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Uno de los cabecillas fue atracado en su casa hace meses por un toxicómano que le habría robado medio millón de euros y 500 gramos de estupefacientes
Los Rufinos. Así se conoce en Ribeira a los dos hermanos que presuntamente lideraban la red de distribución de droga descubierta en Castiñeiras el martes. Además, estos individuos dieron nombre a la operación policial, bautizada como Rufos, que permitió su detención y que los sitúa en lo más alto de una organización que manejaba grandes cantidades de droga y dinero en efectivo. Basta como ejemplo que los cálculos realizados hasta ahora revelan que esta red llegó presuntamente a vender a pequeña escala hasta un kilo de cocaína y heroína a la semana.
El perfil de la clientela era muy variado. Igual que su catálogo de estupefacientes, formado por coca, hachís, marihuana y heroína. Un póker de drogas que eran adquiridas por consumidores de muy diferentes perfiles y estratos sociales. Y es que, según parece, había clientes altamente cualificados profesionalmente que llegaban en coches de alta gama para adquirir sus dosis. También los había que encajan con el perfil de toxicómano más bajo que podía ir andando desde Ribeira para comprar una papelina de heroína.
La realidad es que, según consta en las pesquisas realizadas, al cabo del día podían vender las sustancias ya citadas a unas cien personas. Eso sí, parece ser, que en la casa no se despachaba a cualquiera. Sobre todo desde hace algo menos de un año, cuando uno de los Rufinos habría sido atracado por un yonqui que se llevó con medio millón de euros en metálico y medio kilo de coca. Desde entonces, esa misma vivienda fue provista de importantes medidas de seguridad como persianas metalizadas con gruesos pasadores para evitar ser forzadas y que nadie accediese al interior.
Muy ahorradores
El trabajo realizado hasta hora revela que los hermanos Rufinos eran muy ahorradores, y que no llamaban la atención por la posesión de coches o ropa cara. También parece estar demostrado que además de la venta directa a clientes, su especialidad era suministrar cantidades medianamente importantes a camellos que luego despachaban estas sustancias en las zonas de movida de Boiro, A Pobra, Porto do Son o Ribeira. Aquí los indicios recogidos hasta el momento revelan que podían nutrir hasta quince camellos de forma regular.
Los Rufinos. Así se conoce en Ribeira a los dos hermanos que presuntamente lideraban la red de distribución de droga descubierta en Castiñeiras el martes. Además, estos individuos dieron nombre a la operación policial, bautizada como Rufos, que permitió su detención y que los sitúa en lo más alto de una organización que manejaba grandes cantidades de droga y dinero en efectivo. Basta como ejemplo que los cálculos realizados hasta ahora revelan que esta red llegó presuntamente a vender a pequeña escala hasta un kilo de cocaína y heroína a la semana.
El perfil de la clientela era muy variado. Igual que su catálogo de estupefacientes, formado por coca, hachís, marihuana y heroína. Un póker de drogas que eran adquiridas por consumidores de muy diferentes perfiles y estratos sociales. Y es que, según parece, había clientes altamente cualificados profesionalmente que llegaban en coches de alta gama para adquirir sus dosis. También los había que encajan con el perfil de toxicómano más bajo que podía ir andando desde Ribeira para comprar una papelina de heroína.
La realidad es que, según consta en las pesquisas realizadas, al cabo del día podían vender las sustancias ya citadas a unas cien personas. Eso sí, parece ser, que en la casa no se despachaba a cualquiera. Sobre todo desde hace algo menos de un año, cuando uno de los Rufinos habría sido atracado por un yonqui que se llevó con medio millón de euros en metálico y medio kilo de coca. Desde entonces, esa misma vivienda fue provista de importantes medidas de seguridad como persianas metalizadas con gruesos pasadores para evitar ser forzadas y que nadie accediese al interior.
Muy ahorradores
El trabajo realizado hasta hora revela que los hermanos Rufinos eran muy ahorradores, y que no llamaban la atención por la posesión de coches o ropa cara. También parece estar demostrado que además de la venta directa a clientes, su especialidad era suministrar cantidades medianamente importantes a camellos que luego despachaban estas sustancias en las zonas de movida de Boiro, A Pobra, Porto do Son o Ribeira. Aquí los indicios recogidos hasta el momento revelan que podían nutrir hasta quince camellos de forma regular.
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