:logo-lvg: | Barbanza
Ni un alfiler cabía en los establecimientos hosteleros de la comarca durante la noche más larga, la de Fin de Año. En una velada animadamente tranquila que se desarrolló sin incidentes reseñables, los barbanzanos salieron en masa a la calle para despedir por todo lo alto el 2011 y dar la bienvenida como se merece al 2012.
La celebración se prolongó hasta bien entrada la mañana, hasta el punto de que a media tarde todavía quedaba en las calles de la comarca algún rezagado que se resistía a marcharse a su domicilio.
Corrió el cava y sonó la música y, sobre todo, reinó el buen ambiente. Algún hostelero con una dilatada trayectoria aseguró que la afluencia de gente fue apoteósica.
Las mejores galas
Aunque en la noche barbanzana hubo de todo, los ciudadanos decidieron ponerse sus mejores galas, cumpliendo fielmente con la tradición. Entre las mujeres predominaron los vestidos de color negro y muchos varones, debidamente ataviados con trajes, sorprendieron con llamativas corbatas.
Además de las fiestas privadas y del ambiente en las calles, con vecinos deambulando de un bar a otro, en localidades como Ribeira y Porto do Son se colocaron carpas que también estuvieron muy concurridas. Las instalaciones, perfectamente acondicionadas, constituyeron, una vez más, un buen espacio para bailar y divertirse. En Rianxo, los hosteleros también promovieron una actividad para animar a jóvenes y mayores a disfrutar de una noche que siempre resulta muy especial.
Agotados después de tantas horas dándolo todo para recibir al 2012, cuando el día empezó a ganar terreno a la noche cesó la música en la mayor parte de los locales y se inició un éxodo masivo hacia las viviendas. Había llegado el momento de tomarse un respiro.
La celebración se prolongó hasta bien entrada la mañana, hasta el punto de que a media tarde todavía quedaba en las calles de la comarca algún rezagado que se resistía a marcharse a su domicilio.
Corrió el cava y sonó la música y, sobre todo, reinó el buen ambiente. Algún hostelero con una dilatada trayectoria aseguró que la afluencia de gente fue apoteósica.
Las mejores galas
Aunque en la noche barbanzana hubo de todo, los ciudadanos decidieron ponerse sus mejores galas, cumpliendo fielmente con la tradición. Entre las mujeres predominaron los vestidos de color negro y muchos varones, debidamente ataviados con trajes, sorprendieron con llamativas corbatas.
Además de las fiestas privadas y del ambiente en las calles, con vecinos deambulando de un bar a otro, en localidades como Ribeira y Porto do Son se colocaron carpas que también estuvieron muy concurridas. Las instalaciones, perfectamente acondicionadas, constituyeron, una vez más, un buen espacio para bailar y divertirse. En Rianxo, los hosteleros también promovieron una actividad para animar a jóvenes y mayores a disfrutar de una noche que siempre resulta muy especial.
Agotados después de tantas horas dándolo todo para recibir al 2012, cuando el día empezó a ganar terreno a la noche cesó la música en la mayor parte de los locales y se inició un éxodo masivo hacia las viviendas. Había llegado el momento de tomarse un respiro.
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