:lvg: | 19/2/2011
Los concellos de Boiro, Noia y Muros cobran por meses de colocación, mientras que Rianxo, Ribeira y Porto Son tienen cuotas anuales
La proliferación de terrazas y de estufas al aire libre va unida a la ley antitabaco. Si hasta ahora era en verano cuando plazas y paseos se llenaban de mesas y sillas para poder tomar una consumición disfrutando de las vistas y el calor, en la actualidad ni siquiera desaparecen con el viento y la lluvia de las últimas jornadas. Para evitar la pérdida de clientes, los hosteleros han convertido en omnipresentes las terrazas y en algunas localidades, como es el caso de Boiro, la patronal va a solicitar al Concello una reducción de las tasas, al menos durante la temporada de invierno. En la comarca, las tarifas más caras por la ocupación de vía pública son las que tiene Portos en espacios de su competencia.
Aunque el organismo público ha reducido el importe a cobrar -la medida entró en vigor en enero-, la instalación de una mesa y cuatro sillas en temporada alta supone, si se considera una ocupación de dos metros cuadrados por estos elementos, un desembolso mensual de 40,5 euros en localidades como Porto do Son y Ribeira, calificadas como de tipo A.
En estos dos municipios barbanzanos, poner el mismo mobiliario en un lugar bajo jurisdicción municipal sale por 2,31 y 2,88 euros mensuales, respectivamente.
Renuncia a colocar mesas
Un empresario que posee un bar en el parque García Bayón de Ribeira no tiene reparos en mostrar, cartilla bancaria en mano, lo que pagó el pasado año a Portos por tener media docena de mesas en julio y agosto. El importe ascendió a 842 euros. Un poco más adelante, Francisco Vidal, dice que dejó de montar la terraza: «Non estou disposto a pagar 600 euros por catro mesas».
Por su parte, los concellos de la comarca aplican distintos baremos. En Boiro, Noia y Muros se cobra por meses de colocación. Los permisos pueden sacarse por temporada o con carácter anual. En calles céntricas, las tarifas oscilan entre los 0,60 euros día de Muros, los 0,07 de Noia o los 0,37 de Boiro.
En Rianxo, el Concello recauda lo mismo por tener la terraza instalada doce meses que tres, el importe por metro cuadrado es de 11,92 euros. En A Pobra la cuantía es la misma esté colocada cuatro meses o todo el año. En este municipio se tarifica por mesa y día. La media anual sale en 1,02 euros por jornada. Por lo que respecta a Ribeira, existe una tasa anual.
Desde este año, Portos solo cobra 60 días en temporada baja.
Los hosteleros aseguran que la crisis lleva tiempo dejándose notar en sus establecimientos y que la entrada en vigor de la ley antitabaco ha provocado un descenso en el número de consumiciones, lo que constituye otro revés para el sector.
El empresario Juan Parada, que regenta un negocio abierto hace 27 años indica: «Os clientes que fumaban téñoos igual, botan menos tempo. A lei non ven ben para o negocio, pero para min si porque teño fumado moito sen acender un pitillo».
Otro profesional con sobrada experiencia, Juan José García, expone unos datos nada alentadores: «Baixou un 50%. O negocio mantense grazas aos clientes fixos que aguantan as ganas de fumar. A moita xente dálle corte saír á rúa. Teño clientes que se antes tomaban tres cafés, agora toman un». Este hostelero no duda en calificar la ley de injusta y afirma: «Aínda estou esperando que veñan os que non fuman».
También en el negocio de Andrés Dios se nota un bajón: «Debería ser optativo. Se antes unha persoa se atopaba con un coñecido aínda tomaba outra consumición, agora non pasa».
Una visión distinta tiene Juan Blanco, que no duda en calificar la ley «como a mellor da democracia». Reconoce, sin embargo, que hay un cambio de hábitos: «A xente toma algo, vaise e logo volve». Como aspectos positivos indica: «Ao segundo día arrecendía a café». Blanco, que tiene una terraza en la que no se puede fumar, hará cambios para adecuarla a la norma.
La proliferación de terrazas y de estufas al aire libre va unida a la ley antitabaco. Si hasta ahora era en verano cuando plazas y paseos se llenaban de mesas y sillas para poder tomar una consumición disfrutando de las vistas y el calor, en la actualidad ni siquiera desaparecen con el viento y la lluvia de las últimas jornadas. Para evitar la pérdida de clientes, los hosteleros han convertido en omnipresentes las terrazas y en algunas localidades, como es el caso de Boiro, la patronal va a solicitar al Concello una reducción de las tasas, al menos durante la temporada de invierno. En la comarca, las tarifas más caras por la ocupación de vía pública son las que tiene Portos en espacios de su competencia.
Aunque el organismo público ha reducido el importe a cobrar -la medida entró en vigor en enero-, la instalación de una mesa y cuatro sillas en temporada alta supone, si se considera una ocupación de dos metros cuadrados por estos elementos, un desembolso mensual de 40,5 euros en localidades como Porto do Son y Ribeira, calificadas como de tipo A.
En estos dos municipios barbanzanos, poner el mismo mobiliario en un lugar bajo jurisdicción municipal sale por 2,31 y 2,88 euros mensuales, respectivamente.
Renuncia a colocar mesas
Un empresario que posee un bar en el parque García Bayón de Ribeira no tiene reparos en mostrar, cartilla bancaria en mano, lo que pagó el pasado año a Portos por tener media docena de mesas en julio y agosto. El importe ascendió a 842 euros. Un poco más adelante, Francisco Vidal, dice que dejó de montar la terraza: «Non estou disposto a pagar 600 euros por catro mesas».
Por su parte, los concellos de la comarca aplican distintos baremos. En Boiro, Noia y Muros se cobra por meses de colocación. Los permisos pueden sacarse por temporada o con carácter anual. En calles céntricas, las tarifas oscilan entre los 0,60 euros día de Muros, los 0,07 de Noia o los 0,37 de Boiro.
En Rianxo, el Concello recauda lo mismo por tener la terraza instalada doce meses que tres, el importe por metro cuadrado es de 11,92 euros. En A Pobra la cuantía es la misma esté colocada cuatro meses o todo el año. En este municipio se tarifica por mesa y día. La media anual sale en 1,02 euros por jornada. Por lo que respecta a Ribeira, existe una tasa anual.
Desde este año, Portos solo cobra 60 días en temporada baja.
Los hosteleros aseguran que la crisis lleva tiempo dejándose notar en sus establecimientos y que la entrada en vigor de la ley antitabaco ha provocado un descenso en el número de consumiciones, lo que constituye otro revés para el sector.
El empresario Juan Parada, que regenta un negocio abierto hace 27 años indica: «Os clientes que fumaban téñoos igual, botan menos tempo. A lei non ven ben para o negocio, pero para min si porque teño fumado moito sen acender un pitillo».
Otro profesional con sobrada experiencia, Juan José García, expone unos datos nada alentadores: «Baixou un 50%. O negocio mantense grazas aos clientes fixos que aguantan as ganas de fumar. A moita xente dálle corte saír á rúa. Teño clientes que se antes tomaban tres cafés, agora toman un». Este hostelero no duda en calificar la ley de injusta y afirma: «Aínda estou esperando que veñan os que non fuman».
También en el negocio de Andrés Dios se nota un bajón: «Debería ser optativo. Se antes unha persoa se atopaba con un coñecido aínda tomaba outra consumición, agora non pasa».
Una visión distinta tiene Juan Blanco, que no duda en calificar la ley «como a mellor da democracia». Reconoce, sin embargo, que hay un cambio de hábitos: «A xente toma algo, vaise e logo volve». Como aspectos positivos indica: «Ao segundo día arrecendía a café». Blanco, que tiene una terraza en la que no se puede fumar, hará cambios para adecuarla a la norma.
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