23 agosto 2013

Amicos tiene lista su residencia para discapacitados en Boiro

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Espera que los primeros diez usuarios puedan entrar en septiembre

Amicos está a punto de ver cumplido lo que hasta hace poco era un sueño: la residencia que construyó en Boiro ya está prácticamente lista -le faltan unos retoques mínimos- para poder dar cabida a los primeros usuarios. El director de la entidad, Xoán España, hablaba ayer en estos términos: «Parece incrible pero aí está, lista para que en nada se poida abrir». Precisamente, la entidad prevé que los primeros usuarios puedan convertir este edificio en su hogar en septiembre o, como muy tarde, en octubre. La fecha va a depender de lo que tarde la Xunta en autorizar la apertura.

En el mes de mayo, tras años de titánico esfuerzo, Amicos hacía un llamamiento. Indicaba que las obras de la residencia estaban muy avanzadas y que necesitaba reunir 55.000 euros para comprar el mobiliario y poder poner en funcionamiento el centro. Empezaba ahí una entrañable campaña con David, un joven con discapacidad que ponía rostro a la necesidad que tienen muchas familias de una residencia para grandes dependientes, como gran protagonista. Xoán España indicaba ayer que no se consiguió todo el dinero, pero sí el suficiente para poder adquirir un 60% del mobiliario. En septiembre, un mes en el que hay previstas varias acciones solidarias a favor de Amicos, se pretende darle el empujón definitivo a la cuestación y comprar los muebles pendientes.

Los casos más graves

La residencia podría dar cabida en septiembre a 33 personas. Sin embargo, de momento solo se prevé que vivan en Boiro diez. ¿Por qué? De momento no hay concierto para que la Xunta pague parte del coste que supone tener a una persona con discapacidad viviendo en el centro, y Amicos dice que no puede sufragar la estancia de más de una decena de personas. Así que se seleccionaron los casos más graves. Algunas de estas personas, por estar en situación de orfandad o de emergencia social, ya están viviendo en una casa tutelada por Amicos.

La ilusión de la entidad es que la Xunta habilite fondos y se puedan ir incorporando usuarios, hasta llegar a 33. A largo plazo, la idea es que la residencia pueda tener cien plazas. Ahora parece una utopía, pero también lo era levantar los muros del edificio de Comoxo y ahí está, listo para utilizar.

Basta con acudir a alguna reunión de padres de usuarios del centro de Amicos para darse cuenta de que hay muchas personas esperando para vivir en el inmueble. De hecho, 50 familias solicitaron plaza. El colectivo espera que la Xunta escuche estos datos y ponga sobre la mesa lo único que falta: dinero.

«Temos dez casos moi graves que necesitan xa vivir na residencia»

«Cremos que a Xunta entendeu xa que este centro

é una realidade»

«Ogallá algún día a residencia poida chegar a ter cen prazas ou máis»

Xoán España

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