplazados evitaron que tuviera que evacuarse el centro sanitario.
Cuando el fuego ya había iniciado su camino imparable, agentes de la Policía Nacional detectaron a un posible sospechoso en una de las zonas cercadas por las llamas, un varón de mediana edad que consiguió escapar en una moto. Diez horas después, siguen las tareas de extinción para intentar controlar un fuego que, según las estimaciones provisionales de la Xunta, había quemado a medianoche unas veinte hectáreas.
El fuerte viento del norte convirtió en imposible el trabajo de los equipos de extinción. Los dos márgenes de la autovía de Barbanza, en el tramo comprendido entre la salida de Ribeira y la parroquia de Palmeira, una extensión de unos cuatro kilómetros estaban circundados por una inmensa lengua de fuego que llegaba prácticamente hasta el arcén. Un equipo específico se encargaba del control en esa zona.
También el núcleo de Deán Grande, densamente poblado, estaba a las once de la noche cercado completamente por las llamas y, de hecho, los equipos de emergencias solicitaron más medios, como motobombas, para impedir que el fuego llegara a las casas. Todos los medios existentes disponibles se movilizaron y acudieron policías locales y nacionales de refuerzo para encargarse de sellar los accesos, tanto al polígono industrial como a la vía rápida. También el alcalde, Manuel Ruiz, se sumó al operativo.
Hacia las doce de la noche, el fuego avanzaba hacia la parroquia de Oleiros, también en el municipio de Ribeira. Sin embargo, otro de los puntos calientes continuaba siendo el parque empresarial, con dos grandes focos activos.
Uno de ellos estaba situado junto al matadero, una instalación que todavía no se ha puesto en funcionamiento, y a una chatarrería, mientras que el otro amenazaba las restantes naves existentes en el polígono.
Cientos de personas evacuadas
Uno de los momentos de mayor tensión se vivió cuando las fuerzas del orden adoptaron las medidas para el desalojo del polígono, en el que estaban trabajando en ese momento cientos de personas. Estas, al intentar abandonar el parque con sus vehículos colapsaron la salida del recinto. Algunas factorías mantuvieron los servicios mínimos durante la noche con el propósito de que pudieran advertir de si las llamas se avivaban de nuevo.
Por otra parte, para impedir que las llamas llegasen a las naves del parque industrial se trajo maquinaria pesada para la realización de cortafuegos.
A escasos metros de algunas casas
A las tres de la madrugada el fuego de Ribeira estaba solo estabilizado, nunca controlado, en algunos puntos. Uno de ellos es Deán Grande, en donde el fuego se quedó a escasos metros de algunas casas. La autovía entonces seguía cortada entre la rotonda de Xaras y el acceso a Palmeira. Aquí los trabajos eran intensos a esas horas. También estaba cortado el acceso al polígono, que tenía varios focos activos en su perímetro, aunque ya con menos fuerza que cuando se produjo la evacuación.
Ribeira, casi aislada por carretera
La carretera entre Ribeira y O Son también fue cortada, lo que dejó a la población con un único acceso, el de la carretera antigua que comunica con A Pobra do Caramiñal. La conselleira Rosa Quintana se desplazó esta noche, visitó el polígono y el hospital, además de zonas aledañas.
Decenas de operarios participaron en el operativo desde última hora de la tarde hasta el amanecer. El fuerte viento dificultó mucho el trabajo. Por la mañana está previsto que se incorporen afectivos aéreos. De noche, el ruido de las palas haciendo cortafuegos fue constante en muchos puntos de los alrededores de Ribeira.
Un brutal incendio que comenzó hacia las nueve de la noche de ayer en el municipio de Ribeira mantuvo cortada durante horas la autovía del Barbanza (ha sido reabierta al tráfico esta mañana), obligó a desalojar el polígono industrial de Xarás y amenazó tanto los depósitos de gas ciudad situados en el monte de San Alberto como el hospital comarcal. Los esfuerzos de las brigadas, los bomberos y de los integrantes de la unidad militar desplazados evitaron que tuviera que evacuarse el centro sanitario.
Cuando el fuego ya había iniciado su camino imparable, agentes de la Policía Nacional detectaron a un posible sospechoso en una de las zonas cercadas por las llamas, un varón de mediana edad que consiguió escapar en una moto. Diez horas después, siguen las tareas de extinción para intentar controlar un fuego que, según las estimaciones provisionales de la Xunta, había quemado a medianoche unas veinte hectáreas.
El fuerte viento del norte convirtió en imposible el trabajo de los equipos de extinción. Los dos márgenes de la autovía de Barbanza, en el tramo comprendido entre la salida de Ribeira y la parroquia de Palmeira, una extensión de unos cuatro kilómetros estaban circundados por una inmensa lengua de fuego que llegaba prácticamente hasta el arcén. Un equipo específico se encargaba del control en esa zona.
También el núcleo de Deán Grande, densamente poblado, estaba a las once de la noche cercado completamente por las llamas y, de hecho, los equipos de emergencias solicitaron más medios, como motobombas, para impedir que el fuego llegara a las casas. Todos los medios existentes disponibles se movilizaron y acudieron policías locales y nacionales de refuerzo para encargarse de sellar los accesos, tanto al polígono industrial como a la vía rápida. También el alcalde, Manuel Ruiz, se sumó al operativo.
Hacia las doce de la noche, el fuego avanzaba hacia la parroquia de Oleiros, también en el municipio de Ribeira. Sin embargo, otro de los puntos calientes continuaba siendo el parque empresarial, con dos grandes focos activos.
Uno de ellos estaba situado junto al matadero, una instalación que todavía no se ha puesto en funcionamiento, y a una chatarrería, mientras que el otro amenazaba las restantes naves existentes en el polígono.
Cientos de personas evacuadas
Uno de los momentos de mayor tensión se vivió cuando las fuerzas del orden adoptaron las medidas para el desalojo del polígono, en el que estaban trabajando en ese momento cientos de personas. Estas, al intentar abandonar el parque con sus vehículos colapsaron la salida del recinto. Algunas factorías mantuvieron los servicios mínimos durante la noche con el propósito de que pudieran advertir de si las llamas se avivaban de nuevo.
Por otra parte, para impedir que las llamas llegasen a las naves del parque industrial se trajo maquinaria pesada para la realización de cortafuegos.
A escasos metros de algunas casas
A las tres de la madrugada el fuego de Ribeira estaba solo estabilizado, nunca controlado, en algunos puntos. Uno de ellos es Deán Grande, en donde el fuego se quedó a escasos metros de algunas casas. La autovía entonces seguía cortada entre la rotonda de Xaras y el acceso a Palmeira. Aquí los trabajos eran intensos a esas horas. También estaba cortado el acceso al polígono, que tenía varios focos activos en su perímetro, aunque ya con menos fuerza que cuando se produjo la evacuación.
Ribeira, casi aislada por carretera
La carretera entre Ribeira y O Son también fue cortada, lo que dejó a la población con un único acceso, el de la carretera antigua que comunica con A Pobra do Caramiñal. La conselleira Rosa Quintana se desplazó esta noche, visitó el polígono y el hospital, además de zonas aledañas.
Decenas de operarios participaron en el operativo desde última hora de la tarde hasta el amanecer. El fuerte viento dificultó mucho el trabajo. Por la mañana está previsto que se incorporen afectivos aéreos. De noche, el ruido de las palas haciendo cortafuegos fue constante en muchos puntos de los alrededores de Ribeira.
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