:lvg: | 14/11/2010
Es una reivindicación que bien puede calificarse de histórica. Empezó la cofradía de A Pobra, pero ahora ya son todos los pósitos de Arousa norte los que piden que las zonas de libre marisqueo pasen a ser administradas por las entidades marineras limítrofes. El sur de la ría se opone. No es extraño: los bancos se encuentran en el norte. Esas áreas, adornadas con tan lustroso adjetivo, no es que sean libres, sino más bien el ejemplo de que incluso el mar puede estar «a monte», es decir, abandonado a la suerte de furtivos, accesible para espabilados que solo acuden a sus aguas a sacar sus frutos. Así ocurre que, como dicen los viejos marineros, «o mar asáñase» y, al igual que pasa con los nidos de aves en períodos de cría, van perdiendo la productividad. La Consellería de Mar debe escuchar las propuestas positivas y tapar los oídos a los cantos de sirenas si de verdad quiere avanzar en el tan anhelado objetivo de profesionalizar el marisqueo.
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