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La AC-550 fue cortada en tres puntos por el arrastre de rocas y árboles caídos
Barbanza se ha convertido en un campo de batalla. Tanto en la costa como en el interior. Los equipos de emergencias libraron ayer, por cuarto día consecutivo, una guerra contra el mal tiempo. Los desperfectos fueron constantes de norte a sur de la comarca. Basta con decir que la AC-550 fue cortada en tres puntos diferentes por las consecuencias de la fuerza del mar o el viento, que llenó la calzada de troncos o piedras que impedían el tráfico rodado.
En Noia, Boiro, Ribeira y Porto do Son eran muchos los profesionales que coincidían al asegurar que «las incidencias se cuentan por decenas, nos vemos superados por momentos». Baroña fue uno de los puntos afectados de la AC-550 por la caída de un árbol que ocupaba el ancho de la calzada. En Muros, en este mismo vial, a la altura de Esteiro, la fuerza de las olas dañó un talud y provocó desprendimientos. A unos 100 metros, en la playa de Uhía, las mareas vivas arrastraron arena que cubrieron el paseo marítimo. Además, ayer se dio cuenta en el Consello da Xunta del proyecto para arreglar un tramo dañado de 1.500 metros en este vial comarcal.
Las policías locales tampoco dejaron de recorrer las calles de sus respectivos municipios. En este caso, los agentes consultados también coincidieron al asegurar que la sucesión de días con mal tiempo los está desbordando: «Hay momentos en los que no podemos atender todas las llamadas que recibimos para notificarnos incidencias».
Noia fue ayer un buen ejemplo de este escenario. Desde primera hora, miembros del equipo de emergencias municipal tuvieron que atender varias inundaciones. La primera fue en la piscina municipal, que volvió a acumular agua en una sala. Un garaje de Bergondo y un bajo de Sueiro fueron los siguientes destinos. En estas dos últimas poblaciones, el agua acumulada también inundó caminos.
Los agentes municipales de Carnota, acompañados por la brigada de obras, retiraron dos pinos en el vial que conduce a Paxareiras. Además, una pala del Concello recogió la arena acumulada en el mulle de O Pindo. En Mazaricos, otro día más, las precipitaciones fueron constantes y abundantes. Numerosas fincas dedicadas al cultivo se han convertido en lagos.
La guardería de Boiro
El término boirense fue los más castigados. En la guardería pública fue necesario que los bomberos se subieran al tejado para reforzar unas chapas que se soltaron con el viento. Además, tanto estos profesionales como trabajadores del servicio municipal de emergencias retiraron árboles en Macenda, Ancados, A Cachada, Carragueiros, Amanecida, Mañóns y Neixón. Algunos cortaron viales y otros dañaron tendidos eléctricos.
Barbanza se ha convertido en un campo de batalla. Tanto en la costa como en el interior. Los equipos de emergencias libraron ayer, por cuarto día consecutivo, una guerra contra el mal tiempo. Los desperfectos fueron constantes de norte a sur de la comarca. Basta con decir que la AC-550 fue cortada en tres puntos diferentes por las consecuencias de la fuerza del mar o el viento, que llenó la calzada de troncos o piedras que impedían el tráfico rodado.
En Noia, Boiro, Ribeira y Porto do Son eran muchos los profesionales que coincidían al asegurar que «las incidencias se cuentan por decenas, nos vemos superados por momentos». Baroña fue uno de los puntos afectados de la AC-550 por la caída de un árbol que ocupaba el ancho de la calzada. En Muros, en este mismo vial, a la altura de Esteiro, la fuerza de las olas dañó un talud y provocó desprendimientos. A unos 100 metros, en la playa de Uhía, las mareas vivas arrastraron arena que cubrieron el paseo marítimo. Además, ayer se dio cuenta en el Consello da Xunta del proyecto para arreglar un tramo dañado de 1.500 metros en este vial comarcal.
Las policías locales tampoco dejaron de recorrer las calles de sus respectivos municipios. En este caso, los agentes consultados también coincidieron al asegurar que la sucesión de días con mal tiempo los está desbordando: «Hay momentos en los que no podemos atender todas las llamadas que recibimos para notificarnos incidencias».
Noia fue ayer un buen ejemplo de este escenario. Desde primera hora, miembros del equipo de emergencias municipal tuvieron que atender varias inundaciones. La primera fue en la piscina municipal, que volvió a acumular agua en una sala. Un garaje de Bergondo y un bajo de Sueiro fueron los siguientes destinos. En estas dos últimas poblaciones, el agua acumulada también inundó caminos.
Los agentes municipales de Carnota, acompañados por la brigada de obras, retiraron dos pinos en el vial que conduce a Paxareiras. Además, una pala del Concello recogió la arena acumulada en el mulle de O Pindo. En Mazaricos, otro día más, las precipitaciones fueron constantes y abundantes. Numerosas fincas dedicadas al cultivo se han convertido en lagos.
La guardería de Boiro
El término boirense fue los más castigados. En la guardería pública fue necesario que los bomberos se subieran al tejado para reforzar unas chapas que se soltaron con el viento. Además, tanto estos profesionales como trabajadores del servicio municipal de emergencias retiraron árboles en Macenda, Ancados, A Cachada, Carragueiros, Amanecida, Mañóns y Neixón. Algunos cortaron viales y otros dañaron tendidos eléctricos.
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