:logo-lvg: | Barbanza
La lectura de la prensa diaria y la consulta de Internet son los servicios más demandados por los usuarios
Para muchos, la época de exámenes se acerca y el calor y la playa pasan de ser un divertimento habitual a una tentación que conviene evitar para hincar lo codos en favor de su futuro. Escolares, estudiantes de educación secundaria, bachiller y universitarios se reúnen en una misma sala, rodeados de los mejores autores y de la información más completa, en busca de un ambiente de estudio y concentración en el que dejar atrás las distracciones propias de las vacaciones y comenzar a volcarse en sus responsabilidades. Sin embargo, este año, una visita a las principales salas de la comarca basta para constatar que la afluencia a estas instalaciones es menor que otros años.
Agosto siempre se ha presentado, para las bibliotecas, como un mes de aglomeración en el que, en ocasiones, el espacio disponible se ha quedado pequeño para dar cabida a todos los jóvenes dispuestos a entregarse al estudio. Esto ha llevado a bibliotecas como la de Ribeira y la del centro social de Boiro a establecer un horario más amplio que ofrece servicio de mañana y tarde.
No hay una explicación clara, pero la previsión para este verano es más floja que en años anteriores. Ya sea por el cambio de las fechas de los exámenes producido por el plan Bolonia, por una variación en el hábito de estudio de los jóvenes o por el sofocante calor que acompaña este verano, la afluencia en las bibliotecas ha disminuido notablemente. «En este momento el horario no se corresponde a la gente que hay», explicaba María Prada, bibliotecaria en Ribeira.
La sala municipal de la ciudad barbanzana ha sido la que más ha notado la falta de visitantes. Pese a que hay más gente por la mañana que por la tarde, el número de usuarios no supera a uno por mesa. Asiduos que se acercan a leer el periódico, algunos fieles al préstamo de libros y un número reducido de jóvenes son los que dan vida a este espacio.
Un 25% menos
Esta bajada de usuarios también es notable en Porto do Son y Outes, cuyas instalaciones abren sus puertas cada mañana a un 25% menos de estudiantes con respecto a otros años. Eso sí, en relación con el mes de julio, Porto do Son ha experimentado un ligero aumento. Los responsables de ambas bibliotecas aseguran que el acceso a Internet y la lectura diaria de la prensa son los motivos por los que la gente se acerca.
Pese a que nunca tiene un volumen considerable de usuarios que vaya a hincar los codos, en Carnota esta disminución del flujo de estudiantes se hace más palpable sobre todo en agosto.
La biblioteca municipal de Boiro, por su parte, se desmarca de la situación que se vive en el resto de Barbanza manteniendo la estabilidad en su afluencia veraniega. De hecho, el descenso de estudiantes es más notorio en los meses de invierno, época en la que, a diferencia de lo que ocurre en las demás bibliotecas de la comarca, registra su mayor número de usuarios.
Buenas previsiones
Afortunadamente, no todo son datos negativos. Las previsiones de los responsables de estos lugares para el invierno se mantienen en cifras similares a las de años anteriores, achacando la disminución de la afluencia veraniega al calor y al cambio de fecha de los exámenes universitarios.
Entre los profesionales también se recogen datos positivos en el préstamo de libros, con un aumento en los meses de estío, tanto a residentes en la zona como a veraneantes.
Algunos centros incrementan su horario en verano para los estudiantes
Para muchos, la época de exámenes se acerca y el calor y la playa pasan de ser un divertimento habitual a una tentación que conviene evitar para hincar lo codos en favor de su futuro. Escolares, estudiantes de educación secundaria, bachiller y universitarios se reúnen en una misma sala, rodeados de los mejores autores y de la información más completa, en busca de un ambiente de estudio y concentración en el que dejar atrás las distracciones propias de las vacaciones y comenzar a volcarse en sus responsabilidades. Sin embargo, este año, una visita a las principales salas de la comarca basta para constatar que la afluencia a estas instalaciones es menor que otros años.
Agosto siempre se ha presentado, para las bibliotecas, como un mes de aglomeración en el que, en ocasiones, el espacio disponible se ha quedado pequeño para dar cabida a todos los jóvenes dispuestos a entregarse al estudio. Esto ha llevado a bibliotecas como la de Ribeira y la del centro social de Boiro a establecer un horario más amplio que ofrece servicio de mañana y tarde.
No hay una explicación clara, pero la previsión para este verano es más floja que en años anteriores. Ya sea por el cambio de las fechas de los exámenes producido por el plan Bolonia, por una variación en el hábito de estudio de los jóvenes o por el sofocante calor que acompaña este verano, la afluencia en las bibliotecas ha disminuido notablemente. «En este momento el horario no se corresponde a la gente que hay», explicaba María Prada, bibliotecaria en Ribeira.
La sala municipal de la ciudad barbanzana ha sido la que más ha notado la falta de visitantes. Pese a que hay más gente por la mañana que por la tarde, el número de usuarios no supera a uno por mesa. Asiduos que se acercan a leer el periódico, algunos fieles al préstamo de libros y un número reducido de jóvenes son los que dan vida a este espacio.
Un 25% menos
Esta bajada de usuarios también es notable en Porto do Son y Outes, cuyas instalaciones abren sus puertas cada mañana a un 25% menos de estudiantes con respecto a otros años. Eso sí, en relación con el mes de julio, Porto do Son ha experimentado un ligero aumento. Los responsables de ambas bibliotecas aseguran que el acceso a Internet y la lectura diaria de la prensa son los motivos por los que la gente se acerca.
Pese a que nunca tiene un volumen considerable de usuarios que vaya a hincar los codos, en Carnota esta disminución del flujo de estudiantes se hace más palpable sobre todo en agosto.
La biblioteca municipal de Boiro, por su parte, se desmarca de la situación que se vive en el resto de Barbanza manteniendo la estabilidad en su afluencia veraniega. De hecho, el descenso de estudiantes es más notorio en los meses de invierno, época en la que, a diferencia de lo que ocurre en las demás bibliotecas de la comarca, registra su mayor número de usuarios.
Buenas previsiones
Afortunadamente, no todo son datos negativos. Las previsiones de los responsables de estos lugares para el invierno se mantienen en cifras similares a las de años anteriores, achacando la disminución de la afluencia veraniega al calor y al cambio de fecha de los exámenes universitarios.
Entre los profesionales también se recogen datos positivos en el préstamo de libros, con un aumento en los meses de estío, tanto a residentes en la zona como a veraneantes.
Algunos centros incrementan su horario en verano para los estudiantes
0 comentarios:
Publicar un comentario