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Homenaje en Rianxo, manifestación en Ribeira y visita cultural en Boiro
El primero de mayo es una fecha reivindicativa. Y como tal se celebró en la comarca barbanzana. Porque las cosas se pueden reivindicar de muchas maneras: en Rianxo, con un homenaje, se destacó el papel de los trabajadores del mar, sobre todo de los que perdieron la vida en la faena; en Boiro con una visita cultural, se buscó traer al recuerdo las aldeas en las que habita el abandono y que son dignas de conservar y, en Ribeira, con una manifestación, la clase obrera clamó contra los recortes y la pérdida de derechos por parte de los trabajadores.
En Rianxo, la mañana empezó con música. La puso un solo de saxofón al que siguieron las voces de una coral, que entonaron la Salve Marinera. Era la banda sonora de un acto en el que se pusieron flores y dos coronas de laureles delante del monolito de los fallecidos del mar: una piedra en la que figura el nombre de 48 rianxeiros que murieron en la faena. Participaron, como es tradición, las autoridades rianxeiras y familiares de marineros fallecidos en su trabajo. Luego tuvo lugar una misa y el colofón final fue a bordo de un barco: se tiró una corona de laureles a la ría para recordar a quienes no volvieron del mar.
La aldea olvidada
En Boiro, al amparo de una iniciativa de los comuneros de A Galea (en Bealo) y de la asociación O Faiado Dous, el de ayer fue un día de reivindicación cultural. ¿Por qué? Se inauguró un crucero en el citado lugar, hubo fiesta y una visita guiada para dar a conocer un sitio que denominan «a aldea esquecida». La intención es que esos lugares con encanto, donde al parecer incluso hay grabados prehistóricos, no estén en la sombra y se potencien. Unas cuarenta personas realizaron una visita por la aldea boirense.
A pie de calle
En Ribeira, por su parte, tocó salir a la calle. Aunque los dos sindicatos mayoritarios en España prefirieron emplazar a los barbanzanos a desplazarse a Santiago, la CIG sí celebró una manifestación del 1 de mayo en Ribeira. Era la décima vez consecutiva que la marcha tenía lugar y fueron más de 200 los simpatizantes y afiliados que formaban la comitiva que recorrió el centro de la ciudad para terminar concentrados en la plaza del Concello.
En el acto reivindicativo participaron también las plataformas comarcales que defienden una enseñanza pública y de calidad y la que lucha para evitar la privatización de la sanidad. El PP fue el destinatario de sus ataques. El sindicato nacionalista culpó a los conservadores de «deixar campar por España aos bancos, que arrasan por onde pasan», sentenció el portavoz comarcal del sindicato, Xan García, antes de añadir que la paz social está a punto de romperse en el país.
La CIG quiso homenajear también al sonense José Vila por sus años de afiliación. Vila, que aceptó de buena gana el detalle, recordó al público presente en la plaza del Concello que es la sociedad la que tiene que manejar a los políticos y no al revés: «Nós temos que ser a asemblea e eles seguir o que lle dicimos», dijo.
El primero de mayo es una fecha reivindicativa. Y como tal se celebró en la comarca barbanzana. Porque las cosas se pueden reivindicar de muchas maneras: en Rianxo, con un homenaje, se destacó el papel de los trabajadores del mar, sobre todo de los que perdieron la vida en la faena; en Boiro con una visita cultural, se buscó traer al recuerdo las aldeas en las que habita el abandono y que son dignas de conservar y, en Ribeira, con una manifestación, la clase obrera clamó contra los recortes y la pérdida de derechos por parte de los trabajadores.
En Rianxo, la mañana empezó con música. La puso un solo de saxofón al que siguieron las voces de una coral, que entonaron la Salve Marinera. Era la banda sonora de un acto en el que se pusieron flores y dos coronas de laureles delante del monolito de los fallecidos del mar: una piedra en la que figura el nombre de 48 rianxeiros que murieron en la faena. Participaron, como es tradición, las autoridades rianxeiras y familiares de marineros fallecidos en su trabajo. Luego tuvo lugar una misa y el colofón final fue a bordo de un barco: se tiró una corona de laureles a la ría para recordar a quienes no volvieron del mar.
La aldea olvidada
En Boiro, al amparo de una iniciativa de los comuneros de A Galea (en Bealo) y de la asociación O Faiado Dous, el de ayer fue un día de reivindicación cultural. ¿Por qué? Se inauguró un crucero en el citado lugar, hubo fiesta y una visita guiada para dar a conocer un sitio que denominan «a aldea esquecida». La intención es que esos lugares con encanto, donde al parecer incluso hay grabados prehistóricos, no estén en la sombra y se potencien. Unas cuarenta personas realizaron una visita por la aldea boirense.
A pie de calle
En Ribeira, por su parte, tocó salir a la calle. Aunque los dos sindicatos mayoritarios en España prefirieron emplazar a los barbanzanos a desplazarse a Santiago, la CIG sí celebró una manifestación del 1 de mayo en Ribeira. Era la décima vez consecutiva que la marcha tenía lugar y fueron más de 200 los simpatizantes y afiliados que formaban la comitiva que recorrió el centro de la ciudad para terminar concentrados en la plaza del Concello.
En el acto reivindicativo participaron también las plataformas comarcales que defienden una enseñanza pública y de calidad y la que lucha para evitar la privatización de la sanidad. El PP fue el destinatario de sus ataques. El sindicato nacionalista culpó a los conservadores de «deixar campar por España aos bancos, que arrasan por onde pasan», sentenció el portavoz comarcal del sindicato, Xan García, antes de añadir que la paz social está a punto de romperse en el país.
La CIG quiso homenajear también al sonense José Vila por sus años de afiliación. Vila, que aceptó de buena gana el detalle, recordó al público presente en la plaza del Concello que es la sociedad la que tiene que manejar a los políticos y no al revés: «Nós temos que ser a asemblea e eles seguir o que lle dicimos», dijo.
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