:lvg: | 12/10/2010
Los técnicos calculan que tan solo el 60% del marisco que se enterró en la arena alcanzará un tamaño comercial.
La cofradía esparció unas 300.000 unidades de bivalvo, que estará apto para su distribución en marzo.
Los más de 1.500 productores que todos los años bajan a los arenales que administra la cofradía de Noia están a expensas de las decisiones de los miembros del cabildo. Por ello, estos deben tomar las resoluciones oportunas con la finalidad de que la producción no baje y todos los mariscadores puedan hacer una buena campaña y vivir de esta actividad la mayor parte del año. Por eso, el equipo que lidera el patrón mayor, Santiago Cruz, tiene que velar por los intereses de la principal fuente de ingresos de la villa e intentar mejorar la producción. El pósito realizó ayer la siembra de unas 300.000 unidades de cría de berberecho para garantizar la extracción productiva en el mes de marzo y poder prolongar todo lo posible el trabajo de los socios de la entidad.
Santiago Cruz lo tiene muy claro: «Temos que esforzarnos para que os traballadores poidan seguir vivindo disto e mellorar a produción». Y en eso están.
Venta en lonja
La cofradía puso en marcha un laboratorio para hacer su propia cría y este año ya se sembraron varios miles de unidades en sus concesiones. En la mañana de ayer, personal de la entidad, así como miembros de la agrupación de productores de a pie y del cabildo esparcieron entre A Misela y O Concheiro el berberecho pequeño.
El motivo de esta actuación obedece, según el dirigente, a que este marisco estará en condiciones para su comercialización en el mes de marzo, en la recta final de la campaña extractiva. Además, servirá para garantizar la presencia de este bivalvo en la lonja cuando los bancos están prácticamente agotados.
La siembra consistió, además, en remover la arena para que el marisco se fijara al fondo del mar al empezar a subir la marea y según Cruz «o 50% xa se enterrou ao ser arrastrado pola marea cando subía».
El dirigente comentó que dentro de seis meses no será un marisco de primera pero «terá tamaño suficiente para a súa venda». Los técnicos apuntaron que normalmente puede morir sobre un 40% de la producción pero aún así, es rentable.
La cofradía esparció unas 300.000 unidades de bivalvo, que estará apto para su distribución en marzo.
Los más de 1.500 productores que todos los años bajan a los arenales que administra la cofradía de Noia están a expensas de las decisiones de los miembros del cabildo. Por ello, estos deben tomar las resoluciones oportunas con la finalidad de que la producción no baje y todos los mariscadores puedan hacer una buena campaña y vivir de esta actividad la mayor parte del año. Por eso, el equipo que lidera el patrón mayor, Santiago Cruz, tiene que velar por los intereses de la principal fuente de ingresos de la villa e intentar mejorar la producción. El pósito realizó ayer la siembra de unas 300.000 unidades de cría de berberecho para garantizar la extracción productiva en el mes de marzo y poder prolongar todo lo posible el trabajo de los socios de la entidad.
Santiago Cruz lo tiene muy claro: «Temos que esforzarnos para que os traballadores poidan seguir vivindo disto e mellorar a produción». Y en eso están.
Venta en lonja
La cofradía puso en marcha un laboratorio para hacer su propia cría y este año ya se sembraron varios miles de unidades en sus concesiones. En la mañana de ayer, personal de la entidad, así como miembros de la agrupación de productores de a pie y del cabildo esparcieron entre A Misela y O Concheiro el berberecho pequeño.
El motivo de esta actuación obedece, según el dirigente, a que este marisco estará en condiciones para su comercialización en el mes de marzo, en la recta final de la campaña extractiva. Además, servirá para garantizar la presencia de este bivalvo en la lonja cuando los bancos están prácticamente agotados.
La siembra consistió, además, en remover la arena para que el marisco se fijara al fondo del mar al empezar a subir la marea y según Cruz «o 50% xa se enterrou ao ser arrastrado pola marea cando subía».
El dirigente comentó que dentro de seis meses no será un marisco de primera pero «terá tamaño suficiente para a súa venda». Los técnicos apuntaron que normalmente puede morir sobre un 40% de la producción pero aún así, es rentable.
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