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Mario Carreño recibió un tributo por una vida dedicada al mar
Con 97 años de edad, Mario Carreño Queiruga continúa en activo como armador, lo que le convierte en el de mayor edad de España que sigue al pie del cañón. Tantos años de dedicación merecen una recompensa y esta fue, precisamente, la que le tributó, el pasado sábado, la cofradía de Portosín de la que su nieto, Eduardo Carreño, es patrón mayor.
En un sencillo pero emotivo acto en el que se dieron cita familiares y armadores de la localidad sonense, Mario Carreño Queiruga recogió una placa conmemorativa, entregada por el pósito de Portosín, que constituye un reconocimiento a su trayectoria.
Compromiso con el sector
No quiso faltar a una cita tan entrañable, que constituye un homenaje a alguien que vive por y para el mar, la conselleira de Pesca, Rosa Quintana, que agradeció la labor de Mario Carreño Queiruga y quien se comprometió a continuar trabajando para defender los intereses de los profesionales. Con ella también estaba el director xeral de Estruturas.
Un momento especialmente significativo fue el de la intervención del nieto del homenajeado, el patrón mayor Eduardo Carreño, quien recordó las historias escuchadas desde niño a su abuelo, a quien definió como un maestro durante su ya dilatada trayectoria como profesional de la pesca.
Entre las autoridades locales se encontraban el regidor, Luis Oujo, y el teniente de alcalde, Javier Quiñoi, así como diversos concejales de la corporación sonense. En su discurso, Luis Oujo ensalzó el trabajo de personas como Mario Carreño Queiruga que, dijo, han hecho posible que la flota del cerco de Portosín sea un referente a nivel gallego.
Oujo aseguró que el nonagenario armador constituye un ejemplo no solo para sus hijos y nietos, sino también para toda la sociedad. Recalcó que la dedicación de personas como Carreño Queiruga a la actividad pesquera permiten que el puerto de Portosín mantenga su empuje, al tiempo que subrayó que la pesca está siendo muy importante en una etapa de crisis económica como la actual.
Con 97 años de edad, Mario Carreño Queiruga continúa en activo como armador, lo que le convierte en el de mayor edad de España que sigue al pie del cañón. Tantos años de dedicación merecen una recompensa y esta fue, precisamente, la que le tributó, el pasado sábado, la cofradía de Portosín de la que su nieto, Eduardo Carreño, es patrón mayor.
En un sencillo pero emotivo acto en el que se dieron cita familiares y armadores de la localidad sonense, Mario Carreño Queiruga recogió una placa conmemorativa, entregada por el pósito de Portosín, que constituye un reconocimiento a su trayectoria.
Compromiso con el sector
No quiso faltar a una cita tan entrañable, que constituye un homenaje a alguien que vive por y para el mar, la conselleira de Pesca, Rosa Quintana, que agradeció la labor de Mario Carreño Queiruga y quien se comprometió a continuar trabajando para defender los intereses de los profesionales. Con ella también estaba el director xeral de Estruturas.
Un momento especialmente significativo fue el de la intervención del nieto del homenajeado, el patrón mayor Eduardo Carreño, quien recordó las historias escuchadas desde niño a su abuelo, a quien definió como un maestro durante su ya dilatada trayectoria como profesional de la pesca.
Entre las autoridades locales se encontraban el regidor, Luis Oujo, y el teniente de alcalde, Javier Quiñoi, así como diversos concejales de la corporación sonense. En su discurso, Luis Oujo ensalzó el trabajo de personas como Mario Carreño Queiruga que, dijo, han hecho posible que la flota del cerco de Portosín sea un referente a nivel gallego.
Oujo aseguró que el nonagenario armador constituye un ejemplo no solo para sus hijos y nietos, sino también para toda la sociedad. Recalcó que la dedicación de personas como Carreño Queiruga a la actividad pesquera permiten que el puerto de Portosín mantenga su empuje, al tiempo que subrayó que la pesca está siendo muy importante en una etapa de crisis económica como la actual.
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Homenaje a don Mario, el patrón más antiguo de España
La Cofradía de Pescadores San Andrés de Portosín homenajeó al armador en activo más longevo de España, Mario José Carreño. Este hombre de 97 años empezó a trabajar en el mar cuando apenas tenía 10. A los quince ya pilotara una embarcación de cerco, y hace más de cinco décadas se hizo armador. El primer barco le costó 30.000 pesetas y llevaba un motor Ayón fabricado en Noia, que le supuso una inversión de otras 60.000. Y ahí empezó una larga carrera llena de éxitos. De hecho, hoy es dueño de uno de los barcos más grandes que navegan por el litoral, el Montserrat Morenita. Por toda esta vida dedicada a la pesca, don Mario (como le conocen en Portosín), recibió el homenaje de sus vecinos. Al acto asistieron la conselleira do Mar, Rosa Quintana y el alcalde de Porto do Son, Luis Oujo. Don Mario, que estuvo acompañado por su esposa, fue obsequiado con una placa conmemorativa.
La Cofradía de Pescadores San Andrés de Portosín homenajeó al armador en activo más longevo de España, Mario José Carreño. Este hombre de 97 años empezó a trabajar en el mar cuando apenas tenía 10. A los quince ya pilotara una embarcación de cerco, y hace más de cinco décadas se hizo armador. El primer barco le costó 30.000 pesetas y llevaba un motor Ayón fabricado en Noia, que le supuso una inversión de otras 60.000. Y ahí empezó una larga carrera llena de éxitos. De hecho, hoy es dueño de uno de los barcos más grandes que navegan por el litoral, el Montserrat Morenita. Por toda esta vida dedicada a la pesca, don Mario (como le conocen en Portosín), recibió el homenaje de sus vecinos. Al acto asistieron la conselleira do Mar, Rosa Quintana y el alcalde de Porto do Son, Luis Oujo. Don Mario, que estuvo acompañado por su esposa, fue obsequiado con una placa conmemorativa.
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