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La flota del cerco barbanzana pesca estos días en el mar Cantábrico. Son un total de 18 barcos de la comarca los que participan en la costera de la anchoa. Ayer, los armadores de algunas de estas embarcaciones hablaban con una sola voz: se quejaban de la escasez de las capturas. Al parecer, detrás de esta pobreza de la campaña está el mal tiempo y el hecho de que el boquerón todavía está demasiado lejos de la costa.
Los barcos que permanecen en el País Vasco para participar en la campaña de la anchoa pertenecen a dos municipios barbanzanos: hay seis de Ribeira y doce de Portosín. Algunos llevan en las tierras vascas tiempo, pero otros retrasaron su partida hacia allí al tener noticias de la escasez de capturas.
Francisco Ayaso, portavoz de los cerqueros ribeirenses, insistía ayer en que de momento el tiempo fue demasiado frío para la anchoa y que si mejoran las temperaturas empezará a verse más. Algo similar señalaba un armador de Portosín, que incidía en que «vese bocarte pero de momento non o damos collido. A ver se cambia a cousa».
Las embarcaciones vascas sí obtuvieron mejores resultados porque pescaron más lejos de la costa, a unas 60 o 70 millas, una distancia demasiado lejana para buques del tamaño de los gallegos. Además, tampoco compensa hacer grandes desplazamientos por el gasto que supone en combustible. Aunque de la comarca son únicamente 18 embarcaciones, el peso que tiene Galicia en la costera de la anchoa es importante. Hay unos setenta barcos participando en la campaña. Los tripulantes de los cerqueros miran al cielo con la esperanza de que, en pleno mes de mayo, la sucesión de temporales haya terminado, reine el buen tiempo y la anchoa caiga en las redes.
«Estamos tendo mal tempo e as capturas resentíronse bastante, esperemos que melloren»
Francisco Ayaso
Los barcos que permanecen en el País Vasco para participar en la campaña de la anchoa pertenecen a dos municipios barbanzanos: hay seis de Ribeira y doce de Portosín. Algunos llevan en las tierras vascas tiempo, pero otros retrasaron su partida hacia allí al tener noticias de la escasez de capturas.
Francisco Ayaso, portavoz de los cerqueros ribeirenses, insistía ayer en que de momento el tiempo fue demasiado frío para la anchoa y que si mejoran las temperaturas empezará a verse más. Algo similar señalaba un armador de Portosín, que incidía en que «vese bocarte pero de momento non o damos collido. A ver se cambia a cousa».
Las embarcaciones vascas sí obtuvieron mejores resultados porque pescaron más lejos de la costa, a unas 60 o 70 millas, una distancia demasiado lejana para buques del tamaño de los gallegos. Además, tampoco compensa hacer grandes desplazamientos por el gasto que supone en combustible. Aunque de la comarca son únicamente 18 embarcaciones, el peso que tiene Galicia en la costera de la anchoa es importante. Hay unos setenta barcos participando en la campaña. Los tripulantes de los cerqueros miran al cielo con la esperanza de que, en pleno mes de mayo, la sucesión de temporales haya terminado, reine el buen tiempo y la anchoa caiga en las redes.
«Estamos tendo mal tempo e as capturas resentíronse bastante, esperemos que melloren»
Francisco Ayaso
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