
Aunque Paula, la niña de Boiro que nació sin sacro, ya logró recaudar el dinero que necesitaba para su tratamiento, su caso se ha convertido en un ejemplo para otras causas solidarias. Esa es una de las razones por las que el Banco de Tapones de Baixo Miño la ha nombrado socia de honor con el objetivo de que su historia no caiga en el olvido. Diogo, el niño portugués que impulsó la recogida de tapones, también es socio.
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