:lvg: | 11/2/2011
La firma gestora cree que Serra do Barbanza afrontará el gasto
Que la pela es la pela, es algo que, para escucharlo, no es necesario estar en suelo catalán. Y más cuando se trata de cuestiones empresariales en donde las pérdidas de las que se habla no son peccata minuta. Tras conocerse que la planta que Serra do Barbanza posee en el lugar de Servia tiene desde que empezó el año un agujero por el que se escapan 50.000 euros al mes, y que repercute en los beneficios de la firma concesionaria -Fomento de Construcciones y Contratas (FCC)-, ahora ha trascendido que esa pérdida económica tendrá que ser asumida por la entidad supramunicipal, al considerar FCC que no es responsabilidad suya.
Y es que las cifras que se barajan alcanzarán al cerrar este ejercicio fiscal los 600.000 euros, algo que en FCC no están dispuestos a asumir. Sobre todo después de hacerse público hace varios días, y a través del presidente saliente de la mancomunidad, Domingos Dosil, que los concellos deben aún 800.000 euros a la firma.
En el filo de la navaja
Cabe recordar que este nuevo escollo, que pone una vez más sobre el filo de la navaja a la planta de Servia, está originado por la decisión de Ecoembes, la sociedad constituida por fabricantes de envases que pagan un canon anual destinado a la recuperación de los recipientes que producen, de recoger únicamente el 30% de los estuches de plástico ligeros que llegan a las instalaciones, que da trabajo a 150 trabajadores de nueve municipios del entorno.
Según explican en la planta lousamiana, ya no existe más espacio para seguir acumulando los envases que llegan a diario. Una situación que obligará a la empresa a contratar los servicios de otra entidad recicladora para evitar el amontonamiento de más toneladas de recipientes plásticos dentro del complejo.
Lo que resulta evidente para FCC es que los costes que la planta genera, como por ejemplo los de personal, siguen siendo los mismos que cuando Ecoembes recogía el 100% de los envases ligeros. Además, apuntan que con esta situación se produce una diferencia de gastos e ingresos que tendrán que solucionar la mancomunidad y Ecoembes, que son las entidades que acataron el convenio por el que se rigen todas las plantas de Galicia.
Mientras, en el comité de empresa están a la espera de mantener dos reuniones. La primera, que podría ser la semana que viene, con el nuevo presidente de Serra do Barbanza, y alcalde de Noia, Rafael García. Y la segunda, con representantes de la Xunta y Ecoembes. Para este encuentro todavía no existe fecha a pesar de haberla solicitada hace más de un mes.
Sentarse a negociar
Sobre este nuevo conflicto que cerca el futuro de la planta de Servia por cuestiones económicas, en la Xunta recomiendan mesura a la hora de abordar el problema.
Fuentes autorizadas de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas aseguraron que el papel del Gobierno gallego en este litigio no es el de jurado. Es más, apuntan que tanto Serra do Barbanza como Ecoembes tendrían que sentarse a negociar para acercar posturas. Además, indicaron que su intención es mantener el papel mediador que han tenido desde siempre y que consiguió que Ecoembes aplazara tres meses su decisión de recoger el 30% de los envases ligeros.
Que la pela es la pela, es algo que, para escucharlo, no es necesario estar en suelo catalán. Y más cuando se trata de cuestiones empresariales en donde las pérdidas de las que se habla no son peccata minuta. Tras conocerse que la planta que Serra do Barbanza posee en el lugar de Servia tiene desde que empezó el año un agujero por el que se escapan 50.000 euros al mes, y que repercute en los beneficios de la firma concesionaria -Fomento de Construcciones y Contratas (FCC)-, ahora ha trascendido que esa pérdida económica tendrá que ser asumida por la entidad supramunicipal, al considerar FCC que no es responsabilidad suya.
Y es que las cifras que se barajan alcanzarán al cerrar este ejercicio fiscal los 600.000 euros, algo que en FCC no están dispuestos a asumir. Sobre todo después de hacerse público hace varios días, y a través del presidente saliente de la mancomunidad, Domingos Dosil, que los concellos deben aún 800.000 euros a la firma.
En el filo de la navaja
Cabe recordar que este nuevo escollo, que pone una vez más sobre el filo de la navaja a la planta de Servia, está originado por la decisión de Ecoembes, la sociedad constituida por fabricantes de envases que pagan un canon anual destinado a la recuperación de los recipientes que producen, de recoger únicamente el 30% de los estuches de plástico ligeros que llegan a las instalaciones, que da trabajo a 150 trabajadores de nueve municipios del entorno.
Según explican en la planta lousamiana, ya no existe más espacio para seguir acumulando los envases que llegan a diario. Una situación que obligará a la empresa a contratar los servicios de otra entidad recicladora para evitar el amontonamiento de más toneladas de recipientes plásticos dentro del complejo.
Lo que resulta evidente para FCC es que los costes que la planta genera, como por ejemplo los de personal, siguen siendo los mismos que cuando Ecoembes recogía el 100% de los envases ligeros. Además, apuntan que con esta situación se produce una diferencia de gastos e ingresos que tendrán que solucionar la mancomunidad y Ecoembes, que son las entidades que acataron el convenio por el que se rigen todas las plantas de Galicia.
Mientras, en el comité de empresa están a la espera de mantener dos reuniones. La primera, que podría ser la semana que viene, con el nuevo presidente de Serra do Barbanza, y alcalde de Noia, Rafael García. Y la segunda, con representantes de la Xunta y Ecoembes. Para este encuentro todavía no existe fecha a pesar de haberla solicitada hace más de un mes.
Sentarse a negociar
Sobre este nuevo conflicto que cerca el futuro de la planta de Servia por cuestiones económicas, en la Xunta recomiendan mesura a la hora de abordar el problema.
Fuentes autorizadas de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas aseguraron que el papel del Gobierno gallego en este litigio no es el de jurado. Es más, apuntan que tanto Serra do Barbanza como Ecoembes tendrían que sentarse a negociar para acercar posturas. Además, indicaron que su intención es mantener el papel mediador que han tenido desde siempre y que consiguió que Ecoembes aplazara tres meses su decisión de recoger el 30% de los envases ligeros.
Al final ya sabemos quienes vamos a tener que pagar. Las ganancias para el proletariado, las perdidas, para el pueblo.
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