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En Ribeira se subastaron en dos días 214.000 kilos, algo insólito desde que comenzó el 2014, pero las cifras no acompañaron en todas las rulas
Los temporales, esas borrascas que llegaron una tras otra y que provocaron que la flota amarrase prácticamente todos los días del 2014, acabaron convirtiendo las lonjas en una especie de yermos; en sitios vacíos y sin actividad. Esta semana, conforme las ciclogénesis empezaron a dar tregua, las cosas también cambiaron en las rulas. Sobre todo, en la de Ribeira, el principal recinto de ventas de la comarca. En dos días, el martes y el miércoles, se subastaron un total de 214.000 kilos de más de 70 especies, que arrojaron una facturación de 265.000 euros; algo insólito en lo que va de año, y que agradecieron los numerosos compradores. El problema es que en el resto de las rulas no hubo tanta abundancia.
En la lonja de Ribeira, la mayoría del pescado subastado fue lirio. En concreto, en dos jornadas, llegaron nada menos que 154.406 kilos de la especie. Su precio osciló entre los 5 euros el más caro y los 0,25 euros el más barato, quedando la cotización media en 0,57 euros y detectándose una bajada con respecto a las semanas anteriores. Lo mismo ocurrió con el resto de las especies, que se pagaron a precios mucho más asequibles. Eso hizo que los compradores se animasen. Una de ellas, portavoz de pescados La Paisana, señalaba: «Compramos bastante porque levaban as prazas desabastecidas moitísimo tempo. Nós a Rianxo había un mes que non iamos vender e a Cabo de Cruz 17 días, volvemos esta mesma semana».
El resto de las lonjas
¿Qué ocurrió en el resto de las lonjas de la comarca? En todas aumentaron un poco las subastas. Pero, desde luego, no al mismo ritmo que en Ribeira, sobre todo, porque la situación del marisqueo sigue siendo peliaguda y el mar tampoco estuvo como un plato para que las lanchas de a flote o el cerco pudiesen trabajar con normalidad.
En Portosín, otra de las rulas importantes en cuanto a la venta de pescado, se subastaron el miércoles un total de 11.000 kilos y se facturaron alrededor de 5.000 euros, cuando en un día de buena pesca esa cantidad puede ascender a los 100.000. Mientras, en Muros, sí hubo una cantidad importante de pescado de bajura pero no de barcos del arrastre. También en Rianxo se notó el aumento de especies que coge el bou de vara. Lo peor es que, ayer por la tarde, la previsión del mal tiempo preocupaba ya a los armadores. Así que la abundancia quizás sea flor de muy pocos días.
Los temporales, esas borrascas que llegaron una tras otra y que provocaron que la flota amarrase prácticamente todos los días del 2014, acabaron convirtiendo las lonjas en una especie de yermos; en sitios vacíos y sin actividad. Esta semana, conforme las ciclogénesis empezaron a dar tregua, las cosas también cambiaron en las rulas. Sobre todo, en la de Ribeira, el principal recinto de ventas de la comarca. En dos días, el martes y el miércoles, se subastaron un total de 214.000 kilos de más de 70 especies, que arrojaron una facturación de 265.000 euros; algo insólito en lo que va de año, y que agradecieron los numerosos compradores. El problema es que en el resto de las rulas no hubo tanta abundancia.
En la lonja de Ribeira, la mayoría del pescado subastado fue lirio. En concreto, en dos jornadas, llegaron nada menos que 154.406 kilos de la especie. Su precio osciló entre los 5 euros el más caro y los 0,25 euros el más barato, quedando la cotización media en 0,57 euros y detectándose una bajada con respecto a las semanas anteriores. Lo mismo ocurrió con el resto de las especies, que se pagaron a precios mucho más asequibles. Eso hizo que los compradores se animasen. Una de ellas, portavoz de pescados La Paisana, señalaba: «Compramos bastante porque levaban as prazas desabastecidas moitísimo tempo. Nós a Rianxo había un mes que non iamos vender e a Cabo de Cruz 17 días, volvemos esta mesma semana».
El resto de las lonjas
¿Qué ocurrió en el resto de las lonjas de la comarca? En todas aumentaron un poco las subastas. Pero, desde luego, no al mismo ritmo que en Ribeira, sobre todo, porque la situación del marisqueo sigue siendo peliaguda y el mar tampoco estuvo como un plato para que las lanchas de a flote o el cerco pudiesen trabajar con normalidad.
En Portosín, otra de las rulas importantes en cuanto a la venta de pescado, se subastaron el miércoles un total de 11.000 kilos y se facturaron alrededor de 5.000 euros, cuando en un día de buena pesca esa cantidad puede ascender a los 100.000. Mientras, en Muros, sí hubo una cantidad importante de pescado de bajura pero no de barcos del arrastre. También en Rianxo se notó el aumento de especies que coge el bou de vara. Lo peor es que, ayer por la tarde, la previsión del mal tiempo preocupaba ya a los armadores. Así que la abundancia quizás sea flor de muy pocos días.
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