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En solo cuatro jornadas, se registraron más de doscientas extracciones
Además de un profundo sentimiento de dolor, el accidente ferroviario de Angrois despertó en Galicia en general y en Barbanza en particular una riada de solidaridad, que se tradujo en múltiples y diferentes muestras de duelo, pero también en actuaciones concretas con las que se pretendía prestar ayuda a los heridos. Estas se materializaron en forma de largas colas para donar en las unidades móviles que, a partir del día 24 recalaron en la comarca. Los barbanzanos contribuyeron así a estabilizar unas reservas de sangre que la tragedia de Santiago dejó en situación crítica.
La línea ficticia que serviría para contabilizar las donaciones de sangre en Barbanza, estos días registraría un agudo pico. Prueba de ello son las largas colas que se formaron en la alameda de Noia el viernes de la semana pasada, con motivo de la parada de la primera unidad móvil que llegaba a la comarca tras la fatídica tragedia. En esta localidad, la riada solidaria se tradujo en 106 extracciones de sangre, un 10% de las donaciones que, según los datos que maneja el Centro de Transfusión de Galicia, se producen en Noia en todo un año.
La afluencia de vecinos que registró el autobús sanitario que el lunes recaló en Carnota es, si cabe, más significativa. En ocho horas, 63 personas se sometieron a una extracción de sangre con un fin estrictamente solidario. Esta cifra representa un tercio de las donaciones que, por término medio, se efectúan cada año en el municipio carnotano. En el 2012, por ejemplo, se contabilizaron en este territorio 176 extracciones.
Aunque menor, también es destacable el dato de las donaciones practicadas el martes en Muros, un total de 35. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, durante todo el año pasado se contabilizaron 64 donaciones en el territorio de Lousame.
No hay duda de que el accidente de Angrois fue el desencadenante de este aumento en las aportaciones. De hecho, el mismo 24 de julio, a través de las páginas de La Voz de Barbanza, el Centro de Transfusión de Galicia anunciaba su intención de intensificar las campañas de sensibilización en la comarca debido a la caída alarmante de extracciones.
Se espera que la riada solidaria no cese, puesto que cada día se necesitan 500 donaciones en los hospitales gallegos.
Además de un profundo sentimiento de dolor, el accidente ferroviario de Angrois despertó en Galicia en general y en Barbanza en particular una riada de solidaridad, que se tradujo en múltiples y diferentes muestras de duelo, pero también en actuaciones concretas con las que se pretendía prestar ayuda a los heridos. Estas se materializaron en forma de largas colas para donar en las unidades móviles que, a partir del día 24 recalaron en la comarca. Los barbanzanos contribuyeron así a estabilizar unas reservas de sangre que la tragedia de Santiago dejó en situación crítica.
La línea ficticia que serviría para contabilizar las donaciones de sangre en Barbanza, estos días registraría un agudo pico. Prueba de ello son las largas colas que se formaron en la alameda de Noia el viernes de la semana pasada, con motivo de la parada de la primera unidad móvil que llegaba a la comarca tras la fatídica tragedia. En esta localidad, la riada solidaria se tradujo en 106 extracciones de sangre, un 10% de las donaciones que, según los datos que maneja el Centro de Transfusión de Galicia, se producen en Noia en todo un año.
La afluencia de vecinos que registró el autobús sanitario que el lunes recaló en Carnota es, si cabe, más significativa. En ocho horas, 63 personas se sometieron a una extracción de sangre con un fin estrictamente solidario. Esta cifra representa un tercio de las donaciones que, por término medio, se efectúan cada año en el municipio carnotano. En el 2012, por ejemplo, se contabilizaron en este territorio 176 extracciones.
Aunque menor, también es destacable el dato de las donaciones practicadas el martes en Muros, un total de 35. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, durante todo el año pasado se contabilizaron 64 donaciones en el territorio de Lousame.
No hay duda de que el accidente de Angrois fue el desencadenante de este aumento en las aportaciones. De hecho, el mismo 24 de julio, a través de las páginas de La Voz de Barbanza, el Centro de Transfusión de Galicia anunciaba su intención de intensificar las campañas de sensibilización en la comarca debido a la caída alarmante de extracciones.
Se espera que la riada solidaria no cese, puesto que cada día se necesitan 500 donaciones en los hospitales gallegos.
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