:lvg: | 22/1/2011
La Xunta prevé que el corredor funcione en su totalidad este trimestre
La comarca noiesa era, hasta hace poco, el patito feo de las infraestructuras. En pleno siglo XXI, la villa noiesa continúa siendo un hervidero de coches cada verano, sin una circunvalación en condiciones que libre al casco histórico de los monumentales atascos. Además, para cualquier desplazamiento, había que usar carreteras obsoletas. Da igual que uno fuese a Porto do Son, Ribeira, Santiago o Muros. Sin embargo, las cosas están empezando a cambiar. Es obligatorio continuar utilizando viales de segunda, pero el mapa de infraestructuras ha empezado a pegar saltos. Se estrenó la variante de Outes, que permite sortear A Serra, se está construyendo la circunvalación noiesa. Y, lo que es mejor, la carretera que acerca la tierra de Avilés de Taramancos a la capital gallega, inaugurada ya en su gran parte, ya está completamente lista.
La Xunta pretende poner en funcionamiento los casi 10 kilómetros que quedan pendientes en este primer trimestre del año, probablemente en febrero, tal y como el conselleiro ya adelantó cuando acudió a Outes para inaugurar la variante. En realidad, si uno recorre esos 9 kilómetros que tiene el trazado, se da cuenta que, efectivamente, todo está prácticamente listo para que los coches puedan ir desde Noia hasta Santiago de Compostela sin tener que andar dando tumbos por la vieja carretera comarcal. A continuación, se dan detalles del nuevo recorrido, del que está sin estrenar, empezando desde Rois (Martelo). Hasta ahí, si uno viene desde Santiago, ya llega primero mediante autovía y luego a través de la primera fase del corredor.
El inicio, en Martelo
En Martelo es donde empieza el tramo de nueve kilómetros aún sin inaugurar. En este punto, hay varias rotondas, ya que el corredor tiene ahí un enlace para entrar y salir. Se divisa, por una parte, la franja de la carretera ya en funcionamiento, la de Brión a Martelo, con numeroso tráfico ?al menos, ocurría así en la mañana del miércoles? y al otro lado el nuevo vial que está pintado y con la señalización necesaria. Vamos, listo. Aunque todavía sin uso alguno.
La zona de San Xusto
Acercándose ya a Noia y Lousame, la nueva carretera continúa estando toda pintada y señalizada. Además, se ve perfectamente, a lo largo de todo el trazado, que el terreno está explanado para que pueda desdoblarse el corredor, que es lo que pretende hacer la Xunta. Y construir así una autovía de Noia a Santiago. Lo que llama la atención es el enorme trabajo que queda por hacer en las pistas y accesos afectados por esta obra. Hay manantiales corriendo sin ton ni son. Pistas por las que se pasa muy malamente. Y enormes piedras acumuladas junto a algún desmonte. Eso sí, se ve personal trabajando en estas tareas. Al preguntar a pie de obra, señalan que, aunque terminaron con la carretera, falta mejorar los accesos, y en esa tarea invertirán varios meses. Llama la atención el viaducto de Pasares, la obra más complicada de todo el trazado.
En Sampaio
En el entorno de Sampaio está uno de los enlaces del corredor. Todavía se están construyendo las rotondas necesarias. Sin embargo, a pie de carretera, la situación es la misma: todo pintado y asfaltado, listo para que pasen los coches. En este punto, hay una especie de terreno explanado lleno de árboles. La empresa preservó las especies para que generen una agradable visión al conductor.
El final, en Ceilán
Junto al puente de Ceilán acaba el corredor. Estos días, se estaba aglomerando y pintando esa zona. Es el único tramo donde al vial le queda un pelín. El resto, listo para rodar.
Cuando se abra al tráfico el último tramo del corredor noiés, seguramente, sean muchos los conductores que se queden de piedra con la panorámica que se divisa desde el viaducto de Pasares: se ve una espectacular vista de la ría. Este puente es la obra más emblemática de la carretera. La empresa adjudicataria de los trabajos tardó desde el mes de diciembre hasta el de junio en levantarlo. En su parte más elevada, tiene 40 metros de altura. Sobre él pasa el corredor a lo largo de 475 metros. Está totalmente acabado, al igual que el resto de las estructuras que fueron necesarias.
En total, se ejecutaron seis pasos elevados, y otros tantos inferiores. De ellos, además del de Pasares, el de más envergadura es un puente sobre el que pasa la carretera que va a Roo. De hecho, hubo que cortar durante meses el acceso a esta zona para poder llevarlo a cabo.
Centenares de operarios
Solamente en este tramo del corredor trabajaron centenares de personas. Además, durante bastante tiempo, estuvieron las dos fases de la carretera en plenas obras, con lo que el trasiego de obreros era impresionante. Solo en los movimientos de tierra del último tramo, es decir, de los nueve kilómetros de Martelo a Noia, trabajaron unas cien personas. Actualmente, hay unas 150 personas haciendo distintas labores en el trazado.
La construcción de la carretera, obviamente, y como pasó por ejemplo con la obra de la autovía de Barbanza, llevó aparejadas muchas actuaciones complementarias ?y las que todavía están pendientes?. Una de las que salta a la vista es la instalación de pantallas acústicas en núcleos, para proteger las casas del ruido del paso de los coches. Ocurre así en las aldeas de Fontefría, Os Madeiros y Sampaio. Por otra parte, y como muestra de lo avanzadas que están las obras, también se colocó ya prácticamente a lo largo de todo el vial una valla para evitar que alguien o un animal se pueda colar en la calzada. Llama la atención el amplio espacio que queda entre este vallado y el vial, que está en tierra y sembrado de arena. Pero tiene una explicación lógica: es el trozo que se reserva para desdoblar la carretera. La Xunta ya está tramitando este expediente, por lo que en un futuro los tres carriles que tiene ahora mismo el corredor acabarán convirtiéndose en cinco.
La comarca noiesa era, hasta hace poco, el patito feo de las infraestructuras. En pleno siglo XXI, la villa noiesa continúa siendo un hervidero de coches cada verano, sin una circunvalación en condiciones que libre al casco histórico de los monumentales atascos. Además, para cualquier desplazamiento, había que usar carreteras obsoletas. Da igual que uno fuese a Porto do Son, Ribeira, Santiago o Muros. Sin embargo, las cosas están empezando a cambiar. Es obligatorio continuar utilizando viales de segunda, pero el mapa de infraestructuras ha empezado a pegar saltos. Se estrenó la variante de Outes, que permite sortear A Serra, se está construyendo la circunvalación noiesa. Y, lo que es mejor, la carretera que acerca la tierra de Avilés de Taramancos a la capital gallega, inaugurada ya en su gran parte, ya está completamente lista.
La Xunta pretende poner en funcionamiento los casi 10 kilómetros que quedan pendientes en este primer trimestre del año, probablemente en febrero, tal y como el conselleiro ya adelantó cuando acudió a Outes para inaugurar la variante. En realidad, si uno recorre esos 9 kilómetros que tiene el trazado, se da cuenta que, efectivamente, todo está prácticamente listo para que los coches puedan ir desde Noia hasta Santiago de Compostela sin tener que andar dando tumbos por la vieja carretera comarcal. A continuación, se dan detalles del nuevo recorrido, del que está sin estrenar, empezando desde Rois (Martelo). Hasta ahí, si uno viene desde Santiago, ya llega primero mediante autovía y luego a través de la primera fase del corredor.
El inicio, en Martelo
En Martelo es donde empieza el tramo de nueve kilómetros aún sin inaugurar. En este punto, hay varias rotondas, ya que el corredor tiene ahí un enlace para entrar y salir. Se divisa, por una parte, la franja de la carretera ya en funcionamiento, la de Brión a Martelo, con numeroso tráfico ?al menos, ocurría así en la mañana del miércoles? y al otro lado el nuevo vial que está pintado y con la señalización necesaria. Vamos, listo. Aunque todavía sin uso alguno.
La zona de San Xusto
Acercándose ya a Noia y Lousame, la nueva carretera continúa estando toda pintada y señalizada. Además, se ve perfectamente, a lo largo de todo el trazado, que el terreno está explanado para que pueda desdoblarse el corredor, que es lo que pretende hacer la Xunta. Y construir así una autovía de Noia a Santiago. Lo que llama la atención es el enorme trabajo que queda por hacer en las pistas y accesos afectados por esta obra. Hay manantiales corriendo sin ton ni son. Pistas por las que se pasa muy malamente. Y enormes piedras acumuladas junto a algún desmonte. Eso sí, se ve personal trabajando en estas tareas. Al preguntar a pie de obra, señalan que, aunque terminaron con la carretera, falta mejorar los accesos, y en esa tarea invertirán varios meses. Llama la atención el viaducto de Pasares, la obra más complicada de todo el trazado.
En Sampaio
En el entorno de Sampaio está uno de los enlaces del corredor. Todavía se están construyendo las rotondas necesarias. Sin embargo, a pie de carretera, la situación es la misma: todo pintado y asfaltado, listo para que pasen los coches. En este punto, hay una especie de terreno explanado lleno de árboles. La empresa preservó las especies para que generen una agradable visión al conductor.
El final, en Ceilán
Junto al puente de Ceilán acaba el corredor. Estos días, se estaba aglomerando y pintando esa zona. Es el único tramo donde al vial le queda un pelín. El resto, listo para rodar.
Cuando se abra al tráfico el último tramo del corredor noiés, seguramente, sean muchos los conductores que se queden de piedra con la panorámica que se divisa desde el viaducto de Pasares: se ve una espectacular vista de la ría. Este puente es la obra más emblemática de la carretera. La empresa adjudicataria de los trabajos tardó desde el mes de diciembre hasta el de junio en levantarlo. En su parte más elevada, tiene 40 metros de altura. Sobre él pasa el corredor a lo largo de 475 metros. Está totalmente acabado, al igual que el resto de las estructuras que fueron necesarias.
En total, se ejecutaron seis pasos elevados, y otros tantos inferiores. De ellos, además del de Pasares, el de más envergadura es un puente sobre el que pasa la carretera que va a Roo. De hecho, hubo que cortar durante meses el acceso a esta zona para poder llevarlo a cabo.
Centenares de operarios
Solamente en este tramo del corredor trabajaron centenares de personas. Además, durante bastante tiempo, estuvieron las dos fases de la carretera en plenas obras, con lo que el trasiego de obreros era impresionante. Solo en los movimientos de tierra del último tramo, es decir, de los nueve kilómetros de Martelo a Noia, trabajaron unas cien personas. Actualmente, hay unas 150 personas haciendo distintas labores en el trazado.
La construcción de la carretera, obviamente, y como pasó por ejemplo con la obra de la autovía de Barbanza, llevó aparejadas muchas actuaciones complementarias ?y las que todavía están pendientes?. Una de las que salta a la vista es la instalación de pantallas acústicas en núcleos, para proteger las casas del ruido del paso de los coches. Ocurre así en las aldeas de Fontefría, Os Madeiros y Sampaio. Por otra parte, y como muestra de lo avanzadas que están las obras, también se colocó ya prácticamente a lo largo de todo el vial una valla para evitar que alguien o un animal se pueda colar en la calzada. Llama la atención el amplio espacio que queda entre este vallado y el vial, que está en tierra y sembrado de arena. Pero tiene una explicación lógica: es el trozo que se reserva para desdoblar la carretera. La Xunta ya está tramitando este expediente, por lo que en un futuro los tres carriles que tiene ahora mismo el corredor acabarán convirtiéndose en cinco.
Un minoritario grupo de gente critica que esta infraestructura se hace exclusivamente para acercarles las playas de nuestro entorno a los vecinos de Santiago, sin pararse a pensar que los que vivimos aquí también tenemos necesidad de acudir a Santiago o A Coruña, por citar solo dos destinos y por diversos motivos, uno de ellos porque hay gente que trabaja todo el año en Santiago.
Otros se preguntan ¿si vale la pena destruir tanta belleza o construir puentes que solo nos acortan el camino entre los pueblos solo unos minutos?. Sin salirnos de la zona, a raíz de la inauguración del puente del Engano, ¿que pensarían hace muchísimos años la gente cuando se construyó Pontenafonso, o mucho más recientemente el de Ceilán?.
No tenemos más que recordar la famosa "navallada", para ver como hoy muchos de aquellos que tanto protestaban y se quejaban, hacen el uso de la AP9 como los que la llevaron a cabo, sin olvidarnos que algunas zonas ya comienza a tener problemas por saturación.
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