:lvg: | 9/1/2011
Cuatro de los cinco muertos del pasado ejercicio se produjeron en estos sectores
Cerca de la mitad de los accidentes con baja laboral registrados en la comarca durante el pasado ejercicio se produjeron en el ámbito de la industria. Sin embargo, en esta rama productiva solamente hubo un suceso tipificado como grave y no se registró ninguna víctima mortal. Las cosas son bien distintas en los ámbitos de la construcción y la pesca, que acumularon el 80% de los siniestros de carácter grave y, además, son los sectores que concentran el mayor número de percances con resultado de muerte para el trabajador.
En el año que acaba de finalizar se computaron cinco víctimas mortales. La pesca volvió a llevarse la peor parte, con tres profesionales que perdieron la vida, mientras que los otros dos incidentes trágicos ocurrieron en la construcción y el sector servicios. Durante el último lustro, construcción y pesca no se han librado nunca de los accidentes con fallecidos. El año más trágico fue el 2008, con cinco, y el 2010 se ha convertido ya en el segundo peor.
Los más castigados
De igual manera, ambas ramas productivas acumulan el mayor número de percances graves. De los 28 sucesos de este tipo ocurridos durante el pasado año, 14 tuvieron lugar en el ejercicio de la actividad pesquera y 8 en la constructiva. Los 6 restantes se reparten entre la agricultura, que suma 4, y los servicios, con 2.
A la hora de explicar las causas que pueden propiciar esta elevada cantidad de incidencias, los representantes sindicales barbanzanos aluden al hecho de que ambos sectores productivos tienen un elevado componente de peligrosidad e inciden en la precariedad laboral como una de las posibles causas del alto porcentaje de sucesos con importantes consecuencias para quien los padece.
Seguridad y rentabilidad
En este sentido, el responsable de la organización Comisiones Obreras, Xosé Lamela, afirma: «Seguridade é sinónimo de rendibilidade. Os accidentes son sinónimo de custes persoais e económicos. Traballar en boas condicións é moi rendible».
Por su parte, el delegado en Barbanza de la CIG, Xan García, indica que se producen un cúmulo de circunstancias. A la hora de referirse al sector pesquero, García explica que los profesionales no solo pasan un elevado número de horas en el mar faenando, sino que cuando llegan a tierra también tienen mucho trabajo que desempeñar: «O mariñeiro ten tempo para durmir e pouco máis. O cansazo tamén constitúe un importante factor de risco».
En este ámbito, durante el pasado año se registraron una media de 119 sucesos que implicaron la baja laboral de los trabajadores que los sufrieron.
En los desplazamientos
A esto hay que sumar los percances que se produjeron en los desplazamientos de los profesionales a su puesto de trabajo o viceversa. Según los datos aportados por la Consellería de Traballo, entre los meses de enero y noviembre hubo 76 sucesos de este tipo. Ribeira, A Pobra y Boiro fueron las localidades que registraron más incidentes.
El incidente más grave aconteció en el término ribeirense y se saldó con una víctima mortal. Cabe señalar que los restantes casos computados tuvieron la catalogación de leves y no hubo ninguno de carácter grave.
Muros fue el único ayuntamiento en el que no hubo ningún accidente en el trayecto al puesto de trabajo, mientras que en el municipio de Mazaricos se computó solamente uno.
Relacionadas
El número de sucesos se redujo en 282 con respecto al año 2009
Casi la mitad de los percances totales fueron en la industria
Cerca de la mitad de los accidentes con baja laboral registrados en la comarca durante el pasado ejercicio se produjeron en el ámbito de la industria. Sin embargo, en esta rama productiva solamente hubo un suceso tipificado como grave y no se registró ninguna víctima mortal. Las cosas son bien distintas en los ámbitos de la construcción y la pesca, que acumularon el 80% de los siniestros de carácter grave y, además, son los sectores que concentran el mayor número de percances con resultado de muerte para el trabajador.
En el año que acaba de finalizar se computaron cinco víctimas mortales. La pesca volvió a llevarse la peor parte, con tres profesionales que perdieron la vida, mientras que los otros dos incidentes trágicos ocurrieron en la construcción y el sector servicios. Durante el último lustro, construcción y pesca no se han librado nunca de los accidentes con fallecidos. El año más trágico fue el 2008, con cinco, y el 2010 se ha convertido ya en el segundo peor.
Los más castigados
De igual manera, ambas ramas productivas acumulan el mayor número de percances graves. De los 28 sucesos de este tipo ocurridos durante el pasado año, 14 tuvieron lugar en el ejercicio de la actividad pesquera y 8 en la constructiva. Los 6 restantes se reparten entre la agricultura, que suma 4, y los servicios, con 2.
A la hora de explicar las causas que pueden propiciar esta elevada cantidad de incidencias, los representantes sindicales barbanzanos aluden al hecho de que ambos sectores productivos tienen un elevado componente de peligrosidad e inciden en la precariedad laboral como una de las posibles causas del alto porcentaje de sucesos con importantes consecuencias para quien los padece.
Seguridad y rentabilidad
En este sentido, el responsable de la organización Comisiones Obreras, Xosé Lamela, afirma: «Seguridade é sinónimo de rendibilidade. Os accidentes son sinónimo de custes persoais e económicos. Traballar en boas condicións é moi rendible».
Por su parte, el delegado en Barbanza de la CIG, Xan García, indica que se producen un cúmulo de circunstancias. A la hora de referirse al sector pesquero, García explica que los profesionales no solo pasan un elevado número de horas en el mar faenando, sino que cuando llegan a tierra también tienen mucho trabajo que desempeñar: «O mariñeiro ten tempo para durmir e pouco máis. O cansazo tamén constitúe un importante factor de risco».
En este ámbito, durante el pasado año se registraron una media de 119 sucesos que implicaron la baja laboral de los trabajadores que los sufrieron.
En los desplazamientos
A esto hay que sumar los percances que se produjeron en los desplazamientos de los profesionales a su puesto de trabajo o viceversa. Según los datos aportados por la Consellería de Traballo, entre los meses de enero y noviembre hubo 76 sucesos de este tipo. Ribeira, A Pobra y Boiro fueron las localidades que registraron más incidentes.
El incidente más grave aconteció en el término ribeirense y se saldó con una víctima mortal. Cabe señalar que los restantes casos computados tuvieron la catalogación de leves y no hubo ninguno de carácter grave.
Muros fue el único ayuntamiento en el que no hubo ningún accidente en el trayecto al puesto de trabajo, mientras que en el municipio de Mazaricos se computó solamente uno.
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