:lvg: | 11/11/2010
Los vecinos pueden hacer una tarjeta que acredita su voluntad de dar miembros vitales en caso de fallecimiento
Ribeira es el municipio donde figuran más ciudadanos dispuestos a salvar vidas con su solidaridad
«Os órganos non nacen nas árbores. Doa». Eso dice uno de los dibujos que forma parte de una exposición que ya recorrió buena parte de los hospitales gallegos y que recoge el sentir de los alumnos sobre la donación de órganos. Ese mensaje, el de que es necesaria la solidaridad ciudadana para salvar vidas, parece que cala hondo entre los barbanzanos. No en vano, y según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade, hay 3.405 vecinos de la comarca que tienen tarjetas de donantes; es decir que están dispuestos a, en caso de fallecimiento, dar sus órganos y tejidos.
Por concellos, y tratándose de algo lógico teniendo en cuenta el tamaño de la población, es en Ribeira donde hay más potenciales donantes. Un total de 803 ribeirenses tienen la citada tarjeta. Le siguen Boiro, con 549, Noia, con 415, y Porto do Son, donde 353 vecinos están dispuestos a dar para intentar salvar vidas. En el medio de la tabla figuran Rianxo, con 351 tarjetas; Muros, con 326; A Pobra, con 275; Outes y Carnota, con 141 y 132 respectivamente. Y, ya en la cola, se encuentran Lousame, donde hay 60, y Mazaricos, donde constan un total de 53.
Preguntas
¿Cómo sabe el Sergas qué número de personas quieren ser aportar sus órganos? Gracias a la tarjeta citada, que los ciudadanos pueden tramitar tanto en las distintas dependencias del Servizo Galego de Saúde -ambulatorios, hospitales, oficinas administrativas, etc- como por Internet, correo o por teléfono. Basta con consultar la página web del Sergas. El único requisito que se pide es ser mayor de 18 años. Los menores de edad tienen que tener una autorización de sus padres o tutores.
Muchos ciudadanos, tal y como recientemente reconocía, en una visita al hospital barbanzano, el director de la oficina de coordinación de trasplantes del Servizo Galego de Saúde, Jacinto Sánchez, se hacen una eterna pregunta: ¿cuando uno muere, si tiene la tarjeta, es automáticamente donante de órganos? No. En caso de que sus miembros vitales sirvan -para empezar, la muerte debe producirse en un hospital- es su familia la que tiene la última palabra. Por eso, desde el Sergas señalan que tan importante como contar con la tarjeta es informar a los seres queridos de la voluntad de cada uno, para que, de darse el caso, puedan tener una base para tomar una decisión tan delicada.
Los órganos que se pueden aportar para salvar vidas son los siguientes: corazón, riñones, hígado, páncreas, pulmones e intestino. En cuanto a los tejidos, son las córneas, piel, huesos, cartílagos, tendones, vasos sanguíneos, válvulas cardíacas y los progenitores hematopoyéticos, así como la membrana de la placenta.
También existe la posibilidad de donar todo el cuerpo a la Facultade de Medicina.
Relacionada
Ejército
En la comarca barbanzana hay soldados como para hacer un ejército solidario. Un total de 3.500 vecinos, casi tres de cada cien, están dispuestos a donar sus órganos. Tienen tarjeta de donantes y, si pueden, quieren salvar vidas con su cuerpo. Que no se olviden de manifestar su voluntad a sus familias. Ellas, en caso de su fallecimiento, serán las que tengan voz y voto.
Ribeira es el municipio donde figuran más ciudadanos dispuestos a salvar vidas con su solidaridad
«Os órganos non nacen nas árbores. Doa». Eso dice uno de los dibujos que forma parte de una exposición que ya recorrió buena parte de los hospitales gallegos y que recoge el sentir de los alumnos sobre la donación de órganos. Ese mensaje, el de que es necesaria la solidaridad ciudadana para salvar vidas, parece que cala hondo entre los barbanzanos. No en vano, y según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade, hay 3.405 vecinos de la comarca que tienen tarjetas de donantes; es decir que están dispuestos a, en caso de fallecimiento, dar sus órganos y tejidos.
Por concellos, y tratándose de algo lógico teniendo en cuenta el tamaño de la población, es en Ribeira donde hay más potenciales donantes. Un total de 803 ribeirenses tienen la citada tarjeta. Le siguen Boiro, con 549, Noia, con 415, y Porto do Son, donde 353 vecinos están dispuestos a dar para intentar salvar vidas. En el medio de la tabla figuran Rianxo, con 351 tarjetas; Muros, con 326; A Pobra, con 275; Outes y Carnota, con 141 y 132 respectivamente. Y, ya en la cola, se encuentran Lousame, donde hay 60, y Mazaricos, donde constan un total de 53.
Preguntas
¿Cómo sabe el Sergas qué número de personas quieren ser aportar sus órganos? Gracias a la tarjeta citada, que los ciudadanos pueden tramitar tanto en las distintas dependencias del Servizo Galego de Saúde -ambulatorios, hospitales, oficinas administrativas, etc- como por Internet, correo o por teléfono. Basta con consultar la página web del Sergas. El único requisito que se pide es ser mayor de 18 años. Los menores de edad tienen que tener una autorización de sus padres o tutores.
Muchos ciudadanos, tal y como recientemente reconocía, en una visita al hospital barbanzano, el director de la oficina de coordinación de trasplantes del Servizo Galego de Saúde, Jacinto Sánchez, se hacen una eterna pregunta: ¿cuando uno muere, si tiene la tarjeta, es automáticamente donante de órganos? No. En caso de que sus miembros vitales sirvan -para empezar, la muerte debe producirse en un hospital- es su familia la que tiene la última palabra. Por eso, desde el Sergas señalan que tan importante como contar con la tarjeta es informar a los seres queridos de la voluntad de cada uno, para que, de darse el caso, puedan tener una base para tomar una decisión tan delicada.
Los órganos que se pueden aportar para salvar vidas son los siguientes: corazón, riñones, hígado, páncreas, pulmones e intestino. En cuanto a los tejidos, son las córneas, piel, huesos, cartílagos, tendones, vasos sanguíneos, válvulas cardíacas y los progenitores hematopoyéticos, así como la membrana de la placenta.
También existe la posibilidad de donar todo el cuerpo a la Facultade de Medicina.
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En la comarca barbanzana hay soldados como para hacer un ejército solidario. Un total de 3.500 vecinos, casi tres de cada cien, están dispuestos a donar sus órganos. Tienen tarjeta de donantes y, si pueden, quieren salvar vidas con su cuerpo. Que no se olviden de manifestar su voluntad a sus familias. Ellas, en caso de su fallecimiento, serán las que tengan voz y voto.
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