:lvg: | 7/11/2010
Los elevados gastos en prestaciones y funcionamiento hipotecan las posibilidades de invertir.
Los gobiernos locales prevén nuevas reducciones en los presupuesto del 2011 ante la caída de ingresos.
No existe una norma, pero los expertos aconsejan que los gastos en personal, bienes corrientes y servicios oscile entre unos porcentajes máximos del 50 y el 60%. Sin embargo, media docena de municipios barbanzanos destinan a estos capítulos más del 60% de sus fondos. Por el contrario, Lousame, Outes, Boiro, Porto do Son y Ribeira son los que más se aproximan a las recomendaciones, ya que se dejan en estos conceptos entre el 52 y el 59%.
Quienes más alejados se encuentran del baremo ideal son Noia, Muros y A Pobra, ya que en todos los casos sobrepasan el 70%, según los cálculos efectuados tomando como base el último informe del Ministerio de Economía, referente al ejercicio 2009.
El término noiés se lleva la palma, con un 84%. Sin embargo, el concejal de Facenda, Lino García, explica que la elevada cuantía tiene su explicación en el hecho de que el Concello gestiona de forma directa la mayor parte de los servicios, entre los que se encuentran la limpieza viaria o la traída de aguas. De hecho, Noia y Boiro son los ayuntamientos que asumen el control de mayor número de prestaciones básicas.
En opinión de Lino García, la gestión directa tiene ventajas y es la que ha hecho posible mejorar la situación financiera de las arcas municipales. Por el contrario, el alcalde boirense, Xosé Deira, ante la escasez de ingresos y el incremento del volumen de gastos está explorando nuevas vías para estirar los escasos recursos: «Non temos nada privatizado e estiven examinando a posibilidade de constituír algunha empresa mixta. Acudín ao Concello de Narón, onde utilizan esta fórmula e dixéronme que funcionaba».
Diversidad
Gastos derivados del alumbrado, agua, combustible mantenimiento de las escuelas, o de los servicios sociales -Carnota, por ejemplo, tiene diez asistentas a domicilio, una trabajadora social y una educadora familiar-, e, incluso, de los centros de salud, por citar solo algunos casos, reducen las posibilidades de inversión de los ayuntamientos barbanzanos.
Ahora que los ingresos han caído en picado, mientras que las obligaciones de los concellos en materia de prestaciones se han incrementado, los fondos no llegan a nada. La práctica totalidad de los responsables locales anuncian nuevos recortes económicos para los próximos presupuestos.
El boirense Xosé Deira señala que habrá una reducción del 10% en todos los departamentos y su homólogo muradano, Domingos Dosil, reconocía que es posible que en el 2011 deban renunciar a alguna de las obras cofinanciadas con fondos propios y procedentes de otras Administraciones.
En Carnota ya llevan tiempo desestimando actuaciones que no estén sufragadas al 100%, pero el mandatario, José Oreiro, reconoce que esto no es suficiente: «Non somos capaces de afrontar o gasto corrente cos ingresos que temos. A poboación descende, pero non a prestación de servizos. Os puntos de luz aumentáronse e tamén os núcleos que dispoñen de alcantarillado».
De hecho, el ejecutivo carnotano se ha visto obligado a suprimir la ayuda que destinaba a las familias residentes en el municipio por el nacimiento de un hijo.
La palabra «estamos afogados economicamente» es la que más se escucha de boca de los mandatarios. En ayuntamientos como Boiro apuntan a la drástica caída de los ingresos procedentes del impuesto de construcción derivada de la recesión económica.
También en A Pobra se plantean una reducción, en los presupuestos del 2011, de las partidas destinadas al ámbito de la cultura y los deportes. El mandatario, Isaac Maceiras, al igual que el resto de sus homólogos en la comarca, señala que las asignaciones de servicios sociales deben mantenerse.
De hecho, en los concellos con mayor pérdida de población y un elevado nivel de envejecimiento señalan que esta circunstancia constituye otro motivo por el que se duplican los gastos. La palabra priorizar se ha extendido entre el conjunto de los dirigentes locales que, pese a todo, reconocen estar ahogados.
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Dirigentes de varios Ayuntamientos dicen que ya tienen las partidas muy ajustadas
Los ejecutivos reconocen que se ven forzados a recurrir a otras Administraciones para hacer obras
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No existe una norma, pero los expertos aconsejan que los gastos en personal, bienes corrientes y servicios oscile entre unos porcentajes máximos del 50 y el 60%. Sin embargo, media docena de municipios barbanzanos destinan a estos capítulos más del 60% de sus fondos. Por el contrario, Lousame, Outes, Boiro, Porto do Son y Ribeira son los que más se aproximan a las recomendaciones, ya que se dejan en estos conceptos entre el 52 y el 59%.
Quienes más alejados se encuentran del baremo ideal son Noia, Muros y A Pobra, ya que en todos los casos sobrepasan el 70%, según los cálculos efectuados tomando como base el último informe del Ministerio de Economía, referente al ejercicio 2009.
El término noiés se lleva la palma, con un 84%. Sin embargo, el concejal de Facenda, Lino García, explica que la elevada cuantía tiene su explicación en el hecho de que el Concello gestiona de forma directa la mayor parte de los servicios, entre los que se encuentran la limpieza viaria o la traída de aguas. De hecho, Noia y Boiro son los ayuntamientos que asumen el control de mayor número de prestaciones básicas.
En opinión de Lino García, la gestión directa tiene ventajas y es la que ha hecho posible mejorar la situación financiera de las arcas municipales. Por el contrario, el alcalde boirense, Xosé Deira, ante la escasez de ingresos y el incremento del volumen de gastos está explorando nuevas vías para estirar los escasos recursos: «Non temos nada privatizado e estiven examinando a posibilidade de constituír algunha empresa mixta. Acudín ao Concello de Narón, onde utilizan esta fórmula e dixéronme que funcionaba».
Diversidad
Gastos derivados del alumbrado, agua, combustible mantenimiento de las escuelas, o de los servicios sociales -Carnota, por ejemplo, tiene diez asistentas a domicilio, una trabajadora social y una educadora familiar-, e, incluso, de los centros de salud, por citar solo algunos casos, reducen las posibilidades de inversión de los ayuntamientos barbanzanos.
Ahora que los ingresos han caído en picado, mientras que las obligaciones de los concellos en materia de prestaciones se han incrementado, los fondos no llegan a nada. La práctica totalidad de los responsables locales anuncian nuevos recortes económicos para los próximos presupuestos.
El boirense Xosé Deira señala que habrá una reducción del 10% en todos los departamentos y su homólogo muradano, Domingos Dosil, reconocía que es posible que en el 2011 deban renunciar a alguna de las obras cofinanciadas con fondos propios y procedentes de otras Administraciones.
En Carnota ya llevan tiempo desestimando actuaciones que no estén sufragadas al 100%, pero el mandatario, José Oreiro, reconoce que esto no es suficiente: «Non somos capaces de afrontar o gasto corrente cos ingresos que temos. A poboación descende, pero non a prestación de servizos. Os puntos de luz aumentáronse e tamén os núcleos que dispoñen de alcantarillado».
De hecho, el ejecutivo carnotano se ha visto obligado a suprimir la ayuda que destinaba a las familias residentes en el municipio por el nacimiento de un hijo.
La palabra «estamos afogados economicamente» es la que más se escucha de boca de los mandatarios. En ayuntamientos como Boiro apuntan a la drástica caída de los ingresos procedentes del impuesto de construcción derivada de la recesión económica.
También en A Pobra se plantean una reducción, en los presupuestos del 2011, de las partidas destinadas al ámbito de la cultura y los deportes. El mandatario, Isaac Maceiras, al igual que el resto de sus homólogos en la comarca, señala que las asignaciones de servicios sociales deben mantenerse.
De hecho, en los concellos con mayor pérdida de población y un elevado nivel de envejecimiento señalan que esta circunstancia constituye otro motivo por el que se duplican los gastos. La palabra priorizar se ha extendido entre el conjunto de los dirigentes locales que, pese a todo, reconocen estar ahogados.
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