:ecg: | 08/10/2010
Una planeadora salva la vida de los tres tripulantes del barco siniestrado, que tuvieron que lanzarse al agua. La embarcación encalló en unas rocas
La ría de Muros y Noia vivió ayer otra jornada de sobresalto tras naufragar un barco naseiro en la zona comprendida entre A Arnela y Abuín, en la parroquia sonense de Baroña.
La embarcación, denominada Güeto Regos y con base en Noia, zozobraba pasadas las once de la noche del miércoles con tres ocupantes a bordo, que tuvieron que lanzarse al agua para evitar la colisión contra unas rocas.
Los tres marineros fueron rescatados poco después sanos y salvos por una planeadora pesquera de Porto do Son, de nombre Moncho, que estaba faenando en la misma zona del naufragio. Los afectados son el patrón de la embarcación, Ángel Ramón Güeto Varela, 37 años y vecino de Portosín, y dos tripulantes, conocidos como Mariño y Daniel, de 21 y 30 años, respectivamente (ambos vecinos de Noia).
Según relató el patrón del Güeto Regos, el suceso ocurrió cuando se encontraban recogiendo unas nasas de nécoras y se vieron sorprendidos por un golpe de mar que enredó una red abandonada en la hélice del barco, de unos 10,50 metros de eslora, provocando que embarrancase contra unas rocas. "Cuando nos dimos cuenta ya estábamos encima de las rocas, por lo que nos tuvimos que tirar al mar", señaló.
Por su parte, su esposa, Beatriz Regos García, explicó que sobre las dos de la madrugada llegó su marido a casa totalmente empapado con el consiguiente susto al verlo en ese estado. El pescador necesitó tomar pastillas tranquilizantes para poder dormir.
El padre del patrón del barco, Ángel Güeto, vecino de Noia, recordó que su hijo ya sufrió hace unos cinco años otro naufragio frente a la costa de Portosín, tras parar el motor del barco en un día de fuerte temporal.
Entonces logró también salir ileso a pesar de que no tuvo en ese momento quien le auxiliara. No obstante, aseguró que estos accidentes "son para botarse a temblar e pensar en deixar este oficio tan arriscado", al que tanto él como Ángel se dedican desde muy jóvenes.
En la ría de Muros y Noia se produjeron en el último año dos accidentes mortales y en uno de ellos la embarcación afectada, denominada Furacán, acababa de ser vendida por el patrón del Güeto Regos a un vecino de la parroquia sonense de Miñortos, que falleció en el naufragio.
Este hecho provocó que la mujer de Ángel Güeto entrara en una depresión por la amistad que les unía a la víctima y de la que aún aún hoy no se recuperó.
REACCIONES
Ángel Güeto Varela
Patrón del 'Güeto Regos'
"Voy a seguir dedicándome a la pesca a pesar de este nuevo accidente, porque es mi vida. No sé hacer otra cosa y menos con casi cuarenta años y tal como están hoy en día los trabajos".
Santiago Cruz
Patrón mayor de Noia
"Esperemos que no vuelvan a ocurrir sucesos de este tipo por el bien de una profesión que ya de por sí es muy peligrosa para que aún tengamos que llevar estos sustos tan importantes".
La ría de Muros y Noia vivió ayer otra jornada de sobresalto tras naufragar un barco naseiro en la zona comprendida entre A Arnela y Abuín, en la parroquia sonense de Baroña.
La embarcación, denominada Güeto Regos y con base en Noia, zozobraba pasadas las once de la noche del miércoles con tres ocupantes a bordo, que tuvieron que lanzarse al agua para evitar la colisión contra unas rocas.
Los tres marineros fueron rescatados poco después sanos y salvos por una planeadora pesquera de Porto do Son, de nombre Moncho, que estaba faenando en la misma zona del naufragio. Los afectados son el patrón de la embarcación, Ángel Ramón Güeto Varela, 37 años y vecino de Portosín, y dos tripulantes, conocidos como Mariño y Daniel, de 21 y 30 años, respectivamente (ambos vecinos de Noia).
Según relató el patrón del Güeto Regos, el suceso ocurrió cuando se encontraban recogiendo unas nasas de nécoras y se vieron sorprendidos por un golpe de mar que enredó una red abandonada en la hélice del barco, de unos 10,50 metros de eslora, provocando que embarrancase contra unas rocas. "Cuando nos dimos cuenta ya estábamos encima de las rocas, por lo que nos tuvimos que tirar al mar", señaló.
Por su parte, su esposa, Beatriz Regos García, explicó que sobre las dos de la madrugada llegó su marido a casa totalmente empapado con el consiguiente susto al verlo en ese estado. El pescador necesitó tomar pastillas tranquilizantes para poder dormir.
El padre del patrón del barco, Ángel Güeto, vecino de Noia, recordó que su hijo ya sufrió hace unos cinco años otro naufragio frente a la costa de Portosín, tras parar el motor del barco en un día de fuerte temporal.
Entonces logró también salir ileso a pesar de que no tuvo en ese momento quien le auxiliara. No obstante, aseguró que estos accidentes "son para botarse a temblar e pensar en deixar este oficio tan arriscado", al que tanto él como Ángel se dedican desde muy jóvenes.
En la ría de Muros y Noia se produjeron en el último año dos accidentes mortales y en uno de ellos la embarcación afectada, denominada Furacán, acababa de ser vendida por el patrón del Güeto Regos a un vecino de la parroquia sonense de Miñortos, que falleció en el naufragio.
Este hecho provocó que la mujer de Ángel Güeto entrara en una depresión por la amistad que les unía a la víctima y de la que aún aún hoy no se recuperó.
REACCIONES
Ángel Güeto Varela
Patrón del 'Güeto Regos'
"Voy a seguir dedicándome a la pesca a pesar de este nuevo accidente, porque es mi vida. No sé hacer otra cosa y menos con casi cuarenta años y tal como están hoy en día los trabajos".
Santiago Cruz
Patrón mayor de Noia
"Esperemos que no vuelvan a ocurrir sucesos de este tipo por el bien de una profesión que ya de por sí es muy peligrosa para que aún tengamos que llevar estos sustos tan importantes".
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