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Viña Tondonia reunió a más de cien comensales en el Náutico de Portosín, un punto de encuentro de ilustres veraneantes
Lo que me gusta a mí una buena cena, en un entorno ideal, con buena compañía y regada con buen vino. Para esto, lo mejor fue acercarse el sábado a la XI edición de la Cena Enológica del Náutico de Portosín, organizada un año más por el catedrático y estudioso de los vinos Carlos Roura.
El anfitrión estuvo acompañado de su esposa, María José Pérez Bobadilla, y multitud de miembros de su familia, como su hija Andrea, abogada en Madrid.
Entre los más de cien invitados se encontraba la crème de la crème de los veraneantes de la villa, como los doctores Francisco Gude, epidemiólogo que fue presidente del Náutico, con su mujer Carmen Fernández; el patólogo del Clínico, Santiago Tomé; y Alfredo García Allut, neurocirujano del Clínico, con su mujer, la patóloga Romy Reyes.
Otros de los invitados fueron el alcalde, Luis Oujo, con su mujer Irene; Felipe Calle; Pilar Sarmiento; el oftalmólogo José María Fandiño; José Brea; el sobrecargo de Transmediterránea, Joaquín Bermúdez; mi queridísima y muy elegante estilista Mayka Ferreira, con su esposo José Ramón Agra; José Roig; Francisco Hermida y Joaquín García Allut, del BBVA, entre muchos otros.
Por supuesto, asistieron también el presidente del Náutico, Fernando García Pousa, el vicepresidente José Manuel Martínez Mayán, y el comodoro, Ignacio Ecenarro Tomé.
Tampoco faltaron a su cita varios miembros de una importante saga de cardiólogos de Oviedo: los hermanos Javier (inspector médico del Servicio de Valoración de Incapacidades), Jaime (jefe de los laboratorios Glaxon de Asturias) e Ignacio González-Fernández, cardiólogo, que esta misma semana organizan su tradicional fabada. Los asturianos compartieron mesa y mantel con el jefe de la Unidad de Cirugía Torácica del hospital madrileño de La Paz, Juan Lago.
Este año, la bodega invitada era López de Heredia Viña Tondonia, que estuvo representada por su gerente María José López de Heredia, bisnieta del fundador. Con una tradición de 134 años, la bodega presentó en la cena tres de sus mejores vinos: Gravonia crianza blanco de 2001, Tondonia Gran Reserva de 1994 (que se estrenaba esa noche) y tinto reserva Viña Tondonia de 2001.
Para acompañarlos, un delicioso menú preparado por Teresa y Javier y que consistía en medallones de rape y entrecot (una delicia). Yo ya me he apuntado para la próxima edición.
Lo que me gusta a mí una buena cena, en un entorno ideal, con buena compañía y regada con buen vino. Para esto, lo mejor fue acercarse el sábado a la XI edición de la Cena Enológica del Náutico de Portosín, organizada un año más por el catedrático y estudioso de los vinos Carlos Roura.
El anfitrión estuvo acompañado de su esposa, María José Pérez Bobadilla, y multitud de miembros de su familia, como su hija Andrea, abogada en Madrid.
Entre los más de cien invitados se encontraba la crème de la crème de los veraneantes de la villa, como los doctores Francisco Gude, epidemiólogo que fue presidente del Náutico, con su mujer Carmen Fernández; el patólogo del Clínico, Santiago Tomé; y Alfredo García Allut, neurocirujano del Clínico, con su mujer, la patóloga Romy Reyes.
Otros de los invitados fueron el alcalde, Luis Oujo, con su mujer Irene; Felipe Calle; Pilar Sarmiento; el oftalmólogo José María Fandiño; José Brea; el sobrecargo de Transmediterránea, Joaquín Bermúdez; mi queridísima y muy elegante estilista Mayka Ferreira, con su esposo José Ramón Agra; José Roig; Francisco Hermida y Joaquín García Allut, del BBVA, entre muchos otros.
Por supuesto, asistieron también el presidente del Náutico, Fernando García Pousa, el vicepresidente José Manuel Martínez Mayán, y el comodoro, Ignacio Ecenarro Tomé.
Tampoco faltaron a su cita varios miembros de una importante saga de cardiólogos de Oviedo: los hermanos Javier (inspector médico del Servicio de Valoración de Incapacidades), Jaime (jefe de los laboratorios Glaxon de Asturias) e Ignacio González-Fernández, cardiólogo, que esta misma semana organizan su tradicional fabada. Los asturianos compartieron mesa y mantel con el jefe de la Unidad de Cirugía Torácica del hospital madrileño de La Paz, Juan Lago.
Este año, la bodega invitada era López de Heredia Viña Tondonia, que estuvo representada por su gerente María José López de Heredia, bisnieta del fundador. Con una tradición de 134 años, la bodega presentó en la cena tres de sus mejores vinos: Gravonia crianza blanco de 2001, Tondonia Gran Reserva de 1994 (que se estrenaba esa noche) y tinto reserva Viña Tondonia de 2001.
Para acompañarlos, un delicioso menú preparado por Teresa y Javier y que consistía en medallones de rape y entrecot (una delicia). Yo ya me he apuntado para la próxima edición.
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